jueves, 11 de septiembre de 2014

PAILEBOTE “HIPOCAMPO”

Concentración de pilot-boat: Amor por la tradición velera
Con mucha ilusión, con infinitas “vivencias náuticas” de mi niñez a cuestas y con una modesta maqueta de pailebote realizada hará una treintena  años, como leitmotiv  recurrente, quisiera hablaros de este mítico velero, que no hace tanto tiempo, era abundantísimo en nuestras costas. Nuestra Literatura, nuestras leyendas, nuestra historia, están profusamente ilustradas con esta modesta nave.
Veamos algo de su rol, su descripción y la historia viva de algunos modelos  españoles todavía en uso. Señalando que el gran momento de los motoveleros fue durante la posguerra, en un escenario con graves deficiencias en el sector del transporte y fuertes restricciones en cuanto a los combustibles:
 La denominación Pailebote viene del término inglés pilot´s boat, (embarcación del práctico de los puertos ingleses de la segunda mitad del siglo XIX), con el que se designa a una pequeña goleta de líneas muy finas y generalmente de solo dos palos, usada hasta hace pocos años en el tráfico de cabotaje por las costas españolas.
El Mediterráneo: Campeón en la construcción de veleros de cabotaje
Un pailebot o pailebote es pues, un tipo de embarcación de vela que ha tenido diversos usos: mercante, pesca o yate de recreo. Su aparejo es una variante del de las goletas, pues también consta de dos o más palos sin cruzar aparejados con velas cangrejas o bermudianas en todos sus mástiles, pero, así como la goleta tiene todos sus mástiles de igual o muy similar longitud, el pailebote tiene el mástil de proa, llamado trinquete, ostensiblemente más corto. Su diseño le permite alcanzar gran velocidad.

Perfil del Sta. Eulalia
El empleo del pailebote se inició poco después de la primera guerra mundial, y vino a remplazar a los grandes y viejos veleros, que, al no poder competir con los buques de vapor, se habían refugiado en el tráfico de cabotaje. La ventaja de este tipo de embarcación estriba en su sencillo manejo, para el que precisaba de pocos tripulantes. Cabe destacar que hasta su desaparición los tripulantes participaban en las operaciones de carga y descarga, desempeñando generalmente la función de maquinilleros y percibiendo por ello una remuneración por cada día trabajado.

EJEMPLOS VIVOS


El Santa Eulàlia en la actualidad

 

El Pailebote “Santa Eulalia”

Los amantes de la navegación tenéis la oportunidad de salir a navegar en el pailebote Santa Eulàlia, un velero mercante construido en 1918 que el Museu Marítim de Barcelona ha recuperado y restaurado. La navegación tiene una duración de 3 horas y se hace un recorrido por la fachada marítima de Barcelona.

En el Moll de la Fusta de Barcelona, a pocos metros del Museu Marítim al que pertenece, se encuentra el pailebote Santa Eulàlia,  bonita embarcación histórica de tres palos, restaurada para el disfrute de todos aquellos que quieran saber un poco más sobre el pasado marinero de nuestro país.
En este estado lamentable se encontraba el Sta. Eulália

En 1997, este Museo, adquirió en subasta una embarcación histórica y muy especial: el barco llamado por aquel entonces Sayrernar Uno y que estaba concebido para tareas auxiliares en trabajos de submarinismo. Tras un cuidadoso proceso de restauración que permitió recuperar fielmente su aspecto original, el barco fue anclado en el Moll de la Fusta del Port Vell de Barcelona y rebautizado con el nombre de Santa Eulàlia, la co-patrona de la ciudad.
Gracias a esta operación pionera en España, se daba un paso más en la divulgación de un patrimonio marítimo de primer orden. Además, el pailebote se recuperó de tal manera que no supone solamente un lugar de visita, sino que al mismo tiempo constituye un buque insignia del museo cuando navega por las aguas del Mediterráneo.

El día de su rebotadura: Acción encomiable del Museo de Barcelona

La visita de esta vieja embarcación, construida en 1918 en Torrevieja con el nombre de Carmen Flores, es más que recomendable. El barco es un magnífico representante del museo dentro del agua; un ejemplo de pailebote de tres palos que podremos conocer paseando por el puerto o, mejor aún, si subimos a bordo y descubrimos todos los secretos de la navegación a vela.

 


El más antiguo del mundo: El “Isla Ebusitana”

Es uno de los barcos con más historia de España, se trata del Pailebote de 33 metros, ISLA EBUSITANA, con el armador Antonio Lorente López y defendiendo los colores del Club de Mar de Puerto Sherry.


Pailebote "Nieves"
Su Historia
El velero fue botado al agua por el constructor naval José Coll en el año 1856 en Palma de Mallorca con el muy religioso nombre de Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Su casco fue hecho con maderas de la isla, fundamentalmente de pino y roble. Había dobles tablas de pino de 80 milímetros cada una sobre cuadernas de roble de 280 milímetros de grueso. El velero fue dedicado desde su botadura hasta los años setenta del siglo XX al comercio marítimo desde las Islas Baleares y otros puertos, como Valencia, Vinaroz, Málaga, Barcelona y finalmente Ibiza.
El primer motor no le fue instalado hasta el año 1933. Era un Otto Bronz de segunda mano, fabricado en 1920 y que tenía apenas 40 CV.
La vida comercial bajo pabellón Español terminó en el año 1978m cuando sus dueños Ibicencos vendieron entonces el Motovelero a una persona de nacionalidad holandesa. Después de otros cambios de propietario paso en 1987 a manos de un señor Suizo, Christian Vondruska, quien a lo largo de 17 años iba a cuidar miméticamente del barco, garantizando así que no se perdiera este histórico velero.
Finalmente, en verano de 2004 fue adquirido por unos empresarios del Mar Menor, sus nuevos dueños volvieron a poner el barco bajo pabellón Español. a finales de 2005 Dº Antonio Lorente decide asumir el reto en solitario, trasladando el barco a Cartagena.
Actualmente Cartagena y Puerto Sherry, concretamente el Club de Mar, son las bases del barco.

