viernes, 30 de septiembre de 2022

TRAVESÍA EN PIRAGUA A LA CUEVA DE LAS PALOMAS


Paseo medio ambiental y deportivo en piragua por los acantilados de Cerro Gordo

A nuestro inolvidable velero “Calaissa” había que desmontarle el mástil y aparejarlo solo con motor y remos, si pretendíamos penetrar ese día en la “Cueva de las Palomas”.

Pero desde que Cerro Gordo fue declarado Paraje Natural, no se permite la navegación a motor en sus inmediaciones. En consecuencia, hace unos 20 años que no había vuelto a visitar esta Cueva de las Palomas  (2002).

Ahora, después de sopesarlo mucho, me decido a intentar la travesía  en piragua con  buena provisión de agua y algo de comida energética.

Dos cerros flanquean la bahía de La Herradura: la Punta de la Mona (a levante) y Cerro Gordo (a poniente), y hacia Cerro Gordo aproamos, sin costear, rumbo directo enfilando el cabo, para ahorrar tiempo y esfuerzo. A  la derecha va quedando la playita de  Calaiza,  Ya la visitaremos de regreso, si es que acaso sobraran las fuerzas. Todo el trayecto es una zona especialmente protegida por su importancia medioambiental.



En este paradisíaco recorrido (que llega hasta Nerja) se van alternando las pequeñas calas y los escarpados acantilados, señalando el lugar en el que el mar engulle las estribaciones del parque de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama; escarpes coronados por media docena de torres de origen medieval (Cerro Gordo, Caleta, del Pino, Río de la Miel, Maro…) y horadados, a nivel del mar (pues existen otras sumergidas -como la del Sifón- [click]
),  por varias cuevas de lo más interesante, como la “Cueva del Contrabandista”, “Cañonazo”, o esta de “Las Palomas” (también llamada de la Virgen o de los Murciélagos), casi desconocidas para muchos sexitanos (*), y donde predomina una flora y fauna riquísima.

Fotos tomadas de "El Faro de Motril"

Más allá, aunque hoy no llegaremos,  aguas dulces se precipitan al mar desde una altura de 15 metros: la cascada de Maro. La imagen y el sonido del agua dulce saltando al mar desde el acantilado son ciertamente hipnóticos y atrapa a quien se atreve a acercarse hasta la chorrera.

Descripción de la cueva

Y así, bordeado la pared de Cerro Gordo, y antes de llegar a la playa de Cantarriján, encontramos en el abrupto acantilado, una cueva, con una apertura baja y alargada, más alta por la izquierda, y tras la cual se abre una gran sala, en la cual caben perfectamente hasta una decena de canoas como la nuestra. Solo tiene acceso por mar. Una vez dentro, paleando con cuidado, sin tocar nada, ni coger nada, deberemos observar el fondo, que está en muchos casos, tapizado de coral anaranjado, en contraste con el verde esmeralda de sus aguas. En su parte aérea, la cueva se abre hacia arriba, creando un gran espacio, en el cual existen diferentes relieves rocosos. Uno de estos, se ha dado en parecer con el tiempo, por los visitantes que por allí llegan con sus embarcaciones, que se asemeja a un Virgen con su niño, por lo que esta cueva, sobre todo, últimamente, también empieza a ser conocida como la Cueva de la Virgen, aunque entre la gente más antigua del lugar, siempre la nombró  como cueva de Los Murciélagos o Cueva de las Palomas.

Su morfología es la de una gran sala inclinada de unos 80 metros de longitud, 40 metros de anchura y una bóveda con alturas de 20 metros.  Con grandes bloques en su interior y con una zona alta en la que se desarrolla una gatera o paso estrecho.

(*)  -Se da la nota curiosa que antes de conocer estos parajes, así como el mismo Almuñécar, ya sabía yo la existencia de esta Cueva  desde mi niñez en Beni-Enzar, gracias al inefable ilustrador de comic Juan García Iranzo autor de “El Cachorro”. Sirva esta nota como agradecido homenaje a quién supo comunicarme tanta ilusión  y fantasía con sus dibujos.


NITO