viernes, 1 de enero de 2021

NOTICIAS FRESCAS SOBRE EL 2 DE ENERO



Noticias frescas.- Así decía, hace tiempo, el ínclito e inmenso Don Francisco Izquierdo sobre el fingimiento granadino, al hablarnos sobre “La Toma”. 

<…Traer o llevar “noticias frescas” es expresión que, bien intencionada, significa comunicar novedades, hechos recientes, sucesos calentitos, pero, por un lado y debido a la sorna popular, la frase da a entender que las noticias son tardías, añejas de mucho tiempo y, por supuesto, conocidas por todo quisque, hasta por los que no se enteran de nada>.

En Granada, en cambio, las noticias frescas son de anticipación, como huevo de gallina aún sin poner. Contamos como ejemplos verdaderamente asombrosos: El adelanto del dogma de la Inmaculada Concepción en tres siglos por mano caligráfica de un capuchino del  marketing fervoroso, verdadero genio de la publicidad interactivo-devota.

Gracias a su antepromoción, los granadinos gozan de la columna triunfal, obra de Alonso de Mena y Francisco Potes, que preside los jardines de El Triunfo.  O la noticia de que en el año de 1616, año en que mueren Miguel de Cervantes y Guillermo Shakespeare, “dan comienzo en Granada los trabajos para la instalación de la red telefónica”, según afirma Luis Morell y Terry en sus Efemérides granadinas (1882).

Nuestro eterno Bertuchi

La diligencia en crear la noticia y en madrugarla que diría un astuto reportero, se manifiesta a finales del siglo XV. La información insólita ocurre antes de la entrega de la ciudad a los Reyes Católicos, acontecimiento sucedido el 2 de enero de 1492, aunque no está tan claro, según veremos seguidamente.

Los breves, noticias de corta extensión literal, eran impresos de cuatro páginas en tamaño pliego de cordel  a manera de gacetilla o noticieros que circulaban de uno a otro país y con premura de información al día, de flagrante actualidad.

Los breves editados en relación con la Toma de Granada ganaron por la mano al hecho histórico, lo anunciaron con delantera de años. Es el caso del pliego intitulado Ad Hispaniarum  Príncipes Ferdinandum  et  Elizabeth panengyris de triumpho Granadatensí, escrito por Paulus Pompilius y publicado por Eucharius Silber, en 1490.

"La Conquista" de Carlos Luis de Ribera (Museo Catedral de Burgos)

Aunque este Eucario Silber, de Roma, ya había estampado otro breve sobre la conquista en 1487, año en que el tipógrafo Hurus de Zaragoza publicaba el suceso. Y Rugerius, establecido en Florencia, acometía el mismo tema en 1490, copiando al citado Pablo Pompilio, así como varios impresores de distintos lugares, pero en la misma fecha, se adelantaron a cantar la gesta de los castellanos contra los musulmanes granadinos.

Hubo autores y tipógrafos más precavidos, como Mantegattis, de Milán; Treperel, de París; Ungut y Polono, de Sevilla, y del mismo Eucario Silber, de Roma, este con tercera edición, que lanzaron al público sus breves en 1492, el año del evento, que dicen los cúrsiles, pero las tropas cristianas entraron en Granada con los panegíricos en las mochilas, prueba de que la edición de los ejemplares se hizo en 1491, quizá antes. Era la crónica de una muerte anunciada, con perdón de Gabriel García Márquez.

La Puerta de los Siete  Suelos o "Bab al Gadur"

La burla de fechas ocurre igualmente “el memorable, fausto y felicísimo” día dos de enero de 1492, “término dichoso del imperio de la infidelidad en la Península, satisfacción del sentimiento nacional, seguro de la unidad española” y, por lo mismo, “el más grande hito de en los anales hispánicos”.

Instituido como fiesta solemne en 1519, conforme a lo dispuesto en el testamento de Fernando el Católico, esa “fecha poderosa e indeleble” tuvo a lo ancho del tiempo contestaciones chumgueras, a manera de ardid de conjuras casi intencionado en algunos casos y fortuito o en otros. Respuesta camelística que ha suavizado o ha entorpecido más de una vez la solemnidad y altanería del hecho y de su celebración.

