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Para algunos granadinos (sobre todo para los más jóvenes), causará sorpresa quizás el saber que la fuente mostrada en la fotografía y que les resulta familiar, estuviera ubicada aquí, justo donde hoy luce hermosísima la novedosa “Fuente de las granadas”.
A ellos, principalmente, dedico esta entrada y este trozo de historia local, releyendo extasiado al cronista inigualable que fue Juan Bustos en su “Laberinto de imágenes y recuerdos:Tercer emplazamiento
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La condenada prisa se llevó por delante para siempre el encanto de los amables y espaciosos Paseos de la ciudad. Alguien dijo que el viejo placer peripatético ha sido sustituido por la angustia de lo imprevisto y de la velocidad. Antes, durante casi un siglo, los granadinos bajaban a disfrutar de sus Paseos a ambas márgenes del Genil casi todas las tardes del año que el buen tiempo lo permitía.
Simplemente para encontrarse, para caminar descansadamente, no diciendo nada, conversando.
En los días soleados del invierno y al anochecer de los veranos, la burguesía en particular practicaba una costumbre de citarse en el Salón o en la Bomba, punto frecuentado por todos con asiduidad que hoy extrañaría. El venir a estos lugares poco menos que a diario, formaba parte de la rutina habitual de cientos de granadinos de la clase media acomodada.
Se acudía a estos paseos para reunirse con las amistades, para ver y ser vistos, para mirar y ser mirados. Una especie de foso social separaba el Salón y la Bomba del paseo de en frente, el del Violón, concurrido por la gente trabajadora, sin duda más a sus anchas lejos de la compostura almidonada de la otra sociedad. Para ello, no sin gracia y desgarro, el mismo pueblo llamaría al Violón en aquella época “el paseo de la Chancleta”. Bromas aparte, la verdad es que la estratificación social de la ciudad se dejaba sentir también en este tipo de preferencias.
¿El último emplazamiento…?
Pero vamos con la imagen que, en definitiva, dicta el comentario. La bella fotografía aquí elegida nos brinda la entrada al paseo del Salón, cuando lucía en este lugar una fuente que hoy vemos en la plaza de Bibarrambla, la llamada de “los Gigantones”. Gallego Burín en su “Guía” anota que la fuente es el siglo XVI y estuvo instalada primeramente en el convento de San Agustín. Desmontada de allí al ser demolido el edificio religioso con motivo de la exclaustración, la fuente inició su peregrinación urbana que, en siglo y medio, la tuvo inicialmente al comienzo del Paseo del Salón, dejando este sitio al monumento de la Reina Isabel la Católica y Colon (instalado en 1892) para ser llevada al paseo de la Bomba y, por fin, en 1940, trasladada a donde se encuentra ahora.
La foto de la cabecera está, pues, tomada sobre los finales del siglo XIX, cuando los paseos del Salón de la Bomba, empezaban a poblarse de hermosos y elegantes palacetes, rodeados de risueños jardines. Empresarios, médicos, abogados, y algunas familias de la nobleza y la alta burguesía, figuraron entre los primeros propietarios de la zona. Hoy, estos viejos, amables y serenos escenarios, han sido asesinados por el automóvil y el despiadado urbanismo, como diría Foxá.
La foto de la cabecera está, pues, tomada sobre los finales del siglo XIX, cuando los paseos del Salón de la Bomba, empezaban a poblarse de hermosos y elegantes palacetes, rodeados de risueños jardines. Empresarios, médicos, abogados, y algunas familias de la nobleza y la alta burguesía, figuraron entre los primeros propietarios de la zona. Hoy, estos viejos, amables y serenos escenarios, han sido asesinados por el automóvil y el despiadado urbanismo, como diría Foxá.
NITO
6 comentarios:
En esta ciudad, en que muchos de sus monumentos no permanecen estables, ya es un record para la Fuente de los Gigantones permanecer más de setenta años en su actual asiento, más que todas sus anteriores ubicaciones urbanas (exceptuando claro está el Convento de San Agustín), por lo que se deduce que es el sitio más adecuado y que supo ver Gallego y Burín, un alcalde con una visión de ciudad muy por encima de la época en que vivió y que a mi parecer es justo reconocerlo. Su escultura aún permanece en los estudios del escultor Miguel Moreno a la espera de que desaparezcan de una vez prejuicios inútiles que impiden su merecido homenaje.
Gracias Nito por esta entrada que da lugar al recuerdo de este alcalde.
La verdad es que a muchísimos granadinos le resultará muy curiosa la lectura de tu estupendo artículo porque no podían ni imaginar la ubicación de dos monumentos tan emblemáticos de Granada como la fuente de los Gigantones y el conjunto monumental a Colón e Isaabel "La Católica".
Parece que hubieses leido el boletín de Ofecun de este más paoque mi paseo cultural del 19 versará sobre :"Las Fuentes de Granada".
Antonio Montufo Gutiérrez
Buena entrada, pues a su exquisito y evocador texto, no exento de cierta sal, unes unas históricas postales que a mí me han hecho soñar con el clásico “Vetudismo” del settecento italiano: Esa fuente está prisionera en Bib-Rambla. Requiere espacios más abiertos y ejes alineados con el entorno. Tanto es así que mi abuelo –como otros alumnos de Bellas Artes-, dibujó esta fuente (desde su tercer emplazamiento en la Bomba) con la técnica de Canaletto, en perspectiva urbana. ¡Lástima no conservar dicha lámina!
Un abrazo y sigue deleitándonos.
ERMITAÑO BEBEDOR
Respeto la opinión del "Ermitaño" porque en gustos no hay nada escrito, pero estas fuentes fueron diseñadas para claustros cerrados y no para lugares abiertos y ¿qué mejor claustro que una antigua plaza al haber desaparecido el convento de origen?
Ya dije, Don Manuel, que soñaba: Que no pude sustraerme a la fantasía del “Settechento” de Canaletto ó Bellotto con sus puntos de fuga y al recuerdo de mis mayores. Sólo eso: Soñaba…
Demasiado bien sé que la admiración por los espacios abiertos, alineados y luminosos vino un siglo después de construida la fuente, pero ya que estaba allí… ¡Solo soñaba!
Atentamente
ERMITAÑO BEBEDOR
la que pones como tercer emplazamiento NO ES LA FUENTE DE LOS GIGANTES:
1ER EMPLAZAMIENTO : Final del Paseo de la Bomba
2º Emplazamiento : El que indicas
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