miércoles, 30 de diciembre de 2015

Catalina, el nuevo cometa que se acerca a la Tierra


"El regalo" de esta Navidad de 2015
El 31 de diciembre, esta roca con una cola de 800.000 km de largo será más fácil de localizar en el cielo

Los cometas que se acercan a la Tierra en fechas cercanas a la Navidad tienen un atractivo añadido. Resulta irresistible acordarse de la estrella de Belén (denominado por algunos Cometa Pascual) y, por otro lado, los agoreros encuentran en la visita una nueva oportunidad para pronosticar desgracias y males de todo tipo sobre el año 2016. En realidad, el cometa que estos días merodea la Tierra no nos anuncia nada, pero nada de nada, ni bueno ni malo, con la excepción de su propia presencia, que resulta fascinante, desde luego, pero no más allá del punto de vista astronómico.


Se trata del cometa C/2013 US10, más conocido como Catalina, nombre que se debe al observatorio de Arizona (EE.UU.) desde el que fue visto por primera vez hace un par de años. Proveniente de la nube de Oort, en los confines del Sistema Solar, sufrió un empujón gravitatorio producido por el paso de alguna estrella cercana que lo precipitó a nuestro vecindario. Este viajero espacial alcanzó su máximo acercamiento al Sol, llamado perihelio, el pasado 15 de noviembre. Entonces se movía a una velocidad de 166.000 km por hora entre las órbitas de la Tierra y Venus. No se arrimó demasiado a nuestra estrella. El 23 de noviembre se convirtió en un objeto visible en el hemisferio norte, aunque algo más tenue de lo esperado.

 El cuadro de "La Adoración de los Reyes Magos" de Giotto. 
Obsérvese el cometa en la parte superior de la pintura.

Aquellos que aún no han tenido la oportunidad de localizarlo en el cielo lo encontrarán más fácil en Nochevieja y Año Nuevo. El último día del año, el cometa se aproximará a Arturo, la estrella más brillante para los habitantes de la mitad norte del planeta y una excelente referencia para los aficionados a la astronomía.


El cometa Catalina viaja ahora mismo a 46,4 kilómetros por segundo, que es un poco más que la velocidad de escape del Sol a esa distancia. Es decir, tiene suficiente impulso para escapar de la atracción gravitatoria de la estrella. No obstante, la perturbación gravitacional del Sol lo expulsará del sistema solar y, bueno… no volveremos a verlo nunca más, como dice cierto villancico sobre lo de que “La Nochebuena  se  viene, la Nochebuena se va, y nosotros nos iremos y no volveremos más…”

.
Mientras tanto, tendremos una oportunidad única de observar el cometa a simple vista. El 17 de diciembre de 2015 se convertirá en un objeto visible en el hemisferio norte. El día de Año Nuevo estará a sólo un grado de Arturo, la estrella más brillante del cielo. El 17 de enero de 2016 estará a 108 millones de kilómetros de la Tierra, pero su magnitud habrá pasado de 8 a 5.

Conjunción aparente entre los planetas Júpiter, Marte, Venus y el cometa.

NITO

domingo, 20 de diciembre de 2015





AL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD

Al Espíritu de la Navidad quisiéramos despertar
con una luz de esperanza para la Humanidad,
pues queriendo, de pan y agua se hace un mazapán,
el pobre repartiendo, para todos, su mucha hambre,
el rico, harina y manteca en buen polvorón convertirá.
El Espíritu de la Navidad es repartir, compartir, ayudar...
Dar amor al rico y al pobre, todos por igual, en la mesa
con un polvorón y un mazapán: ¡A todos, a todos por igual!

-oOo-

NITO




Navidad de 2015-16

viernes, 4 de diciembre de 2015

EL PUENTE VERDE Y LAS PIEDRAS DEL MONASTERIO

El "Puente Verde" sobre el Genil

Casi siempre las leyendas granadinas introducen sus raíces en su rica historia.
 Y son las que más gustan a nuestro pueblo. Una leyenda granadina nunca empezaría diciendo: “Había una vez un poderosísimo rey  de un lejano país…”. –No, no, las nuestras echan el garfio a la historia conocida y  localista, empezando: “En tiempos del rey moro Boabdil, había un herrero que vivía en la calle Almireceros…”

Dando por sentado que la historia, como hecho acontecido, nunca es leyenda; gustamos de ir  festoneando, eso sí, entre la historia y la ficción. Como por ejemplo, hoy tratamos cierta leyenda entresacada de "Leyendas de nuestros pueblos" de José Manuel Fernández, tejida  sobre ciertas marcas de canteros observables en los sillares del Puente Verde del Genil, que como sabe toda Granada, fueron con anterioridad las piedras que conformaban  la torre del Monasterio de San Jerónimo.