Lo que nunca sabremos es si los hados  de la guasa trastocaron, cuando les vino en gana, el aparato fanfarrón del triunfo de la Cruz sobre los enemigos de Cristo o fueron los propios granadinos, gente de tan diversa casta e intenciones, los que confundieron, desairaron o dedicaron higas al importantísimo cumpleaños y a sus magníficas conmemoraciones.  O fueron ambos intermediarios apadrinados por el fingimiento.

Remedando a Padilla (serie TVE "Isabel"

De primeras inventaron la sopa de letras con posibles vocablos de seguidores del dos de enero, divertimento que consiste en cruzar sinónimos y antónimos para despiste de muchos y sinsabor de unos cuantos. Y así, desde la sospecha, descubrimos los términos reconquista, conquista, triunfo, derrota, capitulación, ganancia, rendición, toma, entrega, incorporación, restauración y tantos más.

Pasatiempo chungo este de las palabras cruzadas por lo que tiene de acertijo y por lo que encierra de hipocresía, aunque ha servido durante siglos para ingeniar titulares de sermones histórico/panegíricos  y vaniloquios políticos, pronunciados cada 2 de enero en la santa iglesia Catedral o en el salón de plenos del Ayuntamiento.

Por lo pronto, la broma se instala en inscripciones recordatorias del suceso y de los protagonistas, textos con vocación de epitafio y a menudo tarados por el humor errátil o la errata cachonda. Ocurre en la lápida de mármol con letras de plomo que hay junto al retablo de la puerta de la Justicia de la Alhambra.


Dice: “Los muy altos y poderosos Señores Don Fernando y Doña Isabel…/ …. conquistaron por fuerza de armas este reino y ciudad de Granada, la cual, después de haber tenido sus altezas en persona sitiada mucho tiempo, el rey moro Muley Hacén les entregó con su Alhambra a dos de Enero de 1492…”

Muley Hacén murió en 1485, seis años antes. Otro ejemplo está en el pasadizo que une el Mexuar con el patio de los Arrayanes donde se afirma, con rótulo de la época:

“Los muy altos… / … Señores Don Fernando y Doña Isabel…/ … conquistaron esta ciudad y su reino y les fue entregada a once días de Enero de mil cuatrocientos noventa y uno”.

Mas, otra lápida desaparecida, que presidió la ermita de los Santos Mártires de la Alhambra, aseguraba que la entrega de las llaves por Boabdil se efectuó “en este sitio”, o séase, en el Campo de los Mártires, al ladito del hotel Palace. Y por citar una última leyenda, recuerdo la inscripción de la ermita de San Sebastián, en el paseo del Violón, cuyos errores hacen tamaño favor al dos de enero de 1492.


Interesante boceto original de Benlliure

Y, sí hemos de creer a los cronistas, menuda novatada le gastó el dos de enero al ilustre desesperado Don Cristóbal Colón. Dicen que abatido y sin esperanzas, el marino salió secretamente del Real de Santa Fe, muy de madrugada, camino de La Rábida con la “intención de recoger a su hijo Diego y marchar a Francia”. Cuando el mensajero enviado por Isabel la católica le alcanza cerca de Moclín y le insta encarecidamente, en nombre de la Reyna, a que vuelva para seguir las capitulaciones del viaje a Cipango, Don Cristobal  va y no se fía, respondiendo al mandadero con un corte de mangas genovesas. Trabajo costó convencerle, siendo el día de la toma de posesión de Granada por los ínclitos Reyes Católicos.

En los desplantes al dos de enero también intervino la famosa campana de la torre de la Vela. En 1732, el mismo día del aniversario, a un sastre de Alhama, luego de guardar cola durante la noche anterior para subir de los primeros hasta la campana y rubricar con el badajo la expulsión de la morisma, le bastó un solo talán para quebrarla y dejarla inútil.

"El suspiro del moro" de Francisco Pradilla y Ortiz (1848-1921)

Fue un golpe de réquiem que enterró ese año el jolgorio de los granadinos. Mandaron fundir otra, ésta de 104 arrobas, se instaló a tiempo, no sin gran esfuerzo, pero “unos aires muy recios” la volvieron a cascar en 1739. Malas lenguas dijeron que fue el mismo sastre de Alhama, lo que dio lugar a la intervención de los inquisidores, siempre tan desconfiados, y el sastre cumplió pena de destierro y la advertencia severa, en caso de visitar Granada una vez cumplido el exilio, de “no acercarse un ápice”  alrededor del conjunto monumental, ni siquiera de mirar cara a cara la torre de la Vela.

