jueves, 28 de octubre de 2010

CASTAÑAS, DÍA DE DIFUNTOS Y TENORIO

Grabado de la Ilustración Española: La Coronación
Quién nos lo iba a decir que el trinomio: Castañas-Día de difuntos-Tenorio, que envolviera culturalmente a nuestros mayores (y a nosotros mismos) por estos equinocios, se esfumaría hecho girones de niebla, barrido por una brisilla insulsa llamada “All Hallow´s Eve “ el Halloween de los güevos- en un plis-plas.
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¡No están tan lejos los días en que todos los teatros de España (y por más de un siglo), se venían abajo ante las aclamaciones al “Juan Tenorio” de Zorrilla por estas mismas fechas!

Autógrafo de Zorrilla –Cortesía de Cuca-

Pecisamente y a modo de desagravio, vengo a hablaros hoy de él y su encuentro con la Granada culta de aquel tiempo: Del poeta popular, del poeta nacional por antonomasia, –que hasta escribió en verso su discurso de ingreso en la Real Academia Española-. Ese fue en nuestro siglo XIX, el vallisoletano José Zorrilla.
La historia de este escritor –autor de dramas legendarios y bellas leyendas que enseguida se ganaron el favor de las gentes-, abunda más en tristezas y tribulaciones que en opulencias y alegrías. Zorrilla, vate excesivo, no fue un hombre de suerte. Dos únicas oportunidades de bienestar tuvo y las dos se le fueron al garete. Nombrado director del Teatro Imperial de México, durante el efímero y trágico reinado del emperador Maximiliano, estando en España reclutando actores para su flamante compañía, le sorprendió la noticia de la revolución de Juárez y el fusilamiento del infortunado monarca, y protector del poeta. Se venían abajo las ilusiones de estabilidad económica.
En el teatro le perseguiría su mala estrella: su obra cumbre, “Don Juan Tenorio”, la había vendido por unos miles de reales, sin poder ni remotamente imaginar que, al poco tiempo, se convertiría en una mina de oro cada año con sus representaciones. ¡Cuantiosas sumas de las que el pobre Zorrilla, obviamente, no percibía un céntimo!

Tenía setenta y dos años (1889) cuando vino a la Granada para ser coronado como el primer poeta de España. (Había tenido que pedir prestadas dos mil pts. para el viaje). No había sido fácil convencerle para que aceptara el homenaje, “glorioso atropello, ostentosa apoteosis, contra la cual protesto, porque no ha de hacerse a nadie hasta después de su muerte, cuando ya la posteridad haya sancionado su derecho a la glorificación”.

Carta de invitación del Liceo de Granada. –Cortesía de Cuca-

Pero se celebraron los agasajos dispuestos por los organizadores en honor del lírico autor de bellísimos versos dedicados a Granada: Entrada triunfal en la ciudad, velada solemne en el palacio de Carlos V, donde fue coronado por el duque de Rivas en representación de la reina regente. Fiesta apoteósica en el Carmen de los Mártires, donde se hospedaba el poeta, que protestaba en vano ante tantas aclamaciones y entusiasmos. “Ni es para mis años -decía modestamente el autor del “Tenorio”-, ni para mí escasa y desengañada vanidad”.

Con lo de la corona (fundida en oro finísimo extraído de las arenas del Darro), estuvo de lo más obstinado: “Yo no he aceptado mi coronación, solamente me he sometido a ella, es decir, a la ceremonia de serme ofrecida, pero no a la imposición de soportarla en mi cabeza; estoy resuelto a morir sin dar semejante prueba de soberbia. Sentiría que no se comprendiera mi modesta dignidad…”

Zorrilla moriría cuatro años después, en la misma precaria situación económica que le había sido propia toda su vida. La gloria popular saboreada en Granada había acabado por hacer mella en éste escritor admirable, hombre de enorme sencillez. Sólo así se explica que, en sus últimos tiempos, cuando determinado sastre le apremiaba con una factura de la hechura de un frac, el poeta, acaso en el único asomo de altanería de su vida, respondiera olímpico: “¡Pero cómo! ¿No se da usted, por bien pagado sólo con saber que su frac fue el que llevé en Granada el día de mi coronación?”

