jueves, 29 de julio de 2010

EL LIBRO DE FIRMAS DE LA ALHAMBRA

La bellísima taza de la fuente grafiteada por visitantes ilustres
No es la primera vez que, en este cuaderno de bitácora, hablamos de Richard Ford, aquel angelito hispanista, viajero romántico él, que tuvo la osadía, impiedad ó inconsciencia, de grabar su nombre a punta de navaja en los sagrados mármoles de la mismísima Fuente de los Leones.

Las incrustaciones calcáreas, el moho y el tiempo piadosos, hicieron desaparecer este rastro, hasta que en la última restauración habida en el monumento el 3 de noviembre el 2007, fue descubierto y reparado.


El primer Álbum de firmas.

Corolario: Quiero decir que siempre existieron bárbaros…

Me dirán algunos que eran otros tiempos: Tiempos en que esta hazaña no tenía importancia, que ni era delito ni era sancionable. Total: nuestros monumentos se los comían la humedad y las ortigas…

Pero, óiganme, caballeros: Otros viajeros del mismo tiempo, con otros ojos y otras mentes, supieron ver la barbaridad que se estaba cometiendo y aprovechándose de su influencia personal y de los amigos, inventaron el libro de visitas de la Alhambra. Me refiero al caso del poco conocido príncipe ruso Dimitri Dolgorouki en su visita a Granada junto a Washington Irving, que donó este primer ejemplar, encuadernado en rica piel verde de 351 folios que se inició con las firmas de sus donadores el 9 de mayo de 1829. Este ejemplar se conserva en la Biblioteca del Patronato de la Alhambra y el Generalife.



Firmas de Charles S. Peirce en Nov. de 1870

Tuvieron que pasar 43 años y 11 días para que el libro se completara. En adelante, se registrarían aquí las firmas y las reflexiones de los viajeros. Muy interesante es el comportamiento ante este libro, visto como un auténtico souvenir por los turistas, puesto que reunía las firmas de los escritores más famosos y los artistas más brillantes que habían visitado el monumento cuyas obras habían contagiado a varias generaciones la emoción de soñar la Alhambra. Delante de este libro, no faltó quien, como la Sra. Rommer sintió deseos de robar la página en la que había estampado su firma Irving, pues ésta equivaldría a llevarse la reliquia del ocio moderno. Así, con tales álbumes, por lo menos los demás visitantes, por imitación, prefirieron buscar este libro a “grafitear” nuestros yesos, estucos y mármoles, pues ya no estaba bien visto.

¿Terminó esto con las mutilaciones…? -Pues no, señores: Siempre habrá gente a la que le importa un bledo merengado los monumentos y los Libros de Firmas.

¡Faltaría más…!

Alberti, a su modo, también pintarrajeó en el Libro. 
Foto tomada del Blog de Bruno Alcaraz Masats 


NITO

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5 comentarios:

Manuel Espadafor dijo...

¡Ya están en "planta" los leones!
¿Lo registrarán en el libro de firmas?

Fina dijo...

Muy interesante lo del libro de firmas. Aprendo mucho en tu blog.

Nito dijo...

¡Muchas gracias, Fina..!
Comentarios tan generosos como el tuyo, hacen que valga la pena seguir en el empeño de este Blog.

Antonio Montufo Gutierrez dijo...

¡¡¡¡Que te voy a decir, amigo Ibn-All-Nithab,de tu estupe
ndo artículo sobre el libro de visitas de la Alhambra!!!.
A lolargo de ki carrera tuve a un magnífico profesor de Histo´ria del Arte, el Dr. Jesús Bermúdez Pareja y supo despertar en mí el amory trasmitirme mi conocimiento de la Alhambra y en nuestras visitas obligatorias al monumento tuve la ocasión de poder verlo y tenerlo en mis manos.He dedirte que entra las muchas cosas que compartimos está nuestra admiración por la Alhambra.
Antonio Montufo Gutiérrez, Califa

Ysthar dijo...

¡Muy interesante este artículo! La verdad es que no tenía conocimiento de este libro de firmas de la Alhambra y la verdad es que ha sido todo un descubrimiento.Gracias a anécdotas como estas, haces que se despierte mi interés en conocer un poquito más de la historia de Granada.
¡Sigue así!