Los propios granadinos, tan apegados a la fiesta inicial del año y a su pompa y bureo, tomaron como pretexto cualquier motivo que afectará a sus faltriquera para montar el fingimiento de la protesta y de paso enturbiar la fecha luminosa de los fastos locales.

Bobdil y Gonzalo de Córdoba, una amistad más allá de la religión

Así sucedió en 1631, después de pregonada la pragmática de la sal, la cual mandaba vender el celemín a cinco reales. “Uno de los mayores precios que se an impuesto en esta monarchuía”, escribe Henríquez de la Jorquera y añade: “no siendo su valor más de seís cuartos en esta ciudad”. Como el tributo era injusto, los lugareños se echaron a la calle y el dos de enero, fecha en que se pregonó la pragmática, murió súbitamente en los balcones del Cabildo. Lance que se reprodujo a los 6 años. El dos de enero de 1639 se hizo saber públicamente una orden real en la que se exigía el registro de los tratantes y mercaderes nativos y de los franceses avecindados en la ciudad, a fin de que “todos los travaxabores pagasen un tanto cada día para su Magestad”. Nuevo alboroto y luego desplante a la histórica fiesta.

Y de mal agüero fue el dos de enero de 1641, pues en su madrugada “sucedieron cinco muertes en distintas partes que fue un caso lastimoso porque todas fueron muertes desastradas y en pendencias trabadas”, con lo que se tuvo ese día por nefato y nadie salió de sus casas.


El dos de Enero de 1642 también se malogró el Día de la Toma, pues en tal fecha ahorcaron en la plaza de Bibarambla a uno de los famosos y temidos vaqueros de Güejar  Sierra, salteador de caminos y asesino de varias personas, espectáculo que atrajo a tantísima gente, hasta colmar la plaza después de larga espera, que el personal no hizo caso a la procesión cívico-religiosa y menos aún a los jolgorios previstos, incluidas las campanadas de rigor exorcista.

En estos días que corren, se pretende un nuevo disimulo del “memorable, fastuoso y felicísimo” dos de enero de 1492. Esta vez por mano conveniente de los listos del octavo día, líderes de la tolerancia y del oportunismo político, pregoneros de la amigable compañía de las tres culturas tradicionales granadinas. Uno se pregunta: ¿Dónde están las tres culturas locales? ¿Hubo alguna vez convivencia entre judíos, moros y católicos? ¿No es un cachondeo transgénico dar cuarrécano por melón?>

Y en este afán polemista de los granadinos que se visualiza el 2 de enero, en las movilizaciones de los que están a favor o en contra de la celebración, tú, finísimo lector mío, ¿qué opinas sobre la fiesta…? ¿La Toma o la dejas…?

Ermita de San Sebastián, hoy

Lápida de mármol colocada en el siglo XVIII para conmemorar la entrega de la ciudad, aunque redactada con numerosos errores:

"Aviendo Muley Boaudeli, último rey Moro de Granada,

entregado las llaves de esta ciudad el Viernes dos de Enero

de 1492 a las tres de la tarde en la puerta de la Alhambra a

nuestro católicos Monarcas Don Fernando de Castilla y Doña

Isabel de Aragón, después de 777, que esta ciudad sufría el

Yugo Mahometano desde la pérdida de España, acaecida en

Domingo 2 de Noviembra del año 714 salió dicho católico Rey

a despedir a el expresado Boaudeli hasta este sitio antes

Mezquita de Moros, y entonces eregida en Hermita de

San Sebastián, donde dieron los primeros gracias a Dios

el Glorioso Conquistador y su exército, entonando el

Te Deum, y tremolándose el Estandarte de la Fe en

cuya memoria se dic dicha hora la Plegaria en la Catedral

y se gana indulgencia plenaria, rezando tres Padres Nuestros

y tres Aves Marías."

"La Toma" de 2021, Año del COVID: Silencio y soledad.


NITO

 

Bibliografía.-

"La Granada fingida" de Francisco Izquierdo.

"El Independiente" de Granada.

Diario "Ideal"