.La malafollá granaina, si hemos de creer al ínclito Francisco Izquierdo, nos depara una suculenta y poco conocida anécdota sobre la impostura de los organizadores y plateros implicados en el evento: Don José estimaba el obsequio como tesoro inapreciable que, al final de su vida y agobiado por la necesidad extrema, decidió vender la diadema para salir de apuros, pero el joyero, después de un examen superficial, se la devolvió compungido porque apenas valía seis reales, ya que era de latón sobredorado. La decepción, por haber conservado la viruta de hojalata como oro en paño, pudo acabar con la musa y la vida de autor del Tenorio.



NITO

jueves, 21 de octubre de 2010

ALJIBE DE TRILLO -Agua regalada-

En el jardín apergolado que luce encima la aljibe, antaño había una vivienda, como se ve en el grabado.

3 [Resolución de Escritorio]Grabado de “La Ilustración Española y Americana”

alg.4 He aquí una foto que pocos granadinos han visto

He aquí una foto que pocos granadinos han visto: En la ciudad de Aix- en- Provence, situada al sur de Francia, con motivo del 30 aniversario de su hermanamiento con Granada, se va a celebrar una exposición de fotos de nuestra capital y especialmente del Albayzín, del fotógrafo Arturo Cerdá (1844 – 1921), con el título “Regardes Croises. Grenade / Aix–en-Provence”. Esta muestra, con fotos solo del barrio, ya se exhibió en el año 2006 en la sede del Aljibe del Rey, organizada por la Fundación Albayzín.

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El Aljibe de Trillo

Entre los aljibes públicos granadinos de otro tiempo, el llamado aljibe de Trillo, en la confluencia de la cuesta y la calle de ese nombre, en el viejo Albaicín, fue siempre uno de los más populares.

En épocas lejanas, el conjunto de estos aljibes se había bastado y sobrado para proveer de agua potable a la ciudad. Bosque Maurel, en su “Geografía Urbana escribía : “La red de conducción y distribución, que partiendo de las del Darro y Aynadamar, se distribuía por un complejo sistema de aljibes, permitiendo no sólo el riego de los jardines domésticos sino el mismo consumo familiar, era la admiración de propios y extraños en el siglo XV”. De entonces los bellos y evocadores nombres de muchos aljibes: del Rey, de la vieja, de la Gitana, de la Lluvia o del Agua Dulce…

¿Qué méritos tendría el tal Don Trillo, aparte de ser Caballero Veinticuatro y Comendador, que vivió por este lugar, para que dieran su nombre a calle y aljibe, en esta “pintoresca encrucijada en el corazón de la Alcazaba –describía Julio Belza-, que, desgraciadamente, empieza a desfigurarse”?

En 1915, el aljibe y su más cercano entorno, presentaban este pintoresco espectro que nos da conocer este cliché. Enormemente sugestivo el típico rincón albaicinero, risueña esquina escondida en el primitivo barrio llamado por los musulmanes de la “Couracha”. Aquí, en el corazón del antigua Alcazaba Cadima, el Aljibe de Trillo elemento valioso de un paisaje infinitamente seductor. En 1915, como puede verse, el varias veces centenario aljibe seguía prestando sus servicios, como cuando Henríquez de Jorquera, en sus anales del siglo XVIII, ya lo citaba entre los “muchos ´algives´ de agua regalada de que se ´sirben´ los vecinos”.

Hoy, que los aljibes son un entrañable recuerdo del ayer granadino, “un reflejo de vida y costumbres nunca suficientemente estudiadas” -como muy bien escribió Seco de Lucena-, esta curiosa imagen fotográfica posee un indudable colorido y sabor. La sencilla portada del aljibe, su arco elegante, el aguador, el transeúnte sin prisas, el vecino asomado a la puerta matando el tiempo, los valiosos restos de edificaciones antiguas aún conservados, la gracia del balcón cargado de flores…

Hoy, que la ciudad toda nos estremece o irrita con su permanente sucesión de ruidos a cual más agresivo y odioso, ese escenario del albaicín en 1915 se nos ofrece a nuestros nervios cansados y nuestra vida de vértigo como una ventana abierta al misterio cósmico de un tiempo sereno que se nos fue para siempre.

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Bibliografía consultada:

-GRANADA, de Juan Bustos Rodríguez.

