Foto del libro de José Ángel Ruiz Morales
Siempre me llamó la
atención por sus extrañas formas. Pero nunca llegué a sospechar de su
importancia histórica: Allí, camuflado entre las edificaciones cortijeras que
lo mimetizan, aguanta impertérrito el paso del tiempo. ¡Y mira que pasé veces
por su puerta camino de Peña Escrita…!
Luego me llegaron los
libros de autores locales, en mis forzadas lecturas veraniegas y sobre todo la
comunicación con las gentes del lugar (…eso es de tiempos de los moros. –Me
decían).
Muchos veranos
“dejándolo para mejor ocasión” hasta que el pasado estío de 2014, decidí
visitarlo, pero en automóvil: Nada de andar los 15 km. de elevados desniveles
(del 16% y con picos del 25%), como
alguna vez pensé hacerlo.
Senderistas de Almuñécar a los pies de la Bóveda
El caso es que para mí
ha sido todo un auténtico descubrimiento: Pensar que en “la trasera de mi
casa” me estaba esperando esta
construcción tardorromana datada entre los S. VI a VIII después de Cristo.
Pensar que por aquí dejaron su huella los visigodos…
Ya leímos en la Presa
local que “El Ayuntamiento de Almuñécar inició en el año 2005 los trámites para
hacerse con un edificio histórico situado junto al nacimiento de río Jate de La
Herradura. Encargando a los servicios técnicos municipales la catalogación del
edificio y recomendado al concejal, José Rodríguez Jaime la adquisición
voluntaria a los propietarios”.
José Ángel Ruiz Morales en su interesante libro “Nuevas aportaciones a la historia de Jate-La Herradura” nos dice:
“En este pequeño
valle que forma el nacimiento del río Jate se encuentrauna construcción que ha
sido denominada en diferentes trabajos como eremitorio o pequeña iglesia
bizantina , probable mezquita, o como construcción visigoda (bizantina) o prerrománica
convertida en una especie de farmacia en época árabe.
Se trata de una
construcción de planta rectangular cubierta con bóveda de medio cañón realizada
en mampuesto ordinario de tamaño mediano-pequeño de rocas sedimentarias
carbonatadas, principalmente calizas dolomíticas, trabajadas en basto o
levemente retocadas en sus aristas y posteriormente recubiertas de argamasa para impermeabilizar
y homogeneizar la terminación de las paredes.
La
carga de la bóveda se realiza mediante diez contrafuertes, dos en su frente y
cuatro más en cada lado, donde aún es posible observar los mechinales dejados
tras colocar los andamios de madera para la construcción del alzado. Los cuatro
contrafuertes de la fachada norte se conservan, mientras que en la fachada sur
los dos traseros han desaparecido o están integrados en el cortijo anejo del mismo nombre.
Los cimientos para nivelar la inclinación del terreno donde fue construida son de mayor
grosor que el resto de la construcción, creando una especie de basamento para
salvar dicha inclinación.
Esta
fábrica de planta rectangular está orientada oeste-este y presenta dos
espacios, uno interior o “cubiculum
inferius” más pequeño (posiblemente
se trata de una cella funeraria,
pero no nos atrevemos a afirmarlo con rotundidad). En otros mausoleos de
parecida tipología, sí podemos
afirmarlo por existir documentación de enterramientos en forma de fosas
rectangulares denominadas formae (El
Casón de Jumilla en Murcia).
El
espacio superior o ”cella superius”,
seguramente se accedería por una escalera de la que, al igual que ocurre en
otros mausoleos de las mismas características, no ha quedado huella apreciable
a simple vista(Molina Gómez: El
Martyririum de la Alberca).
Sus
medidas interiores son de 8´50 X 3´5 X 4 metros de altura aproximadamente. Por
su parte las medidas exteriores incluyendo los contrafuertes son de 12 X10 m.
-sospechando que para su realización se usó el pie romano o monetalis (0,2296 m.), como unidad de medida constructiva, como ocurre con sus
referentes hispanos y europeos-.
El
estado de conservación actual es malo, principalmente debido a su utilización
como cuadra, habiendo sufrido la pérdida
de la práctica totalidad del revestimiento y varios retoques a la vez que el suelo ha sido extraído hasta
llegar a la roca virgen”.
Mucho
queda pues por descubrir y escribir,
desapasionado lector, sobre estos lares, que nos son tan cercanos, y que fueron
la guarida, junto con Bobastro, del indomable Omar Ben Hafsun y la
Herradura era una alquería de Jate (Sät).
NITO
2 comentarios:
Que lástima no haber visto antes esta reseña. Ayer pasé junto a la Bóveda en bici y de saberlo me hubiera gustado subir a ver esta construcción. Otra vez será. Ricardo.
Otra vez será, Ricardo, no te preocupes: Lo interesante es saber que está ahí, al alcance de tus pedales (privilegio que muy pocos tienen...), pero sobre todo, que te interesa el tema (otro privilegio que a poquísimas personas motiva. Mi felicitación doble, pues, para tí y mi gratitud por leerme. Un abrazo.
NITO
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