miércoles, 30 de abril de 2014

EL ENIGMA DE LA LOZA DORADA DE LA ALHAMBRA



Los palacios de la Alhambra, que tanto admiramos, sólo son una sombra empalidecida de lo que fue la eclosión cromática de otros tiempos. De ella sólo restan los paneles de alicatados policromos rivalizando con el verde profundo de la arboleda circundante, salpicado de flores, y el cálido rojo terracota de los muros. Faltan las ricas cortinas de seda, los velos finos y bellísimos que púdicamente velaban la desnudez de los muros encalados.
Faltan las solerías de azulejos heráldicos. Las tacas han perdido sus ricos jarros. Tampoco vemos los grandes vasos ornamentales dorados.
Y hemos de recurrir a nuestra imaginación para evocar los espléndidos banquetes, como los de la fiesta del “mawlid”, con las exquisitas viandas servidas en la vajilla más preciado del mundo islámico, “mezcla de blanco y amarillo intenso, como plata que corre entremedias del oro”.
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“Su piel deslumbra sus ojos como si fuera
un jardín donde los junquillos se abren ante
las anémonas;
mezcla de blanco y amarillo intenso,
como plata que corre entremedias del oro.”
(IBN ZAMRAK)


"El Azulejo de Fortuny" o de Yusuf III

El oro, simple espejismo
La cuna de la revolucionaria  técnica de la loza dorada, dentro del imperio islámico, sigue siendo un enigma, si bien hay que situarla en algún lugar de la hipotética franja que, desde el sur del mar Caspio, cruzando Mesopotamia, llegaría hasta el norte de Egipto.
Ciudades iraníes como Cashan, mesopotámicas como Sumarra o Bagdad, o egipcias como Fustat,  pudieron tener los primeros hornos de esta producción, de falsas sugerencias áureas. Tampoco sabemos cómo se inventó  o descubrió esta técnica. Tal vez fue por azar, al sufrir una imperfecta cochura alguna pieza dorada con óxidos de cobre. Una fortuita llama reductora sería la responsable, y la pieza, en vez de aparecer pintada, al final de la cocción con el verde de rigor, surgiría recubierta de tonalidades doradas, brillando entre los humos negruzcos adheridos al vedrío.



Acababa de nacer la loza dorada de reflejos metálicos.
Pero, además, con la ventaja de ser “ortodoxa ”, ya que, al carecer de oro, no infringía los cánones coránicos que rechazaban el lujo.
Aunque no conocemos ninguna receta antigua de esta fabricación y las variantes son numerosas a lo largo de los siglos y a lo ancho del mundo islámico, en principio el vedrío dorado se obtiene mediante una mezcla, previamente triturada y luego diluida el vinagre, integrada, en lo esencial, por sulfuro metálicos de cobre y de plata, almagra –peróxido de Hierro-  y cinabrio –bisulfuro de mercurio-.


Esta decoración se aplica sobre la superficie de la pieza, previamente juagueteada y luego recubierta de vidriado stannífero, lo que supone dos cochuras previas, pasando a continuación nuevamente al horno, donde, para conseguir la tonalidad dorada, es imprescindible la cocción con llama reductora.
En el viejo tratado cerámico de a Abú-l-Qasim deKashan (1301) esta técnica recibe el nombre de “color dos fuegos”.



Los comienzos
Cuando los alfares del Al-Andalus empiezan a fabricar loza dorada –presumiblemente a comienzos de la segunda mitad del siglo XII-, la producción goza de una venerable antigüedad de 300 años. Era el siglo IX. Los omeyas de damasco habían sido vencidos para mediados de la centuria anterior por la nueva dinastía de los abbasíes, quienes trasladaron la capital a Bagdad.
En el Al-Andalus empiezan a conocer la loza dorada en el siglo X, reservada como en el resto del mundo islámico, a los califas, emires y cortesanos de alto rango.
 Así, la fabricación del vedrío dorado, guardado tan celosamente al principio, se difundió  a lo largo de los siglos XI y XII a otros países del Islam. Egipto, Irán y Al-Andalus. Señalemos que, aunque la técnica básicamente es la misma, las diferencias pronto se harán notar, destacando de una manera especial la granadina (motivos ornamentales y formato de las piezas).
(Basado en un artículo de Balbina Matínez Caviró  en: “El arte nazarí y el problema de la loza dorada”).



        
Aliceres dorados granadinos

"En todas las paredes de la Alhambra
ondula el mar de al-zullaýý".

(Al-Jatib)

Veamos con detenimiento el proceso empleado en los alfares de Granada y Málaga: La técnica para su fabricación es de gran dificultad, pues para llegar a la obtención del reflejo dorado, la pieza debe ser sometida a una cochura múltiple y diversos procesos. Una vez torneada y seca la pieza se cuece por primera vez. La cerámica azul y dorada se realiza con engobe, óxido de cobalto y óxido de plomo, que dan el fondo blanco al transformarse con la cocción, el dibujo azul y una capa vidriada que lo recubre todo. En una segunda cocción se aplica el dorado con vinagre de sulfuros de plata y cobre pero al fijarse sobre el vidriado de la primera cocción se degrada; por este motivo, el fondo de ataurique o motivo vegetal se pierde en gran parte con el tiempo. Para esta cocción final se emplea leña de plantas aromáticas, como el romero, que produce mucho más humo por lo que las piezas salían ennegrecidas, lográndose el dorado por frotación con esparto u otro material similar.
Unas obras estaban decoradas exclusivamente en color dorado, mientras otras lo asociaban con el azul de cobalto y el manganeso, que les prestaba mayor variedad cromática. La tipología es variada, desde ataifores a jarras, pasando por escudillas, tarros, copas, tazas, tapaderas y demás piezas cerámicas, pero sobre todo destacan – y de una manera especial-  los llamados  "Jarrones de la Alhambra".




NITO

2 comentarios:

Manuel Espadafor Caba dijo...

Como siempre, un trabajo bien hecho, lo que convierte a este blog en referencia cultural imprescindible.

Anónimo dijo...

.Asombro.
.Escozor.
.Decepción.

-¿Cómo puede haber tantos temas granadinos y que yo desconozca...?
-Luego viene la obligación de ilustrarme.
- Al final nos dejas con la miel en los labios y no profundizas...

¿Cuándo nos narrarás lo de la llegada al puerto de Porsmouth (Inglaterra) en 1289 de un cargamento nazarí de "extraños reflejos" destinado a Leonor de Castilla, perdido entre el mismo puerto y su residencia...?

Un abrazo
ERMITAÑO BEBEDOR