Mi pailebote "Hipocampo". En los banderines de señales dice MANUEL

El mítico y quimérico “Hipocampo”
Y, cómo no, fuera de catálogo (y motivo o excusa para este artículo), he aquí mi quimérico y querido pailebote “Hipocampo” matrícula de Palma. No se perdió en ninguna borrasca, ni en ningún otro siniestro marinero: Sencillamente, no existió ¿o tal vez sí…?

Soñar no cuesta nada
Veamos: Como “Hipocampo” no existió tal pailebote; pero si existió como “Virgen de Loreto” –postrer nombre de los varios que recibiera este enigmático motovelero, de andaduras e historia desconocida para mí- que, a mis seis años, apareció en mi vida un buen día en la Base de Hidroaviones del Atalayón de la Mar Chica (Melilla). Barco, desvencijado y desarbolado (solo tenía los palos machos), pero muy cuidado por la marinería de la Base y al cual me era permitido entrar y salir como por mi propia casa, con solo tres condiciones: No subir a los palos. No bajar a las bodegas. Y siempre vigilado por el botero.

Así sería el aspecto del "Virgen de Loreto" cuando lo conocí
Nadie supo contarme después, el origen de su historia, ni cómo Aviación lo tenía en la Base de Hidros. Su última singladura,  dicen,  antes de convertirse en pontón, fue Melilla-Los Alcázares (otra base aeronaval en Murcia), cargado de motores para revisar o averiados de los hidroaviones Dornier-Wal (tipo “Plus –Ultra” y de los que llegué a conocer cinco, en estado operativo, de los catorce que existieron al final de la guerra civil con los que se formó la 51 Escuadrilla). 

Mar-Chica vista desde el Gurugú. La península en ella es El Atalayón.

En el viaje de tornavuelta a su base en Melilla fue sorprendido por un fuerte temporal que arrasó su arboladura, llegando a duras penas a su base con la ayuda de su débil motor Otto Bronz de apenas 50 CV.

Chatarras de aviones Dornier y enigmáticos veleros:¿Caben mejores juguetes...?

Se contaba entre la marinería que este buque en 1920, había establecido un record de velocidad a vela, pues en sus orígenes carecía de motor, entre Barcelona y Soller (Mallorca) en 12 horas, marca en verdad asombrosa si se tiene en cuenta que el “Vapor” Correo de Transmediterránea, en la actualidad tarda cerca de 8 horas.
Esta marca solo nos dice dos cosas:  Lo fino y veloz que era este tipo de velero de cabotaje y las “tripas” de su patrón.

Con su línea de arrufo quebrantada apareció varado en la playa este motovelero
Sobre su posible origen mi padre me contó, no sé si fantaseando o no, que apareció varado y con grandes  destrozos en la barra de la Restinga de La Mar-Chica tras un fortísimo temporal de Levante durante la Guerra Civil. ¿Contrabando, armas, fuga de personajes de la ciudad camino de “la zona francesa”…?¿Por qué desapareció su folio, su matrícula?
Con esta reseña yo he indagado y encontrado varios naufragios y desapariciones de Pilo´s-Boat  en Melilla. ¿Alguno de ellos podría ser mi “Hipocampo”…?


Hundimiento del Pailebote"Alfredo" en el puerto de Melilla en 1924


"Dicen que fue marinero
el que supo hablar al viento,
enseñando a su velero
el norte en el firmamento"

NITO


lunes, 1 de septiembre de 2014

LOS FITÓNIMOS EN NUESTRAS CALLES


Acuarela de Carmona Almendros

(Continuación)

Después del agua, como elemento inspirador en el callejero, quizás sea el mundo vegetal el que más nos distingue de otro pueblos y ciudades. Es decir, los fitónimos para nombrar a nuestras calles y plazas.

 Una ciudad cuya otrora exuberante vegetación y vasta arboleda se alaba por propios y foráneos, incitando encendidos ditirambos en los escritores arábigos y no menos hiperbólicos elogios en los cristianos, que se muestra hipersensible ante el paisaje que las causa, y protesta (casi siempre inútilmente) las talas seculares que lo deterioran, tenía que rotular su callejero con abundantes fitónimos.



De tal manera, nos encontramos con referencias a árboles y plantas que testifican su presencia como ornamento de paseos y jardines, que sirven de sombra y alivio en los patinillos que centran sus casas, o definen espacios como el huerto-jardín de sus cármenes, o reptan y se alzan por los tapiales encalados, dando carácter a un urbanismo peculiar: Ciprés (hoy Málaga; y su homónima en el Albayzín, hoy Fátima), Granadillo, Almés, Alamillos, Naranjos, Pino, Cambrones, Rosal, Jazmín, Parra...


Foto de Mayte Martínez Caro

 «Tienen sus huertos y jardines con tantos naranjos, cidros, limones, toronjos, laureles... que parecen las casas de encantamento... ay en ellas otros tantos vergeles», y añade Bermúdez de Pedraza: «no ay casa grande, mediana, ni pequeña que no tenga huerto, parra, naranjo, o maceta con flores, o yerbas olorosas».

Y Huerto, Jardines y Vergeles también encuentran su lugar en el nomenclátor.



NITO