Hace unas semanas Granada celebraba su controvertida Día de la Toma. Viendo en lo que se está convirtiendo esta ceremonia, en manos de unos y de otros, prefiero este año pasar de tan singular conmemoración.
Queriendo ampliar el horizonte me entretuve en buscar otros aspectos poco conocidos sobre aquella magna empresa y las dificultades que tuvieron que arrostrar los Reyes Católicos. Mover un ejército, nunca fue tarea fácil, y mover un ejército “moderno” – con la implantación de la artillería de hierro fundido- mucho más.
Me llamó la atención la importancia y la cuantía del personal , que conformó aquel ejército cristiano en el tren de sitio impuesto a la ciudad de Granada, y que constituían un abigarrado conjunto: Milicias señoriales, concejiles (andaluces, extremeños, madrileños, toledanos, extranjeros, caballeros francos, tornadizos), taladores, guarnicioneros, cocineros, zapadores, talabarteros, físicos, escaladores, artilleros, caballería, infantería, cavadores, lanceros, peones, abastecedores, intendentes, herreros, acemileros, zapateros, aguadores, siervos, instaladores, piqueros, mercaderes, ballesteros, bachilleres, licenciados, religiosos, pedreros, albañiles, paleros, picapedreros, tapiadores, espingarderos, carpinteros, siervos reales, señoriales, panaderos, pontoneros, aserradores, hacheros, fundidores, carreteros, cirujanos, “omicianos” (u homicianos)…
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Toda esta enorme diversidad de hombres se concentró en Santa Fe para la toma de Granada. No podemos cuantificarla globalmente pues las cifras varían de unos autores a otros. Se tomó como cifra máxima la de Pedro Mártir de Anglería de 80.000 infantes y 15.000 soldados de caballería.
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Toda esta enorme diversidad de hombres se concentró en Santa Fe para la toma de Granada. No podemos cuantificarla globalmente pues las cifras varían de unos autores a otros. Se tomó como cifra máxima la de Pedro Mártir de Anglería de 80.000 infantes y 15.000 soldados de caballería.
Pero ¿quiénes eran los omicianos?
Es significativo, aunque no extraño, el que contribuyeran en la guerra delincuentes y “omicianos”, por cuya participación eran redimidos de sus penas y exonerados de los delitos cometidos. Así ocurrió en la toma de Antequera (1410)
Sin embargo no gozaría de la solicitud de este privilegio de inmunidad quienes hubiesen cometido estos delitos o crímenes en “traiçión o muerte segura” - Es decir cuando el muerto u ofendido no hubiera podido defenderse -“muerte aleve”- y que sucediese en la nuestra corte en la villa de Santa Fé, que nos mandamos edificar cerca de nuestro Real, que tuvimos en la Vega de Granada”.
Las Cartas de Perdón se expiden durante todo el año de 1492 inmediatamente después de la posesión de Granada. Para la exoneración total de los delitos cometidos por los “omicianos”, los Reyes Católicos fijaron como tiempo mínimo de servicio los nueve meses.
El privilegio de Omicianos de Santa Fé es típico dentro de la Edad Media, y específico para la guerra de Granada, como otros privilegios de los Reyes Católicos otorgaron a la ciudad de Granada, que no eran nuevos en las instituciones castellanas, pero que de norma general jurídica, se convirtieron en bastantes casos en privilegios en contra de la norma, por las delicadas circunstancias en que se desarrolló la guerra de Granada y sus consecuencias inmediatas después de 1492
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NITO
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3 comentarios:
Un estudio muy serio y que da prestigio a este blog
¡Buen trabajo, Nito!
Y gracias por mostrarnos los perfiles más ocultos de nuestra Hª. que nunca nos contaron.
¡Ah, y Omicianos siempren existieron en todos los ejércitos del mundo, pero nunca me dió por pensar en ello…
Sandira
Un buen trabajo y llegamos a la conclusión que la famosa Legion Extranjera Francesa y su homónima española de alguna manera retoma en la Edad Contemporánea el tan bien tratado en tu artículo a los OMICIANOS.
Me ha gustado todo, el texto, impecable y bien documentado y las ilustraciones, en particular el gran cuadro pintado por Gómez Moreno en Italia para la Diputación de Granada que representa la despedida de Aixa y su nieto de los criados en su salida de la Alhambra. Como se puede observar está ambientado en el patio del Cuarto Dorado.
Antonio Montufo Gutiérrez
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