martes, 27 de abril de 2021

LA INTERMINABLE HISTORIA DEL AEROPUERTO DE GRANADA

 

DC-3 de Spantax (Dibujo cortesía de J.A. Cifuentes)

 (Continuación)

Al final de la década de los 50 [clik], el aeropuerto militar de Armilla, con su pista de tierra y su “barracón- terminal”, recibe tres vuelos semanales de Aviaco entre Granada y Madrid, mientras que la Royal Air Maroc mantiene su vuelo semanal con Tánger y Casablanca.  Al inicio de los sesenta, las aspiraciones de los granadinos se centra en que los vuelos a Madrid sean diarios y con aviones de mayor capacidad. En parte se consigue y, hasta 1965, Aviaco hace un vuelo diario de abril a octubre y tres semanales el resto del año. Se utilizan los viejos de DC-3 y los vuelos duran una hora y cuarenta minutos.

Arrancando motores. Convair Metropolitan

El indecente barracón de Armilla

Antonio Gallego Morell escribió en mayo de 1962, cuando aún no era Delegado de Información y Turismo, un durísimo artículo sobre el aeropuerto de Granada donde hace historia, critica el “indecente barracón” que sirve para atender a los pasajeros y recuerda que los DC-3 desaparecerán muy pronto para ser sustituidos por aviones Convair que no pueden aterrizar en Armilla. Y termina acusando de esta situación a “la maldita incapacidad creadora de la ciudad y sus gentes”.

 El representante de Air Maroc denuncia por su parte la tristísima impresión que le produce nuestro aeropuerto, donde a duras penas puede posarse un DC-3. Es la suspensión anunciada de los vuelos con Tánger.

La única reacción oficial es la reunión de la antigua Junta Pro Aeropuerto con el gobernador don José María Alfin Delgado. Fue en junio de 1962, y se acordó  “encargar un estudio técnico para la construcción de pistas” y volver a reunirse cuando se tenga el presupuesto.

Portillo Herrera mete su cuarto a espadas para negar que no pueda llegar ningún avión a Armilla fuera de los DC-3, y pronostica que el Boing 727  (que todavía no vuela en España) es el avión ideal para Granada, ya que sólo necesita una pista de 1525 metros.

El 27 de setiembre de 1963, Adbón firmó  en Ideal un artículo que, entre bromas y veras, deja caer lo que piensan algunos despistados sobre el futuro de la aviación comercial, retratando la actitud de muchos granadinos que no son conscientes de la importancia de un buen aeropuerto para el futuro turístico de la provincia.

Un veterano DC-3 de Iberia  en el Museo

Se afirma que si no se construye el dichoso aeropuerto es porque, como la ciencia aeronáutica avanzaba tan rápidamente, dentro de muy poco será un hecho el despegue y aterrizaje vertical de toda clase de aviones, y entonces sería más turístico y más folclórico construir una pequeña pista en la plaza de San Nicolás para que los turistas vieran así, de golpe y porrazo, el paisaje más bonito del mundo, en vez de un aeropuerto corriente que no dejaría de ser peor que el de Barajas, por ejemplo, por muchos millones que nos gastamos en poner bien el de Armilla.

El añorado Convair Metropolitan que nunca pudo operar oficialmente en Armilla

Y que como ahora, a la gente,  le ha dado por pensar en el turismo, se les ocurrió otra idea más razonable: la de utilizar helicópteros para el transporte de turistas en sus visitas a la capital. Se habilitarían pequeñas plazas de aterrizaje en San Nicolás, la explanada de coches del Generalife, el Compás de Cartuja y así.

Para los turistas sería más rápido todo y podían ver la ciudad desde el cielo, lo cual tiene sus ventajas: más bonito el paisaje; no hay aglomeraciones de tráfico; no verían con detalle ciertos defectillos de cuidado de la ciudad, que no nos gusta que los vean; no percibirían ciertos olores que desprenden  algunos rincones típicos; no serían asaltados por “orejas” y “orejillas”; podrían llegar de un salto hasta Cartuja, sin pasar por la calle Real…

Después de leer cosas así algunos de los luchadores pro aeropuerto piensan que están predicando en el desierto. Pero algo se hace. El Jefe del Sector Aéreo, Ferrán Gómez, adecenta el barracón mientras que Gallego Morell afirma, tras la visita del Subsecretario de Turismo Rodríguez-Acosta: “la posición oficial es que Granada debe buscar recursos para construir la pista y Madrid aportará los medios técnicos para ayudas de vuelo”


El ninguneo oficial

Las conclusiones de la ponencia sobre turismo en el Consejo Económico Sindical de Granada solicitan el aeropuerto como absoluta prioridad para incremento del turismo en Granada. Las de la Asamblea Provincial de Turismo proponen el acondicionamiento de Armilla, para no perder más tiempo buscando otro lugar y constituir una comisión de autoridades y fuerzas vivas para que busquen el dinero necesario para construir la pista. Tras la visita en 1964 de las autoridades al caudillo Franco, éste les dice que la solución del aeropuerto de Granada es difícil”.

