viernes, 17 de octubre de 2014

LA BÓVEDA VISIGODA DE JATE

Foto del libro de José Ángel Ruiz Morales

Siempre me llamó la atención por sus extrañas formas. Pero nunca llegué a sospechar de su importancia histórica: Allí, camuflado entre las edificaciones cortijeras que lo mimetizan, aguanta impertérrito el paso del tiempo. ¡Y mira que pasé veces por su puerta camino de Peña Escrita…!

Luego me llegaron los libros de autores locales, en mis forzadas lecturas veraniegas y sobre todo la comunicación con las gentes del lugar (…eso es de tiempos de los moros. –Me decían).
Muchos veranos “dejándolo para mejor ocasión” hasta que el pasado estío de 2014, decidí visitarlo, pero en automóvil: Nada de andar los 15 km. de elevados desniveles (del 16% y  con picos del 25%), como alguna vez pensé hacerlo.

Senderistas de Almuñécar a los pies de la Bóveda

El caso es que para mí ha sido todo un auténtico descubrimiento: Pensar que en “la trasera de mi casa”  me estaba esperando esta construcción tardorromana datada entre los S. VI a VIII después de Cristo. Pensar que por aquí dejaron su huella los visigodos…

Ya leímos en la Presa local que “El Ayuntamiento de Almuñécar inició en el año 2005 los trámites para hacerse con un edificio histórico situado junto al nacimiento de río Jate de La Herradura. Encargando a los servicios técnicos municipales la catalogación del edificio y recomendado al concejal, José Rodríguez Jaime la adquisición voluntaria a los propietarios”.


José Ángel Ruiz Morales en su interesante libro “Nuevas aportaciones a la historia de Jate-La Herradura” nos dice:
      “En este pequeño valle que forma el nacimiento del río Jate se encuentrauna construcción que ha sido denominada en diferentes trabajos como eremitorio o pequeña iglesia bizantina , probable mezquita, o como construcción visigoda (bizantina) o prerrománica convertida en una especie de farmacia en época árabe.

Se trata de una construcción de planta rectangular cubierta con bóveda de medio cañón realizada en mampuesto ordinario de tamaño mediano-pequeño de rocas sedimentarias carbonatadas, principalmente calizas dolomíticas, trabajadas en basto o levemente retocadas en sus aristas y posteriormente  recubiertas de argamasa para impermeabilizar y homogeneizar la terminación de las paredes.



La carga de la bóveda se realiza mediante diez contrafuertes, dos en su frente y cuatro más en cada lado, donde aún es posible observar los mechinales dejados tras colocar los andamios de madera para la construcción del alzado. Los cuatro contrafuertes de la fachada norte se conservan, mientras que en la fachada sur los dos traseros han desaparecido o están integrados  en el cortijo anejo del mismo nombre.
 Los cimientos para nivelar la inclinación  del terreno donde fue construida son de mayor grosor que el resto de la construcción, creando una especie de basamento para salvar dicha inclinación.



Esta fábrica de planta rectangular está orientada oeste-este y presenta dos espacios, uno interior o “cubiculum inferius” más pequeño (posiblemente  se trata de una cella funeraria, pero no nos atrevemos a afirmarlo con rotundidad). En otros mausoleos de parecida tipología,   sí podemos afirmarlo por existir documentación de enterramientos en forma de fosas rectangulares denominadas formae (El Casón de Jumilla en Murcia).

El espacio superior o ”cella superius”, seguramente se accedería por una escalera de la que, al igual que ocurre en otros mausoleos de las mismas características, no ha quedado huella apreciable a simple vista(Molina Gómez: El Martyririum de la Alberca).

Sus medidas interiores son de 8´50 X 3´5 X 4 metros de altura aproximadamente. Por su parte las medidas exteriores incluyendo los contrafuertes son de 12 X10 m. -sospechando que para su realización se usó el pie romano o monetalis  (0,2296 m.), como unidad de medida  constructiva, como ocurre con sus referentes  hispanos y europeos-.



El estado de conservación actual es malo, principalmente debido a su utilización como cuadra, habiendo sufrido la pérdida  de la práctica totalidad del revestimiento y varios retoques  a la vez que el suelo ha sido extraído hasta llegar a la roca virgen”.


Mucho queda pues por descubrir y  escribir, desapasionado lector, sobre estos lares, que nos son tan cercanos, y que fueron la guarida, junto con Bobastro, del indomable Omar Ben Hafsun y la Herradura era una alquería de Jate (Sät).



NITO


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lástima no haber visto antes esta reseña. Ayer pasé junto a la Bóveda en bici y de saberlo me hubiera gustado subir a ver esta construcción. Otra vez será. Ricardo.

Nito dijo...

Otra vez será, Ricardo, no te preocupes: Lo interesante es saber que está ahí, al alcance de tus pedales (privilegio que muy pocos tienen...), pero sobre todo, que te interesa el tema (otro privilegio que a poquísimas personas motiva. Mi felicitación doble, pues, para tí y mi gratitud por leerme. Un abrazo.

NITO