El general Sebastiani "el aprovechao"

Cuenta la leyenda que…
Hubo una época, antes de la invasión francesa, en que había un puente de madera sobre el río Genil, que por estar pintado de verde  se llamó Puente Verde. Este puente unía la Avenida Cervantes con la Carretera de la Sierra, que por entonces, ya en plena invasión francesa, debían de cruzarlo los gabachos con sus pesados trenes de artillería de 8 y 12 libras y demás pertrechos y no fiándose de la fortaleza de aquel puente de madera, el General Sebastiani tuvo la mediocre idea de desmontar parte de la torrecampanario del Convento de San Jerónimo y utilizar sus sillares para construir un puente de piedra más robusto.

Diorama: Tren de artillería pesada napoleónica

No hubo la oposición adecuada por parte de las responsables autoridades granadinas ante su descabellada  y poco sensible idea, temiendo que el enfrentamiento con el General franchute, de consecuencias inesperadas, concluyera en la pena de muerte.
Pero no quedó ahí la osadía de este general francés, pues también destruyó el Vía Crucis que subía al Sacromonte para aprovechar las piedras en su nueva construcción; de esta manera obtenía materia prima sin tener que dar un piquetazo a las canteras correspondientes, ahorrándose mano de obra, transporte y gastos, construyendo su nuevo puente a costa de destruir y saquear monumentos emblemáticos de nuestra ciudad.

El ejército napoleónico en marcha

Estaban afanados en la demolición de la torre del monasterio cuando uno de  los gabachos encontró la tumba del gran Capitán, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, en el altar de la iglesia, dando conocimiento a sus superiores del hallazgo. Estos, en una venganza sin pies ni cabeza, como perros en jauría, destrozaron y saquearon la tumba del gran Capitán, más las cuarenta banderas que ondeaban indicando las batallas ganadas por este héroe nacional y que lucían en la nave central.
El gran Capitán fue, en tiempos pasados, el gran azote de los gabachos, ya que en dos ocasiones logró vencer al rey francés Francisco I y dos veces le perdonó la vida, por ello despertaba los celos y rencores de los soldados invasores, que en un alarde villano lograron abrir su sepultura, esparciendo sus restos por el monasterio de San Jerónimo, profanando su eterno descanso.

Otro diorama sobre la agilísima artillería francesa

Curiosamente, en todo este triste episodio de locura humana, existió un monje que con mucho sigilo y prudencia consiguió rescatar algunos objetos de Valor, entre ellos uno de los regalos más preciados del gran Capitán: un Jaezo de Oro (Jaezo es una manta que se colocaba como adorno a los caballos en la grupa para engalanarlos en los desfiles), un regalo personal realizado a modo de respeto a su persona por el rey Boabdil. Este tesoro que se custodiaba en el monasterio y ante la expoliación sistemática que estaba sufriendo toda la comunidad religiosa por parte de los franceses, fue escondido entre los grandes sillares que se estaban desmontando de la torre jerónima, ocultándolo de la vista de los franceses en un sillar que previamente había ahuecado un maestro cantero y amigo de nuestro monje, llamado Lorenzo, de tal manera que en dicho sillar quedaba totalmente oculto el Jaezo de oro y una serie de marcas que sólo conocían los autores de la idea, dando a la piedra la identificación suficiente para posteriormente recuperar el tesoro.

San Jerónimo y su reconstruido torreón

Esta piedra con su rica carga fue trasladada al lugar donde los maestros arquitectos estaban haciendo el puente sobre el río Genil. Allí, un albañil granadino, Antonio Bretones, estaba sobre aviso del ardid para salvar el tesoro, esperó a que el carretero que debía llevar la carga de piedra desde el monasterio hasta el río le dijera cuál de ellas era la señalada de forma especial, para así poder alojarla en el lugar adecuado y con posterioridad, recuperar el tesoro oculto.
Pero, como siempre ocurre, los hombres proponen y Dios dispone y en un descuido del carretero que transportaba la carga de piedras se confundió de lugar y la llevó a la orilla opuesta del río donde los franceses vigilaban todos los movimientos de los peones y albañiles.

