Es este un invento culinario gomero, poco extendido por las demás islas, sabroso y picantillo. Plato frugal, sencillo, pensado para aprovechar restos de quesos duros en cocinas humildes y rústicas. ¡Ah, y no olvides!: Cuanto más pique, más vino trasegarás y más grandes serán, en consecuencia, los “nuos” de pan que emboles, que de eso se trataba en tiempos difíciles: Alimentarse gustosamente de casi cualquier cosa. Después de probar el que venden ya hecho al gusto guanche, prefiero hacerlo yo mismo, pues no tengo el gaznate de hojalata como ellos: ¡Y cómo pica el cabrito..!
.
La receta, tal como me la dieron: El almogrote es relativamente fácil de preparar. Sólo tienes que hacerte con un buen pedazo de queso “que rebote contra el suelo como una piedra”, (si no es posible buscarlo gomero, al menos que sea de cabra , bien pestosillo que ofenda a tu pituitaria y que esté muy curado). Tienes que trocearlo lo más pequeño que puedas y pasarlo luego por el mortero.
Luego pelas unos tomates y mézclalos con el queso, “dos pimientas piconas de puta la madre” (pimientos secos algo picantes, semejantes a la ñora murciana), unos dientes de ajo bien picaditos y un poco de aceite de oliva. Pásalo todo por la batidora hasta que obtengas una mezcla homogénea.
Es entonces cuando ya puedes disfrutar del peculiar e intenso sabor del almogrote untándolo en rebanadas de pan, (mejor si éste está tostadito). Sobre todo si eres amante del queso en todas sus variedades, te encantará.
NITO
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario