Por Pepe Prieto
Resumen de las etapas:
Día 21.- Granada - Madrid – León
Día 22.- León - Hospital de Orbigo.
Día 23.- Hospital de Orbigo - Murias de Rechivaldo.
Día 24.- Murias de Rechivaldo - El Acebo.
Día 25.- El Acebo - Cacabelos.
Día 26.- Cacabelos - La Faba.
Día 27.- La Faba - Triacastela.
Día 28.- Triacastela - Sarria.
Día 29.- Descanso en Sarria.
Día 30.- Sarria - Portomarín
Día 31.- Portomarín - Palas de Rey
Día 01.- Palas de Rey - Arzúa
Día 02.- Arzúa - Monte do Gozo
Día 03.- Monte do Gozo - Santiago
Día 04.- Santiago - Madrid – Granada
Los tres andarines del Parque del Genil, en concreto del Edificio "Diamante", llevan desde septiembre, programando realizar el camino de Santiago, cada vez que salíamos en nuestros paseos por Sierra Nevada.
Por fin llego el momento de partida, saliendo de granada la noche del día 21 de mayo en dirección a Madrid a las 0:30 horas, para llegar de madrugada a Madrid, esperando en la estación de autobuses unas dos horas, tomando otro autobús que nos dejara en León a las 12:30 horas, con un retraso de cuarenta minutos por los atascos de tráfico a la salida de Madrid, este último tramo es muy pesado, pues va parando en todos los pueblos mas importantes de la ruta.
Por fin en León, en la misma estación de autobuses preguntamos por un albergue y nos enviaron a uno regentado por las monjas Benedictinas, que se conoce como "Carvajalas", situado en la plaza de Santa María del Camino, muy próximo a la catedral.
Al llegar al albergue, ya había cola para alojarse, cual fue nuestra sorpresa, que esperábamos estar solos en el camino por las informaciones sacadas de Internet, a encontrarnos con una cola de unas diez personas, todas ellas extranjeras.
Una vez que nos toco a nosotros presentar nuestra credencial para inscribirnos, el Sr. que tomaba nota al oírnos hablar en castellano, exclamó: ¡Por fin unos españoles!
Tras hablar con el, nos dijo que era voluntario, que trabajaba en Valencia y que conocía Granada y tenia amigos, entre ellos una tal Marina que había trabajado en el Jean Piaget y que ahora estaba en Sevilla.
El trato fue muy bueno, aunque los servicios eran escasos para tantas camas. Nos recomendaron ir a comer a Casa Neri, el menú del día bueno y abundante.
Por la tarde nos toco hacer turismo por la ciudad de León, visitando el Hospital de San Marcos y la catedral. Toda la tarde estuvo lloviendo a cantaros, presagio del agua que nos caería en las siguientes etapas. Al salir de la visita a la catedral, seguía lloviendo por lo que nos dirigimos al albergue, donde conocimos a Pepe el malagueño y Lola, estos dos peregrinos nos encampanarían durante varias jornadas, Lola se quedaría en Ponferrada y Pepe nos acompaña hasta Sarria.
Al finalizar el día dejo de llover, salimos a comprar a un super una tabla de quesos, cerveza y fruta para la cena.
Después de cenar asistimos a unos encuentros entre todos los peregrinos del albergue en la iglesia de las monjas, fueron enumerando los países de donde procedían los peregrinos. Nuestra sorpresa fue ver que la mayoría de ellos eran de Alemania.
Día 22 de mayo, León- Puente de Orbigo.
Salimos a las 6:50, el día ha amanecido bueno, por lo que aprovechamos para hacer nuestra primera jornada, muy ilusionados por conocer el camino, pronto nos vamos acostumbrando a las flechas amarillas que nos acompañarán hasta el final de la meta (Santiago).
La salida de León ha sido muy pesada pues durante cuatro o cinco km. vas caminando por sus calles y polígonos industriales hasta llegar a su aeropuerto donde cambia el ambiente y se hace mas ameno.
Además del asfalto, la mochila presenta sus problemas, no estando bien ajustada, sintiendo el peso y no sabes como colocarla.