Cuando se dio cuenta de su error, quiso rectificar pero uno de los gabachos le espetó: 
-¿A dónde vas con la carga? –Déjala aquí, cerca de la obra. –Ante la mirada del soldado tuvo que descargar los sillares en el lugar que le había indicado el militar.
Después de descargar, quiso el buen arriero apartar la piedra de las otras e intentar transportarla para llevársela, pero el soldado francés no le quitaba la vista de encima y viendo cómo corría peligro la misión al levantar sospechas, tuvo que disimular y salir con su carreta vacía de regreso al monasterio.
Ya de noche, el monje, el maestro cantero y el carretero se acercaron a las obras para ver si podían descubrir el sillar marcado, pero cuál fue su sorpresa al ver que éste se había mezclado con muchos otros que también venían marcados por ser provenientes del Viacrucis del Sacromonte, quedando perplejos ante tantas señales de unos y otros.
Así pues, en el interior de una de esas piedras quedó escondido para los siglos el tesoro del gran Capitán, en las entrañas del Puente Verde.

Señales en el pretil del puente: No creo que sean de canteros

Dicen algunos entendidos que la clave de las marcas que nuestros patriotas hicieron en el sillar camuflado están duplicadas y grabadas en alguna de las pilastras que existen en los jardines del Aljibe del Rey; La verdad es que  se encuentran debajo del puente y que se pueden ver las marcas desde el río. De una manera u otra, lo cierto es que fue un destrozo y saqueo lo que los gabachos hicieron en Granada y como recuerdo de aquella tropelía existe una lápida en la entrada del Monasterio de San Jerónimo que dice así: “Las torres que desprecio al aire fueron a su gran pesadumbre se rindieron”…

Placas recordatorias de las vicisitudes del campanario

Y hasta aquí la leyenda, pero no el suspense ni el final del cuento: ¿Saben lo que hice, en cuanto leí esta historia? –Una mañana, muy tempranito, tomé la cámara y me coloqué debajo del puente a escudriñar. No he llegado todavía a conclusiones  finales, pero encontré varias señales enigmáticas. Si algún día me veis millonario, podréis pensar sin duda, que encontré el “Jaezo de Oro”.


Si pudieras ampliar esta foto, te sorprenderás: el Alfa + Omega.¡La señal...!


NITO

AMERIZAJE FORZOSO EN LA HERRADURA



Heinkel He-111 del Museo del Aire. -Foto Califa-

La leyenda local.-

En plena conflagración civil española, en cierta anochecida, los vecinos de La Herradura -Almuñécar- oyeron el zumbido característico de los motores de aviación proveniente de Levante, el “rum rum” se sentía cada vez más cerca de la bahía, aunque se notaban algunos fallos en las explosiones del aparato que hacía suponer viniese averiado el visitante nocturno; la experiencia casi diaria había educado el oído humano para distinguir estas sutilezas y matices de la contienda. En menos tiempo de lo que se tarda en contarlo, el ruido se hizo ensordecedor, y acabó con un chapuzón a orillas de la playa.
No se lo pensaron dos veces los vecinos que se encontraban en las inmediaciones del lugar del forzado amerizaje, e “ipso facto”, con el Mudo a la cabeza (personaje singular y hombre bueno, Juan Barbero, fallecido hace unos años), se lanzaron al mar en socorro del personal de la aeronave, un Heinkel He-111 de la Legión Cóndor, (Unidad de combatientes alemanes voluntarios), del arma de aviación; la dotación del avión la componían cuatro tripulantes, los que ayudados por los paisanos de La Herradura, pronto pisaron tierra firme, ilesos salvo algunas contusiones sin importancia.
Al principio, fue causa de extrañeza entre el personal de socorro, el ver que los tripulantes del avión siniestrado, esgrimían en sus manos las armas cortas de reglamento dispuestos a hacer uso de ellas a la primera señal de ataque pues, según relataron más tarde, por encontrarse apagado el Faro del Cabo Sacratif, dudaban si el lugar del amerizaje estaba fuera de la Zona Nacional, bajo cuyo pabellón luchaban.
Pronto se deshizo el error, y fueron llevados a la casa del responsable político local, José Barbero Ruiz, quien los acogió con la natural hospitalidad y en cuyo domicilio permanecieron en tiempo suficiente para reincorporarse seguidamente a su correspondiente unidad. A pocos días del siniestro, se personó en La Herradura el oportuno equipo de rescate que extrajo del mar los restos del avión para transportarlo a su base. Éste acto de socorrismo había terminado afortunadamente sin consecuencias graves para la vida los pilotos, que venían de operar sobre la Base Naval de Cartagena, como era frecuente por aquellos días.
Parecía que esta anécdota había acabado definitivamente pero una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, un día de un verano, ya alejado de este final, apareció en la Herradura un matrimonio ya maduro, preguntando por Pepe “el de Cantarriján”, apodo por el que era conocido José Babero Ruiz y a su casa se dirigieron, dándose a conocer como uno de los pilotos salvados, único superviviente, y que venía a expresar su particular agradecimiento por los hechos relatados, y a disfrutar de sus vacaciones en la playa donde una noche de hacía ya muchos años, amerizó en muy diferentes circunstancias pero de la que se acordaba con la natural añoranza de quien recobraba la vida que consideraba ya perdida.
Fuente: "Historia de la Herradura" de M.Simón Mateos Rivas.
 