-ASOCIACION DE VECINOS - BAJO ALBAYZIN

NITO

jueves, 14 de octubre de 2010

ENSALADA DE COL BLANCA Y GRANADA

La Púnica Granatum Murgueris
La calidez y atracción que en mi despierta la sola visión de un bodegón de granadas que preparé esta misma mañana para una sesión de fotos, me hace recordar una profusión sin límite, de narraciones y poemas sobre este fruto, así como citas históricas, bíblicas, coránicas, mitológicas, médicas, pictóricas… Tantas, que me tuve que decir: ¡Alto…! ante el temor de no acabar nunca.

Finalizadas las fotos (que incluyen esta ensalada para La Murga), lo primero que hice fue hincarle el diente (“a lo Platero”) a la más lozana y lujuriosa de ellas:

“¡Qué hermosa esta granada, Platero!. Me la ha mandado Aguedilla, escogida de lo mejor del arroyo de las Monjas. Ninguna fruta me hace pensar, como ésta, en la frescura del agua que la nutre. Estalla de salud fresca y fuerte. ¿Vamos a comérnosla?...

¡Platero, qué grato gusto amargo y seco el de la difícil piel, dura y agarrada como una raíz a la tierra! Ahora, el primer dulzor, aurora hecha breve rubí, de los granos que se vienen pegados a la piel. Ahora, Platero, el núcleo apretado, sano, completo, con sus velos finos, el exquisito tesoro de amatista comestibles, jugosas y fuertes, como el corazón de no sé qué reina joven. ¡Qué llena está, Platero! Ten come. ¡Qué rica! ¡Con qué fruición se pierden los dientes en la abundante sazón alegre y roja!.”

06319MJ029 - Photo by Matt Jones
WMU International Mission Study on Moldova. All of these images were taken in the central market of the capital city of Moldova, Chisinau. Many people shop in the open markets because prices are so much lower. In the city market, you can buy everything from fish to designer jeans. Anything you need for the house, clothing, or food is available in this market. Smaller kiosks also line the streets and are found on every street corner. They sell basic necessities for the neighborhood. However, the central market is the Super Wal-Mart of the city. The market is open every day and is always packed with people buying and selling. In these images you will see a variety of things from around the market including some portraits, the meat section of the market and detailed shots of pomegranates and a bag of sugar with pasta stuck in it.

Originaria de Asia, su historia se remonta a varios siglos antes de Cristo. Fue considerada tradicionalmente como símbolo del amor y de la fecundidad. Los árabes fueron los que la introdujeron en España, citándola ya en el siglo XIII Gonzalo de Berceo en uno de sus poemas, en el que la llama milgrana (mil granos) por la abundancia de esta semilla. Luego fue llevada por los españoles a América, donde ahora ocupa grandes extensiones, sobre todo en las zonas litorales del Pacífico que van desde California a Chile.

Las variedades más apreciadas en el arte culinario, son las llamadas Grano de Elche, Mollar de Játiva y Mollar de Valencia. Aporta 65 calorías por cada cien gramos y es rica en vitamina B y C. Contiene fibra, es muy digestiva, y por sus muchas aplicaciones curativas los musulmanes la consideraban la fruta medicina.

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En la Alpujarra de Granada, los granos de este fruto se suelen comer servidos sobre hojas de lechuga. Éstos se utilizan como adorno y aderezo de numerosos platos tradicionales de la cocina marroquí como las tortas de mazapán que están abundantemente recubiertas de dichos granos. Los turcos preparan una crema de arroz con almendras, denominada "keskul, a la que añaden algunos granos de este fruto.

Es la granada olorosa
un cielo cristalizado.
(Cada grano es una estrella,
cada velo es un ocaso.)
Cielo seco y comprimido
por la garra de los años.


(F. G. Lorca, Canción oriental)



Ensalada de col blanca y granada

ELABORACIÓN

En primer lugar cortaremos la col en tiras lo más finas posibles, las pondremos en un recipiente con abundante agua fría para que se laven bien, la escurriremos y pondremos en una fuente honda. Los ajos muy picados, los freiremos con aceite de oliva. Cuando se doren, les pondremos un poco de pimentón y chorreadita de vinagre aromático. Los mezclamos bien con la col en la fuente y sazonamos. Cubrimos unos minutos para que el conjunto macere y aromatice la col. Por último, ya fría se decora con abundantes granos de granada alrededor y algunos en el centro. Este plato, aunque de origen nazarí sin dudar, se sigue haciendo mucho los días de matanza en las zonas rurales.

