Nunca me volví loco por un móvil. Es más: Nunca he comprado uno para mí en mi vida. Voy heredando de mis hijos los que ellos van desechando. Pero mira por donde, y de éstas mudanzas está hecho el hombre, que desde que fue presentado en sociedad, hace unos meses, y comentado en el fabuloso Blog bicicletero NO SIN MI BICI, el nuevo iPhone, ya me estoy cavilando un numerito para chantajear a mi compañía telefónica y que me lo cambie, so pena de perderme como cliente.
Dicen que, desde la entrada del artilugio en la vida del ciclista, todo ha cambiado. ¡Y no es para menos…!
Es un poco como cuando ves una peli de Lars von Trier, que te deja el cuerpo colgao. Con el teléfono de Apple pasa lo mismo. No sabes si para bien o para mal pero te altera el ánimo. El aparatito es muy de gente moderna -aunque muchos se decanten por la Blackberry- y como la bici está de moda, entre sus aplicaciones no podían faltar unas decenas de ellas dedicadas a las dos ruedas: Cuentakilómetros, GPS, mapas y hasta taller virtual para que, a la sombra de un árbol, repares la cadena o tenses un freno.
Hay de todo. Además, existen soportes para colocar el teléfono en el manillar a modo de TomTom; altavoces para escuchar música (biciTunes) y, si notas que se acaba la batería, enchufas la dinamo y a seguir conectado. Bienvenidos a la era del geek cycling o los tecno pedales…
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-Pero maestro, si usted hace una eternidad que ya no hace pedales, ¿para qué cohones necesita tal artilugio…?
-¡Coño, y que aguafiestas es usted, amigo!: -¿Es que jamás sueña…?
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Porque eso si que hubiese sido un sueño: Tener un elemental y primario móvil cuando uno andaba perdido e incomunicado, a la buena de Dios, por esos caminos de las Españas, sin más ayuda y compaña que mi querida y aventurera tropa bicicletera.
NITO
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5 comentarios:
Ya ves, 'cada uno es cada uno', yo no uso el movil demasiado, pero me encanta manipularlos y sacar de ellos!todo! Lo que se dice fanática de las nuevas tecnologias, siempre deseo ir adquiriendo teléfonos nuevos, sobre todo, que me lo regale movistar, no va a ser solo cobrar.
Pero llevas razón en lo que aporta un telefóno en la bici, ¿quién fuera joven! y poder disfrutar de este nuevos medio en la bici.
Te sigo, pero eres inagotable, ni de vacaciones descansas en tus entradas. La foto de 'la vida al revés' me gusto mucho.
Que sigas disfrutando del verano.
Como dice Fina, eres incansable en las interesantes entradas al blog, y a propósito de esta última ¿ese artilugio no se descompone o descuajaringa en terrenos adoquinados o similares donde te vibra hasta el último cartílago?
Por definición, bicicleta es sinónimo de libertad.
Es decir: viajar o desplazarse con lo mínimo e imprescindible.
¿Guardarías tantos recuerdos evocadores de tus correrías en bici (a los que casi les das carácter de Epopeya), si te hubieras rodeado de todo el confort del mundo?, ¿Por qué no hacerlo en moto ó en automóvil directamente?
¡Ya no sería aventura, ni abnegado deporte, ni sacrificio, ni entrega, ni… BICICLETA!
¡Escríbenos más de esto, por favor! Un beso.
SANDIRA
Tiene razón Sandira al afirmar que sin esfuerzo, no hay mérito bicicletero. Pero eso sería si hablamos de deporte. También podemos hablar de ocio placentero en bici y es lo que se recomienda a la gente: Simplemente pasear por apacible vereda, lo que sería sinónimo de lujuria…
De todas maneras: ¡Quién fuera joven para seguir considerando “veredas apacibles” toda la orografía española…! (Gracias, Fina, por recordarme mi edad).
“…si viérais, muchachos, cómo se va en bici eléctrica, recorriendo las Fragas del Rio Eume, hasta llegar al Monasterio de Caaveiro… Creedme de verdad si os digo que la tortilla de papas, como premio, no sabía igual. ¡Cómo iba a ser igual…!
Titi, te acuerdas de nuestra bajada nocturna a Salobreña, tu caída en aquellas zarzas y luego la calvada del puerto de Motril... Que tiempos aquellos.
Nos vemos pronto.
Jesús B.
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