Ronconi representa el
prototipo del barítono «verdiano» moderno. Como apuntaba una revista de la
época (1847):
«Su voz no es
particularmente melodiosa, ni su entonación estrictamente precisa... sin
embargo... Su potencia es inmensa, y su extensión extraordinaria para un
barítono. En los pasajes en forte su volumen llena el teatro
como un trueno; en las frases apasionadas, cuando el artista alcanza un Sol, o
a veces un La, con toda su potencia, el efecto es casi eléctrico».
Estas características,
con tal potencia en el registro agudo, sin precedentes por entonces, se
revelaron especialmente adecuadas para el carácter de barítono que desarrolló
Verdi, y sirvieron de modelo a la siguiente generación de barítonos.
Hoy os hablamos de un personaje
singular. Se trata del barítono veneciano Ronconi, afincado en Granada y que
jugó un papel clave en el gusto de la sociedad granadina por la ópera. Ronconi
fue miembro de quizá, una de las más importantes, de las asociaciones
artístico-literarias granadinas del S.XIX denominada bajo el nombre de "La
Cuerda Granadina", centrada en el periodo de 1850 – 1854.
La Cuerda fue una sociedad literario
artística sin normas, ni lujo, ni lugar fijo de reunión, un anarquismo que va a
contrastar con la categoría de sus miembros, la mayoría granadinos, entre los
que se encontraban arquitectos, políticos, barítonos, periodistas, escritores,
músicos, poetas, quienes formarán los "nudos" de la susodicha cuerda.
Los "nudos", comenzaron su trayectoria literaria y política, bien en
los periódicos locales o en las sesiones literarias del Liceo, destacando entre
ellos Pedro Antonio de Alarcón, Manuel de Palacios, el pintor Rafael Contreras,
el arquitecto ruso Notbek o nuestro protagonista Giorgio Ronconi.
Divertido como el que más de sus miembros, es tal su pasión por la música que
llega a crear una escuela de canto y declamación llamada “Isabel II” que, por
los escasos apoyos oficiales tuvo una vida muy efímera. En la sala dedicada a
la Mujer Granadina podemos contemplar esta fotografía, permitiéndonos conocer
el rostro de este famoso cantante de ópera enamorado de Granada, que llegó a
comprar el Carmen de Buenavista -hoy de Ronconi, junto al Alhambra Palace-,
donde vivió junto a su mujer y su hija.
En 1861, Ronconi funda en Granada la Escuela de Canto y Declamación Isabel II, con la autorización de la Reina Isabel II, por Real orden de 13 de abril, siendo inaugurada solemnemente la noche del 15 de febrero de 1862, bajo la presidencia del Gobernador de la Provincia. La Escuela, según sus estatutos fundacionales, disponía de plazas para 40 alumnos, 20 de cada sexo,
Al mismo tiempo, por
instancia dirigida al Sr. Gobernador, solicita que se le permita funcionar en
el Teatro Cómico de la ciudad, dos noches al mes. El Gobernador insta al
Ayuntamiento para que concilie el uso del mencionado teatro por la empresa
arrendataria con la escuela de Ronconi, dando así pruebas el Ayuntamiento de su
celo por la prosperidad de Granada, "contribuyendo al sostén de un establecimiento
de enseñanza que tan grandes beneficios promete". Al principio se le
concedió una noche al mes hasta tanto se renovara el arrendamiento y el uso de
las instalaciones para los ensayos.
El problema fue que al
constituirse una Sociedad Artística asociada a la escuela surge un litigio con
la empresa arrendataria que ve en las actuaciones musicales un potente rival
que perjudicaría gravemente a la actividad teatral y, por supuesto a los
beneficios. Las representaciones de óperas, dirigidas por el eminente artista
Ronconi y las actuaciones de famosos artistas invitados provocarían el demérito
y el decaimiento del teatro, "el Teatro Nacional quedaría reducido a ver
solo aquellos actores que no temiesen al borron (sic) de ser desairados y
vejados en su arte...", y, además, los arrendamientos del teatro serían
harto difíciles, pues no habría un solo licitador en la subasta. Pese a los
obstáculos puestos por el arrendatario del teatro, tanto el Gobernador como el
Ayuntamiento intentan compatibilizar el uso de ambas actividades, pero al final
ceden ante la presión del empresario del teatro.
El 8 de marzo de 1863, el compositor Giuseppe
Verdi viene a Granada a ver a su amigo Ronconi, hospedándose en su casa. Visitó
la Alhambra, la Catedral y Capilla Real, con su amigo y Pedro Antonio de
Alarcón. Recibió numerosos saludos por parte de los granadinos y un homenaje
por parte de los alumnos de la Escuela que cantaron algunos coros de sus obras.
Giuseppe-Verdi en Granada
En el periódico El
Porvenir de Granada, el 18 de diciembre de 1863, aparece una nota de la Escuela
de Canto y Declamación de Isabel II anunciando la próxima función de ejercicios
prácticos en el teatro Isabel la Católica, motivo que aprovecha el director del
Teatro Principal, Ramón Carsi, y el Ayuntamiento para considerar caducada la
concesión sobre el uso del mencionado teatro. Decisión que también ratifica el
Gobernador de la Provincia, dejando libre de toda obligación al empresario. La
Escuela, según nota del mencionado periódico El Porvenir de Granada, había
ampliado el número de alumnos, de ambos sexos, a 60, todos pensionados. También
ampliaba la plantilla de profesores en dos plazas de Maestros de Solfeo y de
Canto.
Como comenta José Luis
Delgado (Granada Hoy, 03-09-2012), "A partir de ahí se le echan encima los
tres grandes jinetes del Apocalipsis granadino: la envidia, el empresario
mezquino y la autoridad incompetente que niegan el apoyo oficial. Para colmo de
males tiene desavenencias con la orquesta y encima termina siendo tachado de
especulador.
Ronconi divulgó su desilusión en un folleto lleno de
desesperación y resentimiento, cargando las tintas contra algunos elementos
indeseables de la ciudad de Granada. A los dos años nos quedamos sin Escuela y
sin Ronconi.
Jorge Ronconi fue
enterrado en Madrid, junto a Pedro A. de Alarcón. En la tumba quedó este
epitafio:
Una joven Enriqueta Lozano le dedica
este poema:
“¡Oh, Ronconi! Si acaso otras
naciones
ensalcen lo sublime de tu aliento
di que en Granada hallaste ovaciones
puras como el celeste firmamento…”
NITO
Bibliografía.-
Cultura.- Junta de
Andalucía.
Öpera World: José Manuel Barberá Soler.
José Luis Delgado
(Prensa Local)

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