Ilustración de Caeiro. Uno de los "Pedros" tocados
 
Lo que recoge la Crónica Histórica de Guerra.-
La "LEGIÓN CÓNDOR" efectuó el día 17 de abril de 1938 un importante ataque diurno -bautizado como Operación Neptuno- contra el puerto de Cartagena, a cargo de 40 aviones "Pedros" (Heinkel-111) procedentes de las bases de Sevilla y Granada, en el que las importantes defensas antiaéreas de la Plaza y de las unidades de la Escuadra, evitó que el bombardeo fuese eficaz, pese a lo inopinado del mismo.


Un Heinkel He-111 en Armilla pocos años después.

Operación Neptuno
De Armilla despegaron los 34 bimotores a las 13,35 rumbo al puerto de Cartagena, que bombardearon en dos pasadas entre las 14,45 y las 15,15, a pesar del fuego antiaéreo de los buques y de tierra y del ataque de 3 cazas Polikarpov I.15 “Chatos”; regresaron todos a Granada a las 16,02 donde uno de los Heinkel sufrió rotura del tren de aterrizaje.
Los 33 bimotores en estado de vuelo despegaron de nuevo escalonadamente a media tarde; (25 lo hicieron a la 1,43 horas después del aterrizaje, con rumbo a Cartagena, y algo más tarde salieron 8 de estos He-111 para bombardear el puerto de Almería).
En Cartagena, a pesar de las malas condiciones atmosféricas, alcanzan con sus bombas el puerto y el ferrocarril, hunden un torpedero e impactan al acorazado “Jaime I”. La defensa antiaérea, por su parte, logra parar los motores del 25- 27 y los cazas alcanzan al 25-15 con cinco impactos de ametralladora.
Tres Heinkel tomaron tierra en Málaga por ir cortos de combustible o con fallos menores; el 25-27 que seguía esta misma ruta después de que su tripulación reactivará uno de sus motores, fue tocado de nuevo en Almería y se hundió frente a Motril, ya en zona nacional; y los 21 restantes volvieron a Granada, así como los 8 de la segunda formación. 
 

Últimas series de este avión sobrevolando Málaga
 
NITO

viernes, 6 de noviembre de 2015

EL SOLAR DE LA VIEJA CÁRCEL


 
"Cuerda de presos" de López Mezquita

Entre otras medidas adoptadas por los Reyes Católicos a poco de la conquista de Granada, había figurado la de destinar  a Cárcel de la Ciudad la que había sido Alhóndiga de los Genoveses, situada en el sector donde había de levantarse la Catedral. Con esto resultó que estuvieran en vecindad poco conveniente a veces, el primer templo de la ciudad y el edificio que acogía a los castigados por la Justicia.

Fachada principal con su Portada de acceso

Francisco Henríquez de la Jorquera, en sus “Anales”, ya menciona tal situación y se refiere a la Real Cárcel de la Ciudad, que está poco distante –dice- de la puerta mayor de la iglesia, “de la que an resultado algunos escándalos cuando saca a algún delincuente para llevarlo al suplicio”. Eran así de duros aquellos tiempos, en que las penas de muerte se consumaban a la vista del público. Algún infeliz hubo que pudo zafarse de sus guardianes y refugiarse en la Catedral, invocando el tradicional “derecho de asilo”, con lo que se provocaban situaciones de tensión emocional en las gentes más sensibles.

Solar de la vieja cárcel: Solo se mantiene en pie su Portada.

De esta fotografía nos separan apenas 70 años. Sin embargo, y por desgracia, pocos granadinos quedan en pie que recuerden este céntrico solar. Fue resultado de la demolición de la antigua Cárcel de la Ciudad, derribada en los últimos años de la República, al edificarse la nueva Prisión Provincial, conforme a la atinada  política de reforma y mejora  de las instituciones penitenciarias  que estaba entonces en marcha.

