domingo, 10 de mayo de 2009

LÁPIDAS EN LA ALHAMBRA

Acta de nacimiento de la nueva poesía española
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Reconozco que en estos paseos alhambreños auspiciados por los chicos de Ofecum, el ronroneo ininterrumpido de nuestro versado guía, cual manantial inagotable de historia, me hace dar en la fantasía y en la ensoñación desmarcándome mentalmente, de tanto en tanto, del grupo.

Así, la pasada visita a los jardines del Generalife, nos topamos con una lápida que enseguida me trajo a la memoria, otros visitantes, otros tiempos, otras inquietudes…

Mirad lo que Andrea Navagero, Embajador de la República Veneciana, pensaba aquí, de estos mismos jardines, una tarde en el verano de 1526:

"El Generalife, aunque no sea muy grande, está muy bien construido y tiene unos jardines y fuentes que son la cosa más bella que yo he visto en España. Tiene varios patios, todos con fuentes abundantísimas, es de notar una con el agua corriente como un canal, llena en su centro de bellísimos arrayanes y naranjos y con una galería que, por la parte exterior, tiene bajo sí arrayanes tan altos que llegan a la altura de los balcones. Hay otro patio más bajo, no muy grande, rodeado todo de verdísima y espesísima hiedra, de forma que no se ven los muros; tiene algunos balcones para aso­marse sobre una hondonada por la que pasa el Darro, ofreciendo una vista asombrosa y agradable. En el centro de este patio hay una gran fuente, con una taza muy grande, y cuyo caño central arroja el agua a una altura de más de diez brazas; el surtidor es bastante ancho de modo que tiene una caída sua­vísima, y las gotas que saltan y se esparcen por todas partes refrescan a quie­nes la contemplan ... En suma, me parece que no falta al lugar ninguna belle­za ni agrado, sino que quien los aprecie y goce, viviendo entregado, en reposo y tranquilidad, al estudio y a los placeres convenientes a un hombre de bien sin desear nada más".

Y en este lugar, que al Navagero le hacía olvidar su huerto de Murano y su heredad de Selva, una tarde en el verano de 1526, habló de los nuevos me­tros italianos con Juan Boscán de Almogáver, ciudadano honrado de Barcelo­na, que más tarde, cuando redacta una carta a la Duquesa de Soma para que sirva como prólogo al segundo tomo de sus poesías recuerda el episodio y los términos de la conversación en el texto que ha sido recogido en la lápida co­locada en aquellos mismos jardines del Generalife:


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" ... Porque estando un día en Granada con el Navagero tratando con él cosas de ingenio y de letras y es­pecialmente en las variedades de muchas lenguas, me dijo por qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos au­tores de Italia. Y no solamente me lo dijo así livianamente más aún me rogó que lo hiciese... Más esto no bastará a hacerme pasar muy adelante si Garci­laso con su juicio el cual no solamente en mi opinión, más en la de todo el mundo, ha sido tenido por esta regla cierta, no me confirmara en esta mi de­manda...".

Las palabras de Boscán, seleccionadas del texto íntegro del prólogo escrito para el libro segundo de la edición de sus versos y dedicado “A la Duquesa de Soma” son el acta de nacimiento de la nueva poesía española del Renacimiento y del Siglo de Oro de nuestras letras.

La lápida fue descubierta en acto coincidente con las sesiones del Festival Internacional de Música y Danza en junio de 1979, por Don Antonio Gallego Morell, Director por entonces del Patronato de la Alhambra.

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NITO

2 comentarios:

KITIYI dijo...

Emocionante descubrimiento para mí. Eres una caja de Pandora, siempre sorprendes.
Un abrazo.

Antonio Montufo Gutierrez dijo...

COMO ME ALEGRO DE ESTE VISITA TAN AGUSTI CON GENTE QUE SE QUIERE Y QUE COMPARTE CONMIGO EL AMOR A LA ALHAMBRA. ANTONIO MONTUFO