sábado, 4 de marzo de 2017

EL LAVADERO DE LA PUERTA DEL SOL



Lavadero de la Puerta del Sol: ¡Nada más, pero nada menos…!  Probablemente este sea uno de los sitios más fascinantes de Granada, con una de las mejores vistas de la ciudad, y sin duda uno de los lugares más desconocidos no sólo para el visitante foráneo sino para los propios habitantes de la ciudad.
Este espacio que aparece en las guías turísticas de Granada, carece de cualquier tipo de señalización que haga posible a los visitantes llegar hasta él y disfrutar de unas espectaculares vistas de la ciudad. Te recomendamos, oh, viajero, que cuando subas al lavadero de la Puerta del Sol lo hagas acompañado y con la geolocalización apuntada en el teléfono móvil, para no perderte por las intrincadas callejuelas del Realejo.


Las vistas desde este lugar son hermosas, destacando la torre inacabada de la Catedral, el Realejo y la Sierra; afortunadamente el entorno sigue más o menos como hace 100 años. A grandes rasgos, podríamos decir que sigue respetándose la arquitectura y el paisaje.

El Lavadero es de origen Judío del siglo XVII y estuvo funcionando hasta el año 1965, dotado con canalizaciones públicas al carecer antiguamente las casas de agua corriente. Desgraciadamente este es el único de los lavaderos de esta clase que ha llegado en pie hasta nuestros días.




Justo en este lugar estaba ubicada la antigua puerta de la muralla árabe conocida como Puerta del Sol, de Oriente o del Mauror, (Beb-Mawrur) y que fue demolida en 1867. Este trozo de Muralla partía desde Torres Bermejas y llegaba a lo que actualmente es el palacio de Bibataubín, es decir la Diputación.



¡AY, AQUELLA GRANADA DE LAVADEROS Y ALJIBES…!

El número de lavaderos, como el de aljibes, fue tan numeroso como lo demuestran  los nombres de algunas calles de nuestra ciudad:  Lavadero de San Agustín (desde la placeta de este nombre a la calle de San Jerónimo), Lavadero de las Manchegas (desde la calle del Correo Viejo a la Cuesta de Marañas), Lavadero de las  Méndez (por la Cuesta de la Alhacaba), Lavadero de la Cruz (entre la calle del Boquerón y la calle de San Juan de Dios), Lavadero de Zafra (desde la placeta del Azúcar a la calle de Navarrete) o Lavadero de Santa Inés (que sube desde la Carrera del Darro), acreditan, entre otros, la abundancia de este tipo de servicios públicos de limpieza e higiene en la Granada de tiempos pasados.


En la “Gacetilla Curiosa, o semanero granadino, noticioso y útil para el bien común”, del fraile trinitario Antonio de la Chica Benavides - uno dos primeros periódicos aparecidos en nuestra capital-, pueden leerse en el número de abril de 1764, que “en el Labadero de Santa Inés, Diego Bueno de Nación Francés, bufca amó para fervir de lacayo”. En el mes de mayo del mismo año y en la misma publicación se anuncia el arriendo de un Molino de Pan en el lugar de Jun. “Quien lo quiera, fe verá con Don Pedro Valverde, en la calle del Lavadero de Zafra, en el Boquerón del Darro”.


Hoy, en la placenta Puerta del Sol, aún se conserva este bello y grácil ejemplar de lavadero público del siglo XVII, muy interesante, con columnas toscanas, todo en piedra de Sierra Elvira incluidos los lavaderos originales, con canales de evacuación de las aguas residuales. Sobre las columnas una airosa armadura de madera y cubierta de tejas árabes.

El lavadero en cuestión fue muy bien restaurado no hace muchos años y es, desde luego, un elemento importante del mobiliario urbano idílico que ha llegado -afortunada y casi milagrosamente- hasta nosotros. Es el único que queda en  la ciudad de los muchos que anteriormente hubo, dispuestos por las autoridades para las necesidades del vecindario. Digna de atención la correcta integración del viejo lavadero en la pintoresca placeta donde se conserva.



NITO

Bibliografía.-
“Guía de Granada” de Gallego Burín

“Un Siglo que se va” de Juan Bustos