Dos meses después, el Consejo de Ministros aprueba el Plan Aeropuertos y no aparece el de Granada. Los incluidos son, en una primera fase: Madrid, Barcelona, Palma, Málaga y Las Palmas. Y para la segunda fase: Alicante, Gerona, Almería y Asturias.

Gallego Morell lanza otra andanada en la prensa, jugándose el puesto, para pedir que “el aeropuerto tiene que convertirse en una realidad desde la propia Granada y los granadinos tienen que interrumpir su siesta para dejar de ser espectadores con los brazos cruzados”. El gobernador Cañizares se siente directamente aludido y contraataca con una nota defendiendo lo mucho que se trabaja por el aeropuerto “lejos de sestear en los cargos” pero con la “prudencia y lógica lealtad a los altos órganos del gobierno”

Al menos se consigue otra entrevista con  Franco, que según dicen “ha manifestado su interés por llegar a fórmulas concretas y resolutivas”, por eso viene a Granada el Subsecretario del Ministerio del Aire, General Laviña, el cual manifiesta tajantemente que Armilla está descartada porque tiene muchas servidumbres y obstáculos y un desnivel del dos por ciento en las pistas. Y hasta visita posibles ubicaciones en los llanos de Silva y del Temple.

El golpe definitivo: suspensión de los vuelos de Armilla.-

El golpe definitivo se produce el 26 de abril de 1965, Aviaco interrumpe sin previo aviso el servicio aéreo con Madrid sin dar ninguna explicación. Enorme preocupación en Granada y lluvia de telegramas a las autoridades de Madrid. Fraga Iribarne telegrafía diciendo que la suspensión se debe a falta de personal y Aviaco explica que todo se ha originado por “dificultades ajenas a la empresa… Y que en Granada no se ha podido operar con otro tipo de avión tras la retirada de los DC-3”.

Esto último era la auténtica razón y los nuevos Convair Metropitan  no pueden aterrizar en la infame pista de Armilla. Lo cierto es que esta suspensión temporal se convertirá en una pesadilla de siete años.

DC-3 descansando tras su dilatada carrera.

RENACE LA ESPERANZA

Se inician las obras.-

El 17 de julio del mismo año de 1970 llega por fin el anhelado momento del comienzo de las obras. Para el acto de la primera piedra, que fue en realidad de la primera paletada para el movimiento de tierras, se instaló una pequeña tribuna donde se situaron las autoridades, casi todas distintas a las que había cuando se inició en mayo de 1965, cinco años antes, la batalla proaeropuerto. Allí estaban el Gobernador Gómez Jiménez de Cisneros; Presidente la Diputación, Mártirez Cañavate; Alcalde de Granada, Perez  Serrabona; Alcalde de Santa Fe, Agrela Taboada; Alcalde de Chauchina, Pugnaire Gutiérrez; Jefe de la Comandancia Aérea de Granada, Comandante Antonio Rodríguez; Ingeniero Jefe de las obras Comandante Pedro Calvo; y los ingenieros de Vielsa, la empresa constructora, Fernández Gómez y Pérez Pire.

Afortunadamente no hubo muchos discursos. El párroco de Chauchina, Francisco Isla, rezó una oración pidiendo por los que han de intervenir en estas obras y enseguida empezaron a trabajar las máquinas excavadoras. Ya se sabe que la pista tendría pavimento flexible con cabecera de hormigón, 2400 metros de longitud y resistencia para aviones de hasta 185.000 kilos de peso máximo al despegue. Se dice que antes de dos años deberán estar terminadas las obras. Y fue verdad. Pero esto lo veremos en la próxima década.

Un Convair Metropolitan de Iberia  despega airoso hacia su destino


Fuentes consultadas,.

"Granada" de José Luis Entrala.

Prensa Local de Granada 

Revista Aeroplano

FIN