Recreación artística del  interior de la prisión

En 1904 la vieja cárcel está arruinada. Se han derrumbado algunas celdas del piso superior, se desaconseja el uso de este piso y el deterioro no es capaz de frenarse. Así las cosas, en 1913 los presos son trasladados a Loja pero cuando se repara mínimamente el edificio, regresan. Al fin, la nueva cárcel deja libre aquella ruina constructiva que albergaba en un sitio poco apropiado, en tan sugerente espacio histórico y administrativo, a lo peor de cada casa.

 La República decretó su demolición. En principio para levantar allí un nuevo edificio con destino a Correos y Telégrafos, lo que hacia necesaria la expropiación de las casas colindantes hasta la placeta de Villamena. (Esta placeta recibía este nombre porque se abrió sobre el palacio del Conde de Villa Mena de Cozvíjar, Caballero  24 y de la Orden de Santiago, edificio demolido por el tiempo en que se hizo la Gran Vía). Pero la guerra civil y el nuevo Gobierno cambiaron de idea  y destinaron el lugar para la futura Delegación de Hacienda.

Parte posterior de Capitanía General mostrando el bien conservado Portón carcelario

Gallego Burín, en su “Guía”, refiere que, una de aquellas casas vecinas de la vieja Cárcel, “demolida en 1945, conservaba restos árabes de los siglos XIV y XV”. Al final, como sabemos todos, tampoco sería Delegación de Hacienda la que se instalaría aquí, sino la sede central de la Caja General de Ahorros granadina.

Del edificio carcelario, que estuvo casi enfrente de la Puerta del Perdón de la Catedral, sólo se salvó su portada principal, abierta a la calle de la Cárcel.

Es la que puede verse actualmente, en la plaza  del Padre Suárez, en la fachada posterior de Capitanía General. Es lo único que queda de aquella construcción, albergue de tanto dolor y tanta desdicha.


El gran alcalde don Antonio Gallego Burín decide trasladar y preservar para la historia Portada y Cartela,  donde sigue anunciando en la Plaza del Padre Suárez, que fue terminada en 1585.


Bibliografía consultada.-
"Guía de Granada" de Gallego Burín.
"Laberinto de imágenes y recuerdos" de Juan Bustos Rodríguez.
Blog "La Alacena de las ideas".



NITO

jueves, 1 de octubre de 2015

GRANADA A VISTA DE PÁJARO

La Cessna 172 "Skyhawk"

PILOTO POR UN DÍA

Un buen día cayó en mis manos un folleto de la empresa Aladina,  que tiene en el Aeropuerto de Granada su sede.
Entre un montón de actividades aéreas, propone la siguiente que ¿cómo nó?,  me cautivó:

Piloto por un día 
¿Te consideras un verdadero fan de aviación? Conviértete en piloto por un día y atrévete a ¡pilotar una avioneta!  Vive una experiencia única a bordo de una aeronave. Por fin podrás conocer todo lo necesario para pilotar una avioneta. No lo dudes, los cursos de pilotaje merecen mucho la pena.

 Preparando el plan de vuelo

…Y no resistí la tentación.
Este es el relato de mi primera lección de vuelo en un avión ligero, como es la universalmente conocida Cessna 172 "Skyhawk",  acaecida en el aeropuerto de Granada.

Despegamos a las 9,30 h, con la fresquita, una mañana  de San Juan.
Atrás quedan, sobre la pista, unos calzos que han aguantado a la briosa Cessna 172 mientras calentaba su motor  y  el recuerdo de un apresurado briefing (Plan de vuelo), del que entendí más bien poco por los tecnicismos y por mi desconocimiento supino del inglés; después, el chequeo superficial al avión, donde aquí sí que entendí más e incluso me permitía hacer preguntas complicadas.

Lecciones a pié de avión

La puesta en marcha del motor necesitó dos inyecciones de combustible tras carraspeos, falsas explosiones y humos: Estaba muy frio. Ajuste a 1000 r.p.m. y controlando la presión de aceite subiendo.
Así, metiendo gases progresivamente y a fondo, pronto adquirimos la velocidad necesaria para irnos al aire, unos 100 km por hora.     Dócil, ágil y suave, la avioneta no hace extraños ni da propinas, a pesar de mis excesivos (y comprensibles) toques de mandos.