Por fin llegamos al puente sobre el río Orbigo, quedandonos sorprendidos por el cuadal del río, qué diferencia con los de Andalucía.
Los principales ríos que hemos pasado y su población:
- Bernesga- León
- Orbigo - Hospital de Orbigo.
- Tuerto- Astorga
- Jerga - Murias de Rechivaldo
- Meruelo- Molinaseca.
- Sil- Ponferrada
- Cúa- Cascabelos
- Burbia- Villafranca del Bierzo
- Valcarce- Vega del Valcarce
- Sarria y Celerio- Sarria
- Miño- Portomarín
- Ulla- Furelos.
La llegada al albergue privado de San Miguel fue a las 13:30, la atención muy buena, muy limpio y acogedor, con buenos servicios. Cominos en el Mesón Perrona, recomendado por la señora del albergue, con menú bueno y sobre todo la cerveza exquisita. Por la tarde después de descansar nos dimos un paseo por el puente más famoso del Camino de Santiago. Compramos en un super y nos fuimos al albergue, después de cenar estuvimos programando la siguiente etapa, dialogando con Pepe el Malagueño y Lola.
Día 23: Hospital de Orbigo- Murias de Rechivaldo.
Día 21.- Granada - Madrid – León
Día 22.- León - Hospital de Orbigo.
Día 23.- Hospital de Orbigo - Murias de Rechivaldo.
Día 24.- Murias de Rechivaldo - El Acebo.
Día 25.- El Acebo - Cacabelos.
Día 26.- Cacabelos - La Faba.
Día 27.- La Faba - Triacastela.
Día 28.- Triacastela - Sarria.
Día 29.- Descanso en Sarria.
Día 30.- Sarria - Portomarín
Día 31.- Portomarín - Palas de Rey
Día 01.- Palas de Rey - Arzúa
Día 02.- Arzúa - Monte do Gozo
Día 03.- Monte do Gozo - Santiago
Día 04.- Santiago - Madrid – Granada
Los tres andarines del Parque del Genil, en concreto del Edificio "Diamante", llevan desde septiembre, programando realizar el camino de Santiago, cada vez que salíamos en nuestros paseos por Sierra Nevada.
Por fin llego el momento de partida, saliendo de granada la noche del día 21 de mayo en dirección a Madrid a las 0:30 horas, para llegar de madrugada a Madrid, esperando en la estación de autobuses unas dos horas, tomando otro autobús que nos dejara en León a las 12:30 horas, con un retraso de cuarenta minutos por los atascos de tráfico a la salida de Madrid, este último tramo es muy pesado, pues va parando en todos los pueblos mas importantes de la ruta.
Por fin en León, en la misma estación de autobuses preguntamos por un albergue y nos enviaron a uno regentado por las monjas Benedictinas, que se conoce como "Carvajalas", situado en la plaza de Santa María del Camino, muy próximo a la catedral.
Al llegar al albergue, ya había cola para alojarse, cual fue nuestra sorpresa, que esperábamos estar solos en el camino por las informaciones sacadas de Internet, a encontrarnos con una cola de unas diez personas, todas ellas extranjeras.
Una vez que nos toco a nosotros presentar nuestra credencial para inscribirnos, el Sr. que tomaba nota al oírnos hablar en castellano, exclamó: ¡Por fin unos españoles!
Tras hablar con el, nos dijo que era voluntario, que trabajaba en Valencia y que conocía Granada y tenia amigos, entre ellos una tal Marina que había trabajado en el Jean Piaget y que ahora estaba en Sevilla.
El trato fue muy bueno, aunque los servicios eran escasos para tantas camas. Nos recomendaron ir a comer a Casa Neri, el menú del día bueno y abundante.
Por la tarde nos toco hacer turismo por la ciudad de León, visitando el Hospital de San Marcos y la catedral. Toda la tarde estuvo lloviendo a cantaros, presagio del agua que nos caería en las siguientes etapas. Al salir de la visita a la catedral, seguía lloviendo por lo que nos dirigimos al albergue, donde conocimos a Pepe el malagueño y Lola, estos dos peregrinos nos encampanarían durante varias jornadas, Lola se quedaría en Ponferrada y Pepe nos acompaña hasta Sarria.