INGREDIENTES

Col, granada grande en sazón, ajos, vinagre, aceite, sal y pimentón (opcional)

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NITO

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jueves, 7 de octubre de 2010

LA CASA DE LA VELERA EN LA ALHAMBRA

La Velera

Vista del Albayzín desde la Velera
DSCN9120 [Resolución de Escritorio] Los Califas en la vivienda conocida como la Velera

Fachada occidental de la Torre de la Vela

El Patronato de la Alhambra ofrece la posibilidad de poder visitar durante un mes espacios que habitualmente están cerrados al público por razones de mantenimiento del monumento y es lógico teniendo en cuenta que los visitantes son más de dos millones anuales y hay espacios que por sus reducidas dimensiones o la fragilidad de los mismos, es muy arriesgado incluirlos en la visita general a la Alhambra, de ahí que esos espacios tan delicados sean abiertos un mes al año. En Octubre el espacio escogido es La Velera. Todos los meses, en la MURGA colocaremos un artículo sobre el espacio del mes. Hoy hablaremos del primero.

La Velera es una viviendo situada en la tercera planta de la Torre de la Vela; vamos a escribir sobre ella.

Cuando Muhammad Al-Ahmar Ibn Nasr funda su reino en Granada decide cambiar su residencia desde el Albayzín a la Sabika y lo primero que hace es construir sobre las ruinas de construcciones anteriores romanas, visigodas y ziries una fortaleza comenzando por la Qasba o Alcazaba. Construye la muralla y las torres de la Vela y del Homenaje.

La Torre de la Vela también llamada Torre del Sol porque éste se refleja en la fachada sur actuando como un reloj para la ciudad de Granada. Tras la Reconquista también se le llamó Torre de la Campana.

La Torre de la Vela tiene unas dimensiones de 16 metros de lado y una altura de 26.80 metros. La base es maciza y tiene cuatro pisos con arcos apeados por pilares que determinan galerías en torno cubiertas con varias bóvedas. Las plantas interiores se resuelven con bellas soluciones constructivas como pilares de ladrillo, bóveda central, galerías laterales también abovedadas, sótano con mazmorra y una terraza en la parte superior. En el norte podemos ver como en el primer piso sólo está la mazmorra y las paredes son muy gruesas y a medida que subimos en altura los muros van decreciendo y aumentando los espacios hasta terminar en la azotea, esta forma tan peculiar es la solución que aportan los costructores para darle seguridad a la torre y sin duda alguna, fue eficaz pues a pesar de estar en una zona eminentemente sísmica como es Granada, lleva en pie desde el siglo XIII. La escalera, al menos en el tramo medio, está actualmente de forma diferente a como era en la época árabe. La terraza estaba, al igual que todas las demás torres de la Alhambra, almenada y que con los continuos seísmos las han hecho desaparecer.

El día 2 de Enero de 1.492 fueron tremolados desde la Torre de la Vela los pendones reales por el Cardenal Mendoza y el Marqués de Mondéjar anunciando al ejército castellano que estaba esperando en la actual ermita de San Sebastián, tras la toma de la Alhambra, se dotó a esta torre de una campana para llamar a la población a rebato; debido a su uso y a las inclemencias del tiempo esta campana fue sustituida en 1569, 1598, 1624, 1640, 1655 y en 1773 se realizó la actual por José Lorenzo Corona. Así mismo, la espadaña ha estado colocada en diversos lugares de la azotea trasladándose en 1840 del ángulo nordeste al actual, pero un rayo la destruyó en 1882 y se reconstruyó de nuevo. El uso de la campana regulaba las horas de riego en la Vega y a lo largo del año se toca el día 2 de Enero en commemoración de la Toma, el 7 de Octubre día de la Virgen de Rosario en memoria de la Batalla de Lepanto, el 12 de Octubre Día de la Hispanidad o en Semana Santa cuando procesiona Santa María de la Alhambra .

La Velera es la vivienda que hay en la tercera planta de la Torre de la Vela y es conocida por este nombre desde la toma de la Alhambra. Estaba habitada por lo militares del Cuerpo de Caballeros Mutilados que eran los responsables del toque de la campana y estuvo ocupada hasta mediados del siglo XX. La última en habitarla fue Concepción, viuda del último militar en ocupar el puesto, al pasar la Alhambra de la jurisdicción militar a la civil.

Para acceder a la Velera en Octubre hay que sacar el billete de jardines y con él se puede visitar el Generalife, el Partal y la Alcazaba.

Antonio Montufo Gutiérrez

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