sábado, 7 de junio de 2008

PUERTA DE ELVIRA O BIB-EL-BEIRA

Los granadinos decimos Arco de Elvira porque es lo que queda de la puerta que ya existía entre los siglos VIII y XI según Ahmad-Ibn-al Isa, que ya la cita en el siglo IX. Lo que se conserva de aquella primitiva puerta puede datarse en el siglo XI por su hechura y por las noticias que se tienen de ella en ese periodo siendo construida en la dinastía Zirí y posteriormente modificada en tiempos de Yusuf I.

Como toda puerta defensiva que era, y que podemos ver en las hoy existentes como el Arco de las Pesas o Bib Cieda y las puertas alhambreñas de la Justicia, de las Armas o de los Picos, eran de gran robustez con buhardas y con varias puertas en recodo para facilitar su defensa.

El nombre le viene por Madinat Elvira ya en esta puerta se iniciaba el camino para dicha ciudad situada en Atarfe y que, en la actualidad, está siendo excavada por el Dr. Malpica con interesantes descubrimientos.

Abierta en el centro de una gran barbacana dotada de potentes muros y torres defensivas, se penetraba en ella por el gran arco exterior de herradura que aún conserva, situado entre dos torreones y rematado por una hilera de almenas con poderosos merlones. Detrás de este arco había otros dos, y entre el primero y los segundos giraban grandes puertas forradas de hierro. A continuación quedaba un patio rodeado de grandes murallones, a cuya izquierda se levantaba un arco que conducía a la Bib-al-Aqaba que fue demolida en el 1.879. A la derecha del patio, en dirección a la calle Elvira, se levantaban otros tres arcos con sus bóvedas intermedias, arcos que fueron demolidos por orden del general Sebatiani gobernador francés de Granada para facilitar el paso del ejército de ocupación en caso de rebelión de la población granadina.

Desde la puerta de Elvira, la muralla continuaba colina arriba buscando la puerta Monaita o Bib-al-Bunaydar o también de las Banderolas, de la Alhacaba y de las Eras. En la otra dirección buscaba la Tinajilla, Bib-al-Kuhl o puerta del Alcohol, junto a la de las Cuatro Esquinas que citara Henriquez de Jorquera, a modo de sillerías, en sus Anales de Granada.

En la restauración que llevo a cabo la Consejería de Cultura hace varios años apareció una decoración a base de sillares como los del palacio de Carlos V y que se supone fue decorada para el recibiente del Emperador, el 5 de junio de 1.526 y donde juro respetar los privilegios, usos y costumbres de la ciudad.

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CALIFA

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