Esta entrada me la facilitan al alimón, el periodista Andrés Cárdenas desde su Blog "Trajín de Costa" y el acuarelista y vecino de playa Paco"Francés". A ambos, gracias: Con amigos así, ¿quién necesita murgueros...?
"Ni despierto ni dormido me zambullo en mi último día en la playa. Hace un momento, cuando he abierto el rabillo del ojo a los primeros rayos de sol, he creído ver a una mujer que me pasaba la mano por la frente y por la barba para despertarme, y que de la mía me llevaba para dar un último paseo por la orilla del mar al amanecer. Incluso después de caminar un rato he creído que la mujer me acompañaba, y que su piel era azul, como esta luz especial del Mediterráneo que parece nacer en La Herradura. Entonces he recordado una leyenda que me contaron una vez. De una diosa que venía a bañarse siempre en esta balsa de mar sin olas.
Todas las mañanas se bañaba en este agua cristalina donde ahora mojo mis pies, preparándose para su amante, un pescador acudía también diariamente a ese lugar para preparar su barca. Imagino al pescador navegando hacia el horizonte, sin sospechar que ese sendero de luz que se dibuja sobre el agua son los brazos de su amada. E imagino que toda la gente que acude ya cargada con sus esterillos y sombrillas realizan asimismo un último ritual, despidiéndose de la luz, la brisa y el mar que los han acompañado durante estos días. A esa diosa debemos ponerle un nombre. El que nostalgicamente pronunciaremos cuando creamos ahogarnos en la rutina."
Del Blog de Andrés Cárdenas
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