viernes, 28 de abril de 2023

LIBRERÍA “SUCESOR DE CASSO”


Librería "Hijos de Santiago Rodríguez" de Burgos, la más antigua de España (1850)

NOTA PRELIMINAR.-

 Nunca pude imaginarme  que la librería-papelería en donde he entrado casi a diario ha recibido recientemente el meritorio galardón de ser, actualmente, la más antigua de Granada. Situada en la avenida Dílar, 122, en el conocido barrio del Zaidín, mantiene el sabor de los viejos comercios de otra época, aunque renovado y equipado para atender las necesidades de los tiempos modernos. Inaugurada el 1968, la papelería librería Mesa es, actualmente, la más antigua de Granada. Es tal su solera que hace unos años recibió el conocido premio «Gorrión de Plata».-

Acostumbrados, como estamos, a “despedir” viejas librerías que nos han acompañado durante toda una vida, no he podido sustraerme a la tentación de recordarlas. Pero también quisiera mencionar a otras que no llegué a conocer (tan sólo pinceladas y anécdotas de mis abuelos) y que fueron señeras en Granada. Tal es el caso de: Una librería con Historia.


LIBRERÍA “SUCESOR DE CASSO” 

La librería Casso en calle Reyes Católicos. -Granada-

Fue una librería, imprenta y papelería de  lo más popular (nos cuenta Juan Bustos Rodríguez) y acreditada en la ciudad hasta bien entrado siglo pasado. “Con su rótulo —tradicional para referirse a algunos propietarios— de «Sucesor de Casso», sus escaparates sencillos de madera y sus anuncios bien visibles, «Venta de figurines» y «A peseta», como reclamos para el público de paso. La tienda era frecuentísima por toda clase de gentes, porque en ella había desde papel de escribir a revistas españolas y extranjeras, desde recortables a lápices y plumas estilográficas, «la última novedad, la pluma Swan de llene automático, con el doble capuchón de seguridad y la palanca chapada en oro».

La más antigua del mundo, "Colegio", está en Buenos Aires, Argentina (1785)

Pero la actividad más provechosa era la de la imprenta, porque los Juzgados estaban entonces en el mismo edificio y, aunque sólo fuera por esta proximidad, las cuantiosas necesidades de impresos se solucionaban allí. Pero digamos, que ya es hora, que el popularísimo comercio estaba en la calle de Reyes Católicos, más o menos en la manzana que ahora ocupa la cafetería «Reina Ysabel» o siguientes. La calle, por cierto, hacía allí una especie de pendiente o acentuado desnivel hacia la acera. La librería era fácil de localizar, por otra parte, ya que se hallaba muy próxima a uno de los lugares de reunión más frecuentados por media Granada: “La Escribanía”… En la revista “Granada Gráfica”  el establecimiento se anunciaba así: “El mejor restaurant, servicio permanente de comidas a la carta, vinos, café, refrescos, aperitivos, gran confort. Esta casa está considerada como la primera de Andalucía en decoración y servicio. Cañuelo, 5 al 9 y Abenamar, 6 al 10.  Espalda a la Gran Vía y salida a Reyes Católicos. Teléfono 493. Granada”… La vista de uno de los comedores de la casa, profusamente decorado, en efecto, con azulejos y arabescos, completaba la publicidad. Algunos granadinos que conocieron el local me aseguraron que tenía sus “cuartos reservados”, a los que se entraba directamente por una puerta discreta.

La más bonita del mundo está en Lisboa

Don Manuel de Falla solía acudir a esta librería del “Sucesor de Casso”, cuando pasaba de regreso hacia  su Carmen de la Antequeruela . Me dicen que, en la  acera de enfrente el tranviario, con  la misma cortesía que el resto de los viajeros, solía esperar a  que don Manuel saliera de la tienda y subiera al vehículo. Imaginamos sin esfuerzo al compositor, la timidez en persona, dando disculpas poco menos que desolado por la espera que inadvertidamente ha originado, y el tranvía arrancando, al fin, con un alegre rechinar de ruedas y un músico genial, pensativo, menudo y vestido siempre con mucha modestia, acomodado en su asiento del ruidoso vehículo. Todo esto nos sugiere la vieja foto de la hace tiempo desaparecida librería de “Sucesor de Casso”. Con figurines  -“El Hogar y la Moda”  y “Cosmopolitan”, entre los más populares-, al precio  de una peseta, que no era  ninguna tontería en aquel tiempo”.



NITO