Al finalizar el día dejo de llover, salimos a comprar a un super una tabla de quesos, cerveza y fruta para la cena.
Después de cenar asistimos a unos encuentros entre todos los peregrinos del albergue en la iglesia de las monjas, fueron enumerando los países de donde procedían los peregrinos. Nuestra sorpresa fue ver que la mayoría de ellos eran de Alemania.
Día 22 de mayo, León- Puente de Orbigo.
Salimos a las 6:50, el día ha amanecido bueno, por lo que aprovechamos para hacer nuestra primera jornada, muy ilusionados por conocer el camino, pronto nos vamos acostumbrando a las flechas amarillas que nos acompañarán hasta el final de la meta (Santiago).
La salida de León ha sido muy pesada pues durante cuatro o cinco km. vas caminando por sus calles y polígonos industriales hasta llegar a su aeropuerto donde cambia el ambiente y se hace mas ameno.
Además del asfalto, la mochila presenta sus problemas, no estando bien ajustada, sintiendo el peso y no sabes como colocarla.
Por fin llegamos al puente sobre el río Orbigo, quedandonos sorprendidos por el cuadal del río, qué diferencia con los de Andalucía.
Los principales ríos que hemos pasado y su población:
- Bernesga- León
- Orbigo - Hospital de Orbigo.
- Tuerto- Astorga
- Jerga - Murias de Rechivaldo
- Meruelo- Molinaseca.
- Sil- Ponferrada
- Cúa- Cascabelos
- Burbia- Villafranca del Bierzo
- Valcarce- Vega del Valcarce
- Sarria y Celerio- Sarria
- Miño- Portomarín
- Ulla- Furelos.
La llegada al albergue privado de San Miguel fue a las 13:30, la atención muy buena, muy limpio y acogedor, con buenos servicios. Cominos en el Mesón Perrona, recomendado por la señora del albergue, con menú bueno y sobre todo la cerveza exquisita. Por la tarde después de descansar nos dimos un paseo por el puente más famoso del Camino de Santiago. Compramos en un super y nos fuimos al albergue, después de cenar estuvimos programando la siguiente etapa, dialogando con Pepe el Malagueño y Lola.
Día 23: Hospital de Orbigo- Murias de Rechivaldo.
Después de desayunar en el albergue emprendimos la marcha, el día había aparecido nublado y no sabia lo que iba a hacer, al salir empezó a llover, mochilas al suelo, sacar la capa y ya no dejaría de llover en toda la mañana.
Al llegar a Astorga dejo de llover durante un rato, tomamos café y nos fuimos a ver la catedral, justo al salir otra ver lloviendo. Reanudamos la marcha pues nos quedaban unos diez km. para llegar a Santa Catalina de Somoza, pero la lluvia cada vez era más fuerte y al pasar por Murias de Rechivaldo, nos encontramos con un albergue privado llamado las Aguedas, donde decidimos parar. La atención ha sido inmejorable, siendo un sitio muy acogedor, con buenos servicios.
El albergue era una casa de labranza típica de la Maragatería, transformada en albergue, con un patio interior con soportales.
Nos recomendaron un bar para comer, pero estaba cerrado, pero al lado vimos otro, al que nos dirigimos, se llama Casa Flor, dejamos las capas en la entrada, pasamos al salón atendiéndonos una joven encantadora llamada Carmen. El menú muy bueno, sobre todo el orujo.
Por la tarde descansamos en el albergue, dejando de llover, dimos un paseo por el pueblo, visitando una iglesia muy antigua con su nido de cigüeñas incluido. Cenamos en el albergue un bocadillo con su cerveza correspondiente. Pronto estábamos durmiendo con la orquesta de fondo ¡Qué ronquidos! Por la noche se desató una tormenta y no dejó de llover hasta un poco antes del amanecer.
Día 24: Murias de Rechivaldo – El Acebo.
Salida como de costumbre, a las siete de la mañana, medio nublado, pero conforme avanzaba el día, fue aclarando, pasando a ser bueno, pero el camino estaba muy embarrado por las lluvias de la tormenta de la noche anterior.