Dirección Sur hasta alcanzar nuestro techo -2800 pies- Luego reducimos revoluciones hasta adquirir la velocidad de crucero. Por megafonía, oímos a la vigilante y apremiante Torre de Control: “Control a Eco Charli (es el indicativo de radio de nuestro avión EC- JKS), confirme su ruta y Plan de vuelo…”
“Eco Charli a Control: Nos dirigimos al Pantano de Cubillas al que sobrevolaremos. Continuaremos vuelo hacia la capital en viaje de prácticas y regreso aeropuerto”.
“O.K., Eco Charly. Controlen su altura. Por debajo de su cota. Tienen un tráfico (helicóptero) a 500 pies en la zona.”

 Ya queda menos para irnos al aire: De teoría, bien, bien...

Este “tráfico” nos obliga a rodear el pantano dos veces en amplios círculos, virando en sentido contrario a las agujas de reloj, con 10º de alabeo, hasta verlo salir de la zona.
¡Maravilla esta esmeralda pantaneta que vemos en su totalidad!
Aproamos a la ciudad a la que circunvalamos totalmente, distinguiendo todos sus barrios y sus gentes a la perfección; luego, en círculo más estrecho, hacemos lo mismo con la Alhambra. tomando al Palacio de Carlos V, como centro del círculo. ¡Acaba la visita turística..!

¡Vamos ar toro que eh una mona...!

-¿Sabrías llevarlo a casa? –Me pregunta el instructor. -¿Distingues el Aeropuerto…?
-No lo distingo bien, pero puedo seguir el curso del Genil, hacia Santafé. -Respondo.
-Bien, adelante pues.
De este modo, de chopera en chopera, y a la vista siempre de la autovía,  nos fuimos acercando hasta  divisar al aeropuerto. En ese momento el  instructor pide permiso a Control para aproximarnos y bajar de altura para colocarnos en la senda de descenso.

La Sierra de Dílar a la vista

Nos autorizan. Bajamos el régimen de motor y, obediente, la Cessna va perdiendo altura progresivamente a la vez que  enfila la pista.
-Mantén el morro en la cinta blanca de la pista. Usa solo alabeo, no hay viento cruzado. –Me indica.
A pesar de lo recomendado, y cuando el contacto (o barrigazo) con la pista  eran inminentes, una racha de viento cruzado, nos saca un tanto de la raya. Al tratar yo de meter algo de pié para compensar, noto que ya lo tiene pisado el profe. (Esta escena se ve muy bien en el video).

Vale la pena estas "apreturas" sólo por ver esta imagen

En apenas 300 metros de rodadura, y sin aplicar frenos, abandonamos la pista e iniciamos el carreteo tras el coche señalero que nos estaba esperando y que nos conduce entre vericuetos y destellos luminosos, a nuestro aparcamiento.
Apretón de manos entre Profe y “alumno”. Me da la enhorabuena por este bautismo y me felicita: “Tienes buen tacto para los mandos, enseguida te has hecho con el cante. Pero tienes que aprender inglés técnico…”


Tres instrumentos que ningún piloto quisiera perder durante un vuelo IFR (vuelo visual).
1/ Velocímetro. 2/ Horizonte artificial. 3/ Altímetro. Y si acaso, una miradita de vez en cuando al indicador de rumbo.
"Concéntrate, me dice el instructor, en estos 4 aparatos, y no quieras abarcarlos todos, so pena de que te salten los ojos como a una brótola... ¡Disfruta del paisaje!"


Testigo de lujo y madrina del vuelo, la “cameraman”, que ha estado fenomenal.
Un sueño conseguido y a repetir siempre que pueda.
Magnífica gente ésta, así como su programa de actividades aéreas. La de “Piloto por un día” es genial: Te hacen creer, y por un rato, que lo tuyo es el aire. La seguridad y la simpatía que comunican estas personas es admirable.


Toma de tierra. Contacto en 10 segundos; altura 4 metros





NITO

domingo, 30 de agosto de 2015

JUN Y LA LEYENDA DE LA LOZA DORADA




 “Su piel deslumbra sus ojos como si fuera
un jardín donde los junquillos
se abren ante las anémonas;
mezcla de blanco y amarillo intenso
como plata que corre entre medias del oro”

IBN ZAMRAK (Fiesta del “Mawlid”)


Aunque el secreto de la loza dorada ya fuera desvelado por La Murga (véase nuestra entrada del miércoles 30 de Abril de 2014: El secreto de la loza dorada),  hoy queremos traer de nuevo el tema, pero presentándolo como candorosa y simpática leyenda granadina. A ello nos da pie la nueva entrega de “Leyendas de nuestros pueblos” de José Manuel Fernández Martín.

