Enriqueta Lozano
Nunca entenderé cómo una figura literaria granadina de tal magnitud, pueda pasar “tan en silencio” y como de puntillas por todas las biografías con las que me suelo topar, (como la actual Biografía de los 100 granadinos del siglo XX elegidos por los lectores de “Ideal”).
-¿Qué hace falta, Dios mío, para que en esta Granada de mis pecados, un escritor consagrado superviva en el recuerdo de sus gentes algo más de un siglo…?
Veamos la calidad del personaje: Luis Seco de Lucena la llamaba en sus “Memorias” nada menos que «amor y orgullo de Granada»; el profesor Antonio Gallego Morell reconoció que «su fecundidad supera a la de cualquier otro autor granadino de su época». Se llamó Enriqueta Lozano y formó parte del reducido grupo de mujeres que cultivaron la literatura en la España del siglo XIX. En provincias sobre todo, las escritoras fueron escasas, en lucha casi continua con una sociedad pazguata que no entendía, por lo general, que una mujer se dedicara a algo que no fueran «sus labores».
Enriqueta Lozano nació el 8 de agosto de 1829, en el número 14 de la calle Darro del Campillo, que después recibiría merecidamente el nombre de la escritora. Empezó a escribir y a publicar muy joven. A los 18 años publicó la comedia “Una actriz por amor” (Granada, 1847), y sus “Ensayos poéticos” y “El ramo de violetas” antes de los veinte. Pronto se incorporó a la sociedad literaria del “Liceo” y a las revistas “El Guadalbullón”, “Revista Literaria Granadina” y a la revista «El Eco de Occidente», que había fundado y dirigía Pedro Antonio de Alarcón. (Con éste sostuvo Enriqueta Lozano unos amores que pronto naufragaron, al producirse el giro del novelista hacia terrenos que no podía admitir el profundo catolicismo de la escritora).
A lo largo de su vida -murió el 6 de mayo de 1895- Enriqueta Lozano desplegó una fabulosa actividad literaria. Escribió 66 novelas, un centenar de novelas cortas publicadas en seis tomos, varios volúmenes de cuentos, 11 libros de poesía, otras tantas obras para la escena, algunas en verso; fundó y dirigió dos revistas muy difundidas entre la burguesía granadina: “La aurora de María” y “La madre de familia”. En su tertulia eran habituales, personajes, con más fortuna literaria, como Alarcón, Ganivet, Antonio Afán de Rivera, Ángel del Arco Molinero, Antonio Almagro Cárdenas, con otros muchos, entre los hombres y mujeres que en aquella Granada del XIX mantenían el fuego sagrado de la literatura y el arte.
Como quiera que entonces el público se apasionaba con los folletones de Pérez Escrich, Dumas, Walter Scott, Dickes o Fernández y González, máximos valores de las popularísimas “novelas por entregas”, Enriqueta Lozano cultivó también con éxito esta modalidad literaria. Muchas de sus novelas fueron apareciendo en cuadernillos, que las gentes esperaban con la misma avidez con que yo espero “Amar en tiempos revueltos” cada tarde.
Al margen de su abundantísima obra publicada, se le atribuye el texto, todavía vigente, de los diálogos y parlamentos en algunas de las representaciones populares de las "Fiestas de Moros y Cristianos" que anualmente se celebran por las calles de numerosos pueblos de la Alpujarra, como el de Válor.
”La Safo granadina», como se la llamó también, gozó de una popularidad extraordinaria, lo que hacía que todas las ediciones de sus obras se agotaran con rapidez. Pudo ufanarse además de ser la escritora más galardonada en los torneos y concursos literarios que por entonces se celebraban en España, en los que alcanzó nada menos que ¡23 primeros premios! Además de todo esto, Enriqueta Lozano -cuya muerte fue una auténtica conmoción en todos los sectores sociales de Granada- tuvo doce hijos. Está enterrada en el mausoleo que le dedicó nuestro Ayuntamiento en el cementerio de San José.
¿Y entonces…? ¿Y entonces, qué…? ¡Eso es lo que me pregunto yo…!
NITO
3 comentarios:
Muy bien por recordar a personajes granadinos de gran valor artístico y que murieron de forma "natural"
Un artículo muy interesante que sirve para difusión de nuestro patrimonio cultural. Antonio Montufo
La imágenes que ilustran esta interesante entrada, ¿son de la escritoras?.
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