Esta etapa que es una de las más duras del camino, por la subida al monte Irago, con su famosa Cruz de Ferro, para descender durante 10 kilómetros hasta llegar Al Acebo, sobre las 14 horas, parando en el albergue municipal. Nos aseamos y nos fuimos al restaurante El acebo, comiendo el menú del día regado con sus correspondientes cervezas.
En esta etapa hemos recuperado al peregrino de Málaga (Pepe) y la de Albacete (Lola) en la localidad de Rabanal del Camino, acompañándonos hasta el Acebo, pueblo típico de montaña, y de los más bonitos del Camino.
Por la tarde después de la correspondiente siesta, dimos un paseo por el pueblo, donde compramos, en la única tienda que hay, los géneros para la cena, que Pepe el malagueño cocinó para los cinco y que consistió en una ensalada de lechuga, espaguetis regados con aceite de oliva, fruta y yogur. Se nota que Pepe ha estado toda una vida trabajando en las cocinas de los restaurantes.
En el transcurso de la preparación de la cena, se desató una tormenta con fuerte aparato eléctrico y precipitaciones abundantes. Pepe Zúñiga estaba muy preocupado, pues su cama estaba debajo de una claraboya de daba un poco de agua, pero no fue a mucho, tras unas horas remitió las tormenta.
Día 25: El Acebo – Cacabelos.
Después de la tempestad vino la calma, amaneció un día muy bueno, tras el desayuno realizado en el albergue, nos despedimos de Lola que tenía mucha prisa, tenia que tomar el bus en Ponferrada con dirección a Madrid. Empezamos la marcha sobre las siete de la tarde, descendiendo otros 8 kilómetros, llegando a la localidad de Molina Seca, parando unos momentos sobre el puente románico del río Meruelo, marca el final del fuerte descenso del monte Irago, desde aquí el camino será de asfalto casi en su totalidad hasta llegar a Ponferrada. Tras atravesarla continuamos pisando cemento hasta llegar a Cacabelos, sobre las 13:30 horas al albergue municipal que está en un lateral del Santuario de las Angustias (para mi el mejor del camino)
Este día hemos coincidido con el Presidente Zapatero, por este motivo nos aconsejaron no ir al centro, por lo que nos dirigimos al restaurante El Gato, comiéndonos unos callos con garbanzos, que repetimos pues estaban muy buenos.
Por la tarde, todos nos dimos una buena siesta, ya que teníamos habitaciones con dos camas individuales, una vez descansados nos fuimos en busca de un supermercado que hay al otro la del río Cúa, donde compramos para le cena y pedimos compresas con alas, para ponérselas a las plantillas de nuestras botas, aliviando de esta forma, nuestros sufridos pies. Fue terminar de cenar y otra vez comenzó a llover, pronto a la cama a descansar y dormir.
Día 26: Cascabelos – La Faba.
A las siete de la mañana comenzamos la marcha, con tiempo bueno, sin nada en el estómago, hasta llegar a Villafranca del Bierzo, todo estaba cerrado, por ser sábado, encontrándonos una cafetería ya casi en la salida, con un camarero sin sangre en las venas, lento y sin apenas suministro, tomándonos unas tostaditas pequeñas con un café para continuar ya siempre ascendiendo por el río Valcarce hasta llegar a La Faba sobre las 1:30 horas. Esperamos unos veinte minutos para que abrieran el único albergue que hay en esta aldea, regentado por alemanes.
Los pies cada vez con más heridas de guerra.
Día 27: La Faba – Triacastela
Qué veinticuatro kilómetros más duros, los peores de todo el Camino, no por su dureza, ni por muchos, todo lo contrario: Es una etapa que tiene unos cuatro kilómetros de subida de La Faba a Cebreiro y unos ocho de ascenso al Alto do Poio, el resto es en descenso hasta Triacastela. Esta etapa en un día normal se hace sin enterarse, por el contrario, nada más salir de La Faba, comenzó a llover no parando en todo el camino, sobre todo lo que más molestaba era el viento y el frió, pensamos congelarnos.
Paramos a desayunar en Cebreiro, la cafetería esta abarrotada de peregrinos, ya íbamos empapados, tras recuperar fuerzas continuamos caminando por el marguen derecho de la carretera, cada vez la lluvia era más fuerte, con mucha niebla y frío.
