EL CRISTO DE SAN AGUSTÍN
El Cristo de San
Agustín es una escultura de madera de carácter devocional, que se conserva en
el Convento del Santo Ángel Custodio (Granada, España) y que está atribuida a Jacobo
Florentino, quien pudo ejecutarla entre 1520 y 1525. Actualmente, la imagen
está en usufructo de la Hermandad del Cristo de San Agustín y procesiona cada
año durante Semana Santa.
La imagen, por
acontecimientos históricos de la ciudad, está considerada como "Sagrado
Protector de Granada" desde 1680, cuando se obraron algunos milagros
atribuidos a la acción del Cristo ante una epidemia de peste.
CARACTERÍSTICAS
Esta imagen religiosa,
actualmente venerada en el convento del Santo Ángel Custodio de Granada, es una
escultura de talla completa y de vestir hecha de madera de nogal, de 1'92
metros de altura, policromada. Se trata de una de las obras más señeras de su
autor, Jacobo Florentino. Presenta una melena de cabello natural y nimbo y
corona de plata sobrepuesta del siglo XVIII. El Cristo reposa sobre una cruz de
plata cincelada con motivos florales, del siglo XVIII y restaurada
recientemente.
Es una obra simétrica,
concepto muy propio de la época en que fue realizada, el Renacimiento, salvo
por la inclinación diestra que presenta la cabeza, que muestra a Jesús después
de expirar. El rostro refleja visiblemente el dolor y cansancio de Cristo,
sobrevenido sobre su propio peso. Sobre la zona pectoral vemos tres regueros de
sangre y en el costado derecho la herida de la lanza de Longinos, representada
con una mancha negruzca y una pequeña perforación del cuerpo. Al estar tallada
íntegramente, su anatomía se cubre con un sudario corto de tela, bien con
faldilla o tonelete.
A modo anecdótico podemos destacar de esta imagen que es la titular de la Hermandad del Santísimo Cristo de San Agustín de Granada, cuya Hermana Mayor ad perpetuam es la Reina Isabel II a petición propia tras orar frente a la imagen. Debido a los milagros que se le atribuyen, así como favores concedidos al pueblo granadino durante el siglo XVII, ostenta el título de "Sagrado Protector de la Ciudad".
Solemne Función de
la Reina Isabel II (1863)
Bula concedida por Su
Santidad Pío IX de 27 de febrero de 1863 a la Hermandad del Cristo de San
Agustín
Las bulas recibidas
por la Hermandad responden a un momento de especial esplendor. En los últimos
años del reinado de Isabel II y muy ajenas a las dificultades que se avecinaban
a finales de la década de 1860, las cofradías granadinas conocieron, en
general, una época de prosperidad. Así ocurrió en la Hermandad del Stmo. Cristo
de San Agustín.
Indicios de la
brillantez de esa etapa son, sin duda, los solemnes cultos que se celebraron
durante esos años, que nos han dejado, como testimonios impresos, diversos
folletos reseñando los predicadores del quinario anual. Se desarrollaba entre
los días 5 al 9 de agosto y en la función del día 8 -fecha originaria del Voto
de la Ciudad- se recibía solemnemente a la corporación municipal.
Entre los comisarios
de cada año encontramos personas distinguidas de la sociedad granadina, como
nobles, senadores o canónigos; en una ocasión incluso el propio deán de la
Catedral (1860) y hasta el mismo arzobispo de Granada (1857). No es de
extrañar, pues el arzobispo don Salvador José de Reyes estuvo al frente de la
Hermandad entre 1852 y 1864. Lo más granado de la oratoria sacra granadina
ocupó la sagrada cátedra durante aquellos célebres quinarios.
Debe resaltarse que, por entonces, gozaba de una intensa vitalidad la Asociación de Señoras aneja a la antigua Hermandad del Cristo de San Agustín. Por las actas que se han conservado, sabemos que militaban en esta rama numerosas damas de la alta sociedad granadina -muchas de ellas eran esposas o hijas de miembros de la Hermandad-, que elegían sus propios cargos y que en todo momento se afanaron de mantener el culto al Stmo. Cristo de San Agustín en el convento del Santo Ángel Custodio, ubicado por entonces en lo que actualmente es el Banco de España.
Un último indicio de ese auge en la segunda mitad del siglo XIX es, sin duda, el nombramiento de la reina Isabel II como Hermana Mayor y Protectora perpetua de la corporación. Ya hubo un ofrecimiento, seguramente aceptado, por parte de la Hermandad en 1844, pero esa vinculación con la soberana quedó definitivamente rubricada el 31 de diciembre de 1862, fecha que presenta la comunicación de aceptación girada a la Hermandad por el duque de Bailén, Mayordomo Mayor de Palacio.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.-
"El Rincón del
Cofrade".-
Wikipedia.-
La «Gazetilla Curiosa», del P. de
la Chica
Diario “GRANADA HOY”
NITO
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