miércoles, 31 de diciembre de 2014

UN RELOJ CON MALAFOLLÁ




Una Nochevieja con mala uva.

Repasando las efemérides granadinas, referentes a pasadas navidades, me encuentro con un texto que nos relata el Blog “Tras la Cámara” (Historias de un reportero), que no tienen desperdicio.
“Granada, Nochevieja de 1994, las campanadas de fin de año que Canal Sur TV retransmitía en directo desde la Plaza del Carmen para toda Andalucía no sonaron. Mientras,  a pocos kilómetros de allí, en la población alpujarreña de Bérchules un apagón había enojado a sus vecinos que se quedaron con las uvas en la mano. Ahora celebran el fin de año cada primer sábado de agosto.

El motivo de retransmitir las campanadas de fin de año desde Granada fue la elección de Sierra Nevada como sede de la Copa del Mundo de Esquí en 1995. La cadena fichó para la ocasión al cordobés Matías Prats padre, famoso por ser la voz del NO-DO así como por su comentarios taurinos y de partidos de fútbol. Para retransmitir el evento en directo se desplazó una unidad móvil de televisión con cinco cámaras, una la operaba yo desde un practicable situado frente a la fachada del ayuntamiento granadino. La gente, que llenaba la plaza, estaba muy animada, cargados con la parafernalia habitual. Algunos lucían pancartas alusivas a la Copa del Mundo de Esquí.

Cuando el reloj marcaba las doce y todos, con la uva de enero en la mano, esperábamos la primera campanada… ¡no sonó!  -Se hizo un plomizo silencio y la aguja pasó al otro año sin que nos hubiésemos comido uva alguna. El enfado en la plaza fue notable, y entonces, en la retransmisión televisiva, con su singular voz, grave y profunda, el ya octogenario Matías Prats sentenció: “El tiemmmpo se ha retrotraído en Granada…”
Muchos pensaron que la culpa de que no sonaran era de Canal Sur pero lo que sucedió fue que el encargado del reloj olvidó dejar conectado el sistema de audio y, claro, no sonaron. Desde entonces siempre que se retransmiten las campanadas de fin de año se graban previamente por si el del reloj tuvo un mal día. Pareció un mal augurio porque ese invierno las nevadas fueron tan inusualmente escasas en Sierra Nevada que se tuvo que suspender la Copa del Mundo de Esquí por falta del blanco elemento y se hubo de celebrar al año siguiente.



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Un reloj con mafollá.

Más anecdótica y completa, si cabe,  es la versión que de este mismo suceso malafollesco granadino nos hace César Girón (Nuevas curiosidades granadinas):

“ …Al año siguiente le tocó el turno a la capital, a Granada. El relojero del ayuntamiento dejó sin campanadas, sin uvas y con cara de póker, a propios y extraños. Aquel año todo estaba preparado para que por primera vez Granada fuese la protagonista y sede de las campanadas oficiales de Andalucía, ¡Y lo fue…!
El reloj de la Plaza del Carmen se averió minutos antes de la media noche. Las doce campanadas no sonaron. Canal Sur Televisión había realizado todo un despliegue técnico y humano para retransmitir  las campanadas desde Granada, por primera vez, como un símbolo del año que comenzaba, que venía repleto de sucesos  para nuestra tierra, muy especialmente, el Mundial de Esquí que como después fue, tuvo que aplazarse por la falta de nieve hasta el año siguiente -1996- , y la partida del Rally París-Dakar que aquel año salió de granada por primera vez.


Aquel fatídico año de 1995, el más duro en términos de sequía que se recuerdan, comenzó con “el infortunio” municipal.
Miles de andaluces presenciaron desde sus receptores, “en vivo y en directo”, la imagen muda del reloj del Ayuntamiento de Granada, que además, iba con un minuto de adelanto. Y se quedaron, esperando, con las uvas en la mano. En la Plaza del Carmen, abarrotada de público, ocurrió otro tanto.
Paradójicamente, el ayuntamiento acababa de gastar 60.000 pesetas para revisar “minuciosamente” la maquinaria  del reloj que pese a todo, falló-



Todo estaba preparado.
“Todo está bajo control” parece que dijo un representante del entonces equipo de gobierno municipal que presidía el alcalde Quero Molina a preguntas, días después, de un representante de la oposición. Fue al alcalde a quién más disgustó el suceso, porque las arcas municipales en aquella época atravesaban un paupérrimo estado de liquidez. El país estaba saliendo de la profunda crisis económica repuntada en 1993 y el Ayuntamiento tuvo que habilitar días antes un crédito de 60.000 pesetas para revisar la maquinaria del reloj y asegurarse de la presencia del relojero en la plaza del Carmen durante la Nochevieja, que estuvo allí pero sólo justo un minuto antes de las doce. Como se ha dicho, las campanas no sonaron. No falló la maquinaria según se supo y se dijo días después.


El incidente provocó un profundo malestar político y ciudadano. “Granada hizo el ridículo en Nochevieja ante toda Andalucía” opinaron los representantes de las fuerzas políticas de la oposición. Pero el único ridículo lo hizo realmente el relojero, que dijo que “el reloj estaba perfecto. Sólo le desconecté las campanadas a partir de la medianoche para no alterar el sueño de los vecinos”.
Guillermo Soria en su viñeta de Ideal tildó al reloj de “Malafollá”, auténtica expresión lingüística granadina  que resume de un solo trazo el sentimiento de rabia, cabreo, sorpresa, absurdez, denuedo y soledad que un suceso como éste provoca en un momento tan puntual y esperado, que inesperadamente se ve alterado".


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Puntualizando,  y para terminar,  yo diría que el auténtico malafollá de aquella malhadada ocasión no fue el pobre reloj, sino su relojero y también –no lo olvidemos-  la malafollesca Primera Ley de Murphy: «Si algo puede salir mal, saldrá mal».

En cualquier caso, y al margen del capricho del destino, pensemos en positivo:

“Feliz quién ve sus horas en dorado presente”.



NITO

2 comentarios:

Manuel Espadafor Caba dijo...

Esa ley es cierta, si no ¿porqué se cae una tostada por el lado de la mantequilla?
Pero lo del reloj tenía remedio, simplemente con poner un municipal con un mazo y darle a la campana por si acaso...

Nito dijo...

Desde luego, Manuel, tu solución hubiera sido eficaz y contundente: Más barata, imposible y por supuesto, se habría evitado el ridículo.
Pero ¿a quién echamos la culpa ahora de lo que pasó anoche -31 de Diciembre- con las campanas andaluzas…?¿Quién tiene ahora la malafollá, eh,…? (Capaces son de colgárnoslo a nosotros):

IDEAL: “Canal Sur investiga el error que dejó sin campanadas a los andaluces
“En Andalucía en lugar de 12 uvas las hemos dejado en 3”, decían algunos de los mensajes más suaves.
Unos anuncios solaparon la mayoría de los toques del reloj durante la emisión desde Almería dejando atónitos a los espectadores, que estallaron en redes sociales.