En el Alto do Poio, el agua, viento y frío eran insoportables, las manos congeladas, no paramos ya en todo el camino, estábamos deseando llegar. Una vez en Triacastela, paramos en el albergue Oribio, tras la ducha nos fuimos a comer a un restaurante que nos habían recomendado, pero estaba completo, nos fuimos a otro. ¿Qué decir de los pies después de la manta de agua?
Día 28: Triacastela – Sarria.
Esta etapa es la más corta que hemos realizado, Pepe Zúñiga no se encontraba bien y decidió tomar el autobús y esperarnos en Sarria, para ver cómo se encontraba, con sus zapatillas nuevas, y seguir hasta Barbadelo o Ferreiros.
Este día no ha llovido, saliendo a las siete, sin tomar nada. En el pueblo había una cafetería abierta y decidimos continuar, pues era muy temprano, mira por donde ni en San Xil, Montán, Fuentearcuda había nada de nada, hasta llegar a Furela a unos diez kilómetros no tomamos nada. Tras el desayuno, reanudamos la marcha y sobre las 11 horas estábamos en Sarria. Nos despedimos de Pepe el malagueño que tenia ya ganas de llegar a Santiago.
Pepe nos esperaba en el puente del río Sarria, con sus zapatillas nuevas, pero los pies aun no respondían bien, por lo que decidimos buscar un albergue, recomendándonos un vendedor de periódicos el Dormilón, dándonos una habitación con cuatro camas para los tres, tras la ducha de rigor, volvimos en busca del kiosco a ver que nos recomendaba para comer, acertando plenamente: el mejor restaurante (Bahía de la Plata) del Camino, vino y pulpo excelentes.
Por la tarde a descansar y después dar una vuelta por el pueblo y hacer la compra para la cena.
Día 29: Sarria – Sarria.
Ha sido un día de descanso total, incluso la camida la hicimos en el albergue, muy buena, sobre todo el orujo que nos pusieron. La mesa la compartimos con dos brasileños, que tenían muy buena conversación, finos como ellos solos, uno de aspecto alemán y el otro moreno, europeo. Posteriormente nos los fuimos encontrando en varios sitios del Camino.
Además de descansar hemos realizado un poco de turismo por los alrededores del albergue, donde se encuentra la iglesia de San Salvador (románica), un castillo medieval (siglo XIV) y la iglesia de la Magdalena (gótico Isabelino).
Día 30: Sarria – Portomarín.
La salida como de costumbre, nada más salir comenzó a llover, acompañándonos durante la mitad del camino, aunque se podía soportar, caía mansamente, típica de Galicia, pronto estábamos divisando el río Miño, con el embalse de Belesar a rebosar.
Tras las fotos reglamentarias en el puente del embalse, con Portomarín al fondo, nos dirigimos al albergue denominado El Mirador, con unas esplendidas vistas al pantano, comiendo en el restaurante del albergue.
Esta etapa la podemos considerar como suave, pues no hay grandes desniveles, transcurriendo casi en su totalidad por senderos de tierra. Portomarín es un pueblo precioso, aunque sea de reciente construcción, por quedar el antiguo sepultado por las aguas del embalse, reconstruyendo los monumentos más importantes, trasladando piedra a piedra a su nueva ubicación.
Día 31: Portomarín – Palas de Rey.
Por fin, un día en que la lluvia nos ha dado un descanso, al principio el camino presentaba un ascenso suave por veredas de tierra o por las cunetas de la carretera, para descender poco a poco hasta la localidad de Palas de Rey, donde llegamos sobre las 12:30, estando el albergue municipal cerrado, mientras esperábamos a que lo abrieran, entramos en el Café Bar Plaza, tomándonos una cerveza, ofreciéndonos el dueño una habitación triple a un buen precio, quedándonos a dormir es este lugar.
La comida ha sido en un restaurante que hay en la calle principal, recomendada por el dueño del Bar, donde comimos un potaje de garbanzos y un bacalao al horno regadas con su bebida correspondiente. Por la tarde el paseo reglamentario, compra de alimentos, cena y a dormir.
