domingo, 9 de junio de 2013

CARMEN DEL NEGRO



Un portavoz del grupo municipal de la oposición, denunció ante la prensa hace unos días, el estado en el que se encuentra el Carmen del Negro, un inmueble municipal catalogado donde está previsto construir el archivo histórico. La obra del carmen, situado en la Cuesta del Chapiz, en el Albaicín, lleva parada casi cinco años.
Y es que el Ayuntamiento espera sin éxito que el Estado aporte la financiación que había prometido para el futuro Archivo Histórico (y la que fue casa de Juan Latino), tras décadas de abandono.
Los turistas que pasan por la cuesta del Chapiz, muy cerca del Palacio de los Córdovas  (y los autóctonos también), se paran extrañados ante reja de hierro tras la que pueden ver un arco árabe y un edificio con gran parte de sus estructuras derruidas. Es la casa en la que vivió en el siglo XVI, Juan de Sessa, conocido como Juan Latino, el primer catedrático de raza negra de la universidad española. Este inmueble catalogado, anexo a Los Córdovas, sufre un grave estado de abandono desde hace más de tres décadas sin que los proyectos de recuperación se hayan llevado a cabo.



El Ayuntamiento de Granada ha decidido poner fin a esa situación y, al menos, adecentar el espacio exterior y consolidar el inmueble para que no siga cayéndose. La concejala, Isabel Nieto, confirma que han incluido las obras en los presupuestos de la Gerencia de Urbanismo para el próximo año, «ya que no podemos seguir a la espera de que el Estado, que ya negó fondos para acometer esta restauración, nos mande el dinero que nos hace falta».

Que no sigan cayendo tejas, que las paredes no se vengan abajo y que la parte ajardinada, al menos, esté decente. La idea es que el inmueble del siglo XIV no de la mala imagen que ahora aporta a un espacio clave del Albaicín, junto a los Córdovas y el Centro de Estudios Árabes.

El Carmen del Negro es, además, el espacio donde el Ayuntamiento inició la construcción del Archivo histórico Municipal. Un proyecto que sigue coleando desde el 'tripartito' para albergar el patrimonio documental de la ciudad que, en su momento, tenía un coste de más de nueve millones de euros. Un proyecto que la primera corporación presidida por Torres Hurtado se encontró iniciado y sin terminar y para el que no había financiación alguna. Isabel Nieto, señala que «fue un proyecto que nacía sobredimensionado, ya que se le solicitó a un gran arquitecto, Feduchi, que no tuvo en cuenta el enorme coste que podría tener su idea de construir un gran búnker para el archivo municipal. El equipo del alcalde Moratalla tampoco tuvo la previsión de dotarlo económicamente».

La silueta de la Historia

Desde 2004, ya con Torres Hurtado como alcalde, se acometió la primera fase del Archivo Histórico, que costó tres millones de euros. Para la segunda parte, en la que se incluía el millón de euros que costaría arreglar el carmen, le pidieron al Ministerio de Economía que concediese fondos europeos, «pero fueron negados por el gobierno del señor Zapatero, por lo que no se pudo continuar con el proyecto, ni del archivo ni del carmen», dice Isabel Nieto.
Ahora, cuando la situación del carmen ha llegado a niveles insostenibles, el Ayuntamiento ha decidido aportar el dinero que sea necesario para adecentar y consolidar los exteriores de este espacio histórico del Albaicín. «No para restaurarlo, sino solo para que no se caiga aún más, porque no tenemos dinero para otra cosa», dice.


Pero, a todo esto, ¿quién fue Juan Latino…?
La Crónica histórica nos dice que fue un esclavo de raza negra, traído de la gran Etiopía, que llegó con su madre como esclavo a España siendo muy niño y fue comprado (entre 1518-20, aproximadamente) para la familia Fernández de Córdova, el Duque de Sessa y su hijo Gonzalo, que colocaron al negrito Juan como compañero, previamente bautizado tres o cuatro veces ―por si acaso, ¡era tan negro…!- Que creció Juan junto al futuro duque, como compañero y amigo, aunque esclavo.
Y tanto creció su conocimiento en la cultura latina clásica hasta el punto que, de llamarle Juan de Sessa (los esclavos tomaban el nombre de la Casa que los poseía) o Juan el Negro, empezaron a llamarle Juan Latino, y se ganó una justísima fama por sus conocimientos y progresos en esta lengua. Tanto subió su prestigio que finalmente consiguió ―a los treinta años― la manumisión y su libertad, a la vez que una dote y una esposa blanca, bella y de distinguida familia, por increíble que parezca.

La ruina en el vergel

Llegó a ser profesor de latín en la universidad creada por Carlos V, y catedrático de Gramática en el Colegio Cardenalicio. Amigo del arzobispo Pedro Guerrero, y del presidente de la Real Chancillería
Pedro de Deza, entre otros.  Sobre la fecha de su muerte también existe indeterminación. Sabemos que está enterrado en la iglesia granadina de Santa Ana y San Gil, y que un incendio ocurrido mucho después de su fallecimiento destruyó las actas de inhumación entre 1596 y 1599; al no haberse encontrado estos documentos en los archivos parroquiales, razonablemente puede suponerse su óbito entre tales fechas, a muy avanzada edad.
Lápida existente en la iglesia de Santa Ana.

Según cronistas como Diego Ximénez de Enciso (Sevilla, 1585-1633), tenía Juan de Sessa “más de noventa años” cuando vivía retirado de la vida pública por causa de una enfermedad de la vista, posiblemente cataratas que le causaron completa ceguera. Puede afirmarse sin embargo –y es lo verdaderamente interesante –, que Juan de Sessa vivió y fue testigo excepcional del siglo XVI en Granada, una época decisiva en la historia de la ciudad. Todo esto fue, y es, meollo histórico de Granada.

No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla.

NITO