Foto Ayuntamiento de Jun

Asentada  al borde de las últimas y suaves estribaciones montañosas que descienden desde Alfacar a la Vega de Granada, Jun atesora  bellos paisajes con muy importantes raíces históricas, donde existe una gran tradición artesanal al barro y a la cerámica.


Señorío del Gran Capitán, fue el único pueblo de España en presentar alegaciones a la Constitución de 1812 y también fue el primero en hacer uso de las nuevas tecnologías informáticas como un servicio municipal.
Pueblo donde, todavía hoy, un Morquí (de la acequia Morquí) es el tiempo de riego, dividido en dos mitades, de sol a sol o de puesta de sol a amanecer y palabras como Desagelo, siguen teniendo significado en el ritual de la extracción de la arcilla, es normal que aquí se halle el Pabellón de las Artes de Miguel Ruiz. Aquí, en este mágico lugar, se exponen las réplicas de los famosos “Vasos de la Alhambra”.


Cuenta la leyenda…
El día estaba señalado, el Sultán cumpliría con el ritual de recompensar el trabajo artesano que más le gustase de todos cuantos le presentaran el día de su cumpleaños. En tradición que ese día todos los maestros de las distintas artes de la ciudad mostraron al Sultán su buen hacer, reflejado en un trabajo excepcional, así pasarían a pertenecer a la élite de artistas escogidos para trabajar y la ciudad palatina de la Alhambra, sueño de cualquier maestro artesano. De ahí que durante un año entero trabajaron en la obra maestra, volcando toda su sabiduría y conocimiento en cada una de las distintas disciplinas de las Bellas Artes.
Cada artesano tenía en su taller aprendices y ayudantes que bajo su dirección, establecía la mejor forma para trabajar la madera, orfebrería, yeso, taracea, dibujo, cerámica y otras muchas más que eran el orgullo de la artesanía mazarí.


Abdul había nacido en el seno de una casta de alfareros de Jun, dedicados más a la elaboración de ladrillos para la construcción que a las artes plásticas; sus incursiones en la cerámica habían sido con más pena que gloria, con trabajos artesanos de mediocre factura, botijos, cazos, orzas, candiles y alguna que otra vajilla para las familias del pueblo. Este era el legado que Abdul había heredado de sus antepasados, pero él tenía otras inquietudes que su abuelo materno, Kaler, incansable viajero, supo descubrir.


Era kaler un hombre de mundo que después de recorrérselo en su juventud, se instaló en Jun donde le apodaron “el alquimista” por su pasión por los experimentos y exploración, sobre todo de los materiales a través del fuego. En él, encontraba Abdul el soporte para investigar nuevas formas de cocer la excelente arcilla que se extraía del suelo de Jun.
Su Padre siempre le echaba en cara lo poco que se dedicaba al negocio familiar, mientras pasaba horas y horas en la casa de su abuelo perdiendo el tiempo en experimentos que no conducían a ninguna parte. Pero él aprendió de ese misterioso viajero la transmutación de la materia, cómo hacer de un trozo de barro algo sublime y místico, de formas, dibujos y colores nunca antes realizadas y así surgió la pieza que este año el hijo del alfarero de Jun iba a presentar al Sultán, un plato con filigranas vegetales, geométricos y apabullantes con unos colores nunca antes vistos.

La mañana abrió radiante y el bullicio en la explanada de la Alhambra fue creciendo con la llegada de cada maestro, con su cohorte de aprendices para exponer su trabajo al Sultán. Uno tras otro fueron mostrando sus obras en los distintos campos, mientras que el Sultán se congratulaba de la excelente labor de los artesanos nazaríes. Llegó la hora de Abdul que, acompañado de su abuelo Kaler, se presentó ante el monarca.
-¿Y tú jovenzuelo, que puedes ofrecerme, sin cohorte de aprendices, ni maestro  que te avale?
-Sólo puedo ofrecerte, mi señor, este humilde plato. -Dijo Abdul mientras lo desenvolvía con mucho primor de un paño de lino blanco. Todos los allí congregados se rieron del ofrecimiento.
-¿Todo un año para hacer un plato?-dijo uno- ¡Muchacho, por lo menos haber traído la vajilla completa! –soltó otro mientras todos reían de la ocurrencia.
Pero cuando Abdul, sacó el plato todos callaron y el sultán desde su real lugar le hizo señas para que se acercara y ver detenidamente la cerámica. Sus ojos se abrieron de par en par cuando lo tomó en sus manos; las extrañas filigranas y los colores eran de una belleza sublime, el azul cobalto y los reflejos dorados de la pieza dejaron mundos a todos.


