CAPÍTULO TERCERO
Os diré de lo que habla:
Si la mujer fuera rica
y gasta mucha arrogancia,
se sufre con la paciencia
se sufre con la paciencia
que en la receta hay mandada,
y si el hombre fuese pobre,
y si el hombre fuese pobre,
debe tenerla en las palmas;
en tiempo de mucho frío
en tiempo de mucho frío
decirla por las mañanas,
no te levantes, mujer,
no te levantes, mujer,
que se hielan las palabras:
yo llamaré a una mujer
yo llamaré a una mujer
que te friegue y que te barra,
que te haga chocolate,
que te haga chocolate,
y lo tomas en la cama,
¿no será un gran disparate
¿no será un gran disparate
si ahora mismo te levantas
coges una pulmonía,
coges una pulmonía,
y morir en dos palabras?
¡qué sería entonces de mí!
¡qué sería entonces de mí!
¡Ay, Dios mío, que desgracia!
Se me figura verdad.
Se me figura verdad.
¡Vaya, que no levantas!
Y con esta y otras cosas
Y con esta y otras cosas
estarle haciendo la gacha,
este es el modo más eficaz
este es el modo más eficaz
para caer en su gracia,
y pasarse en este mundo
y pasarse en este mundo
una vida regalada
y si a más de rica es vieja,
y si a más de rica es vieja,
con más motivo adularla,
que con un viejo esquilón
que con un viejo esquilón
se hace una nueva campana,
se disfruta en vida y muerte
se disfruta en vida y muerte
y después que esta se vaya,
queda para hacer feliz
queda para hacer feliz
a una bonita muchacha:
Cuanto el capítulo dice
Cuanto el capítulo dice
me parece que no es chanza.
Pues señor… vamos al cuarto
Pues señor… vamos al cuarto
y no al cuarto de la casa.
FIN
.
FIN
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