.No quisiera terminar este tema del crimen de Níjar sin hacer justicia a una gran mujer. Mujer que debería haber pasado a la historia con más y mejor suerte, sobrada como estaba de méritos: Aquí, en el valle rojo de Rodalquilar, pasó una infancia dichosa la escritora, corresponsal de guerra, aventurera, pionera del feminismo en España y compañera de Ramón Gómez de la Serna -no necesariamente por este orden- Carmen de Burgos, Colombine, que a raíz del crimen escribió la novela corta Puñal de claveles (1931). Transgresora y apasionada, la almeriense cierra (en realidad, deja abierto) su relato con los amantes huyendo por los campos de Níjar, sin perder la esperanza. Entre todos los finales que había, es el más feliz que hemos encontrado.
Vistas hoy, Puñal de claveles y Bodas de sangre, representan dos modos distintos de entender la literatura, como miembros de dos muy distintas generaciones. La de Carmen de Burgos, luchando por la regeneración del país, intentando acercarlo a la burguesa Europa. La de Lorca, despectiva de todo lo que huela a burguesía y enemiga del racionalismo cartesiano.
Compañera sentimental de Ramón Gómez de la Serna durante muchos años, concitó los odios de los conservadores, que criticaban su desparpajo y sus pretensiones de igualdad con los hombres. Mujer libre, desafió a la sociedad, con su conducta de espaldas a los convencionalismo imperantes. Pero llevó siempre una vida sencilla, defendiendo las más justas causas y viajó por Europa y América, aportando sus mensajes de igualdad.
NITO
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