¡Cómo había podido hacer aquel muchacho una pieza tan exquisita!El interés del sultán por aquella pieza levantó las envidias de los maestros alfareros que, aliados con un corrupto consejero del Sultán, sugirieron que aquella pieza no era obra del muchacho y que fuera castigado por su engaño, pero fue el abuelo quien habló esta vez:
Mi señor, yo puedo dar fe del trabajo del muchacho y si mis canas no son suficiente garantía, hacer que vuelva a fabricar otro para probar su inocencia.
El viejo Sultán miró al anciano y vio en él la humildad y honor de quien ha conocido los secretos del mundo.
-No hace falta, me fio de tu palabra, anciano.
Pero el consejero, espoleado por el dinero de los envidiosos alfareros, volvió a la carga contra el pobre Abdul.
-Mi señor, mi señor, ¿no prohíbe nuestra religión que se ponga oro en la mesa del creyente?... ¿Y no es oro lo que ese plato reluce o es que me engañan mis ojos? -Observando detenidamente el plato.
-¡Esto es una mofa y sacrilegio a nuestra fe, que Alá me destierre si eso que reluce no es oro! …¿Hemos de consentir tal infamia?
El revuelo que se formó fue tal que la guardia personal del sultán tuvo que intervenir para aplacar los ánimos. -Sí es cierto lo que dice mi consejero, vas a estar muchos años encadenado, extrayendo el oro del Cerro del Sol.
El abuelo volvió a intervenir:
-Si el consejero está tan seguro de ello, sólo nos queda por demostrar que mi nieto es leal al sultán y a la fe de Alá. Sólo una prueba podría salvar su destino.
¿Y qué sugieres, viejo? -Escupió el consejero.
-Sólo queda romper el plato y comprobar qué hay en su interior.
Fue el propio sultán el que puso reparos a la propuesta del abuelo, pues no deseaba destruir una pieza tan bella, pero no quedaba otro remedio para discernir la inocencia o culpabilidad del muchacho. La expectación que se había creado en torno al asunto crecía por momentos. De repente, el sultán se levantó y de un movimiento enérgico estrelló la pieza cerámica contra el suelo, rompiéndolo en siete trozos; después mandó llamar a su orfebre privado para el que examinará el material. El informe fue rotundo: “Allí no había ni una pizca del precioso metal, sólo barro con una pigmentación especial y cocido de forma distinta para sacar los bellos reflejos dorados. Es una fórmula desconocida, pero no es oro lo que reluce en la cerámica”.

El sultán fulminó a su consejero con la mirada; este intentó escabullirse pero la orden del monarca fue tajante:
-¡No será Alá el que te destierre, sino yo, pues en este mismo momento me he quedado sin la pieza de exquisita belleza, pero también de un consejero de mal agüero…! -¡Guardias, poned a es zángano en las puertas del reino y si vuelve por aquí no tengáis piedad con él…!

 -Si su majestad me permite. –Dijo Kaler, -Si se  ha perdido una pieza bella, no perdamos también unas buenas manos para trabajar; si vuestra majestad lo considera oportuno, este sabelotodo debería de trabajar en la extracción de oro de su excelencia, así aprenderá a pensar antes de rebuznar.
-Veo que también eres un buen consejero, abuelo, te ofrezco la vacante que queda libre en mi corte y con respecto al muchacho que hizo posible esta maravilla de cerámica, tengo grandes planes para él, los dos trabajaréis en la Alhambra.
Y cogiendo a Abdul del brazo, como si de un buen amigo se tratara, se retiraron hacia el patio de los Leones mientras el Sultán le comentaba:
-Tengo una idea que quisiera que la hicieras realidad sobre un gran jarrón con dos gacelas mirándose que…

Y así, la leyenda del secreto de la Loza Dorada quedó para siempre guardada en el corazón de Abdul y de sus descendientes, que dejaron en su legado
verdaderas joyas de cerámica, como son los “Vasos de la Alhambra”.
Por eso amigo lector, recuerda que: “No es oro todo lo que reluce”.

La recuperación de esta técnica ancestral, debida a Miguel Ruiz Jiménez, 
es digna de todo encomio y única en el mundo.



NITO