Día 01: Palas de Rey – Arzúa.
Etapa en general llana, tiene sus subidas y bajadas cada vez que pasamos de un valle a otro, el tiempo ha sido bueno para caminar, desayunando en un bar de carretera cerca de los Pazos de Ulloa, atendiéndonos muy bien.
Tras pasar Melide, el camino va paralelo a la carretera hasta llegar a Arzúa sobre las 13:30, encontrándonos a la entrada una pensión y albergue recién terminado, reservando una habitación triple en la Pensión Rúa , para descansar bien y reponer fuerzas para la siguiente que es la más larga.
Día 02: Arzúa - Monte do Gozo.
Esta etapa es un poco larga (32.5 Km.), pero nos ha acompañado el día, que ha sido muy bueno para caminar, llevando un buen ritmo, parando a desayunar en un bar junto a la carretera regentado por un andaluz, que tiene familiares en Granada. Por el camino nos íbamos encontrando los alemanes y alemanas ya conocidos de otras etapas, así como otros que no habíamos visto nunca. Sobre las 12 me dio un calambre en la planta del pie, teniendo que descansar unos cinco minutos, reanudamos la marcha y ya sin parar hasta el Monte do Gozo, que parecía que no íbamos a llegar nunca, ya en las proximidades, cada vez nos encontramos con más peregrinos.
Por fin en el albergue del Monte do Gozo, parando en el privado, en una habitación con cuatro camas, tras dejar las mochilas, nos fuimos corriendo en busca de un restaurante que hay dentro del recinto, teníamos miedo de que cerraran y quedarnos sin comer. Después de comer a ducharnos y darnos una buena siesta.
Día 03: Monte do Gozo – Santiago de Compostela.
Como de costumbre, nos levantamos temprano y a caminar, aunque este día el ritmo es reposado, disfrutando del paisaje y de la niebla que nos acompañaba, pronto estábamos en Santiago, desayunamos y nos dirigimos en busca de la Catedral, tras las fotos de rigor en la plaza del Obradoiro a por "La Compostelana", que la daban en la Curia.
Por fin ya teníamos la credencial, ahora a buscar donde dejar las mochilas y descansar, encontrando un hostal que esta muy bien, nos duchamos y cambiamos de ropa, nos fuimos a buscar un lugar que tenga Internet, para buscar billete de regreso para Granada, no interesándonos el avión, decidimos regresar en tren a Madrid y en autobús a Granada. Una vez resuelto el regreso, nos fuimos a la Catedral para asistir a la misa del peregrino
La misa fue concelebrada por el arzobispo de Santiago de Compostela, la iglesia llena de peregrinos de muchos países, palpándose en el ambiente mucho fervor religioso. Tras la misa, nos dimos un paseo y buscamos un restaurante recomendado por el dueño del hostal llamado el Gato Negro, donde comimos a base de raciones de pescado. El pulpo, pan y vino estaban de miedo.
Tras la comida, la siesta y por la tarde las correspondientes compras de recuerdos de Santiago para los familiares. Cansados de dar vueltas a la ciudad, nos sentamos en una terraza a descansar y reponer fuerzas. Pronto nos fuimos a dormir.
Día 04: Regreso a Granada.
Este día ya olía a regreso, tras desayunar nos dimos un paseo por la ciudad, comprando algunos alimentos para la vuelta, recogimos las mochilas y rumbo a la estación. El tren llego con puntualidad y tras acomodarnos, poco a poco no íbamos despidiendo de la ciudad de Santiago. Lo más sorprendente de este viaje en tren fue un acompañante ilustre, con un currículo de varias páginas, donde describía los títulos, cargos honoríficos etc. Que poseía. Llegada puntual a Madrid y sin perder tiempo, al metro para sacar billete del autobús que sale de la Estación del Norte en dirección a Granada, por pocas si nos quedamos sin billete. Llegada a Granada a las 4:30 horas ya cansados de tantos kilómetros.
Pepe Prieto
1 comentario:
Que envidia me dais, por el momento no puedo pero en un futuro próximo quizá me apunte a alguna de vuestras correrías si me aceptáis como humilde compañero.
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