miércoles, 26 de mayo de 2010

EL MUSEO MARÍTIMO DE LUANCO


Durante mi corta estancia en el marinero pueblo de Candás -en Asturias- tuve la oportunidad de acercarme a la vecina localidad de Luanco, que rivaliza con el anterior en las cosas de la mar, para visitar su Museo Marítimo.

Quedé sorprendido por su organización y por la calidad de las piezas que allí se exhiben. Tuve la suerte de conocer a un maquetista aficionado que hizo las veces de cicerone y que me presentó a su vez al director del museo y a un carpintero de ribera autor de varios modelos que allí se muestran. Orgullosos, y entre unos y otros me mostraron la joya que más aprecian:

Atracada «en batería» en el interior del Museo –un lugar del mundo en el que el visitante «camina sobre la mar»–, veíase una bonitera del Cantábrico con su vela al tercio enorme y llena de heridas de salitre y de viento casi parece que se hincha empujada por la imaginación de quien la contempla. Sin embargo, no hay brisa ni viento. No hay ventanas abiertas ni corrientes de aire que la hagan bailar. Tal parece que el tiempo detenido ha esculpido en escayola las perfectas ondas de su tela, abierta como un abrazo de gigante que no puede cerrar sus brazos extendidos para siempre. Esta vela es parte del alma de «La Bañuguera», una embarcación que nació en 1927 y que fue el medio de vida y sustento para varios pescadores de Bañugues durante los difíciles y duros años de principios del siglo XX. Concretamente a partir de 1930.


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Recién pintada y con su peculiar motor de tres caballos de marca Yeregui colocado en el exterior, dentro de una urna de cristal para que pueda ser observada por el visitante, «La Bañuguera» sabe bien de la extrema dureza del trabajo de la mar, sobre todo pensando en aquellos años en que navegaba por el Cantábrico, por aquel entonces con seis tripulantes a bordo.

Cuenta el director del museo, José Ramón García, que en esta embarcación de 1,70 de manga, 6,90 de eslora y 0,76 de puntal partían los seis pescadores de Bañugues hacia la Estaca de Bares, el punto más septentrional de la península Ibérica, en Galicia, a buscar diversos tipos de marisco. El largo y duro viaje se repitió muchas veces en el tiempo y, como era imposible realizarlo en una jornada, los pescadores hacían noche en el puerto de Viavélez, en el concejo de El Franco. Allí dormían, buscando el calor de unos cuerpos contra otros, en una embarcación que al mismo tiempo era su casa, intentando descansar a la espera de poner rumbo a tierras gallegas, refugiándose del frío y de la lluvia cubiertos únicamente por la vela.


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Como dice el director del museo luanquín, «La Bañuguera», como tantas otras embarcaciones de pesca asturiana de principios de siglo, «es un ejemplo más de la lucha por la supervivencia en Asturias en unos años de extrema pobreza, y aún más en el caso del sector pesquero en todo el norte del país».

Hoy, y en medio de ese mar detenido en el tiempo que bien se puede pisar cuando se acude al Museo Marítimo de Luanco, «La Bañuguera» impone respeto y admiración a quien la contempla. Sin viento en la vela, navega sin embargo por el mar de la memoria compartida, contra la que nada pueden todas las galernas del olvido.

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NITO

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miércoles, 19 de mayo de 2010

MURALLAS, PUERTAS Y TORRES DE LA ALHAMBRA


Los poetas árabes musulmanes llamaban a la Alhambra como la mejor corona que tenía Granada. Su nombre "Alhambra" (Qa´lat al-Hamra) significa literalmente castillo rojo y este nombre tiene varias versiones: Que procede de las arcillas ferruginosas del lugar en el que se asienta aunque el poeta Ibn al-Jatib lo haga derivar del hecho de haberse reedificado la primitiva fortaleza, de noche y a la luz de las antorchas. El mismo Ibn al-Jatib y otros autores árabes, llaman indistintamente a esta fortaleza:"Hisn Garnata" (castillo de Granada), "Ma´quil Ilvira (fortaleza de refugio de Elvira) o "Alcazaba Al-Hamra". Pero también puede tener otra significación semántica más sencilla cual es el nombre del fundador de la ciudad palatina en 1238 que fue el primer sultán de la dinastía, Muhammad Ibn Al-Ahmar Ibn Nasr señor de Arjona(Aryuna) descendiente de Sad Ibn Ubada, compañero del Profeta y que da nombre a la dinastía de las Alhamares o Nazaritas, es decir los Rojos por el color rojizo de su cabello, por lo tanto el nombre sería el castillo de los Alhamares.

Las dimensiones de la Alhambra son de 220 m. de anchura y 740 m. de longitud. La orientación es de Este a Oeste y siempre se ha comparado como un barco cuya proa se orienta hacia la ciudad de Granada. Esta ciudad palatina está completamente amurallada y esta muralla tiene una longitud de 1.730 metros.
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En la actualidad tiene 23 torres, que si las nombramos de este a oeste, comenzando por la llamada Torre del Agua, cuya misión era la defensa del acueducto que traía el agua desde el azud de Jesús del Valle, sobre el río Darro a la Alhambra, siguiendo a continuación las torres de Juan de Arce, Baltazar de la Cruz, de los Siete Suelos, del Capitán, de las Brujas o Atalaya, de las Cabezas, de los Abencderrajes, de los Carros, de la Barba, de la Justicia, de las Rocas, de la Sultana, de la Polvora, de la Vela, de los Hidalgos, de las Armas, de Muhammad o de las Gallinas, de Machuca o de los Puñales, de Comares, de Abul-Al-Yayad o del Peinador de la Reina, de las Damas, de los Picos, del Cadí, de la Cautiva, de las Infantas y por último la del Cabo de Carrera.

La Alhambra tiene cinco Puertas exteriores de la época nazarita que son: La primitiva puerta de la Vela, la de las Armas, la del Arrabal o de los Picos, la de los Siete Suelos y la de la Justicia más dos puerta interiores la de la Tahona, encerrada bajo el Cubo castellano y la del Vino que daba acceso a la calle Real Alta. Así mismo la ciudad palatina poseía tres calles que son: la Calle perimetral que circunda toda la muralla pasando por debajo de los palacios reales, la calle Real Baja que se interrumpe con la construcción del palacio de Carlos V y la calle Real Alta que se inicia en la Puerta del Vino hasta llegar al Secano. En el siglo XVI se añadieron dos puertas en el muro exterior, una en la Cuesta de los Chinos y otra por debajo de la torre de la Vela.

En posteriores interveniones hablaremos de algunas de las Torres y de las Puertas.

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Antonio Montufo Gutiérrez


martes, 11 de mayo de 2010

CUANDO EL GRAFFITI ES ARTE


Serenados ya un poco los pulsos desde nuestra primera reacción, justificada quizás, tras la detención y multa de todo un señor profesor de Literatura de nuestra Universidad, pillado infraganti mientras pintaba un descomunal, peludo y sentencioso falo, en su propio barrio del Albaicín.

Tratando de ver, comprender y juzgar con ecuanimidad las cosas, confieso que permanezco tan confundido como antes y sin ver claro: ¡Mecagun-mis- estudios…!

Los profanos en la materia asociamos el graffiti (en el mejor de los casos) con letras gigantescas de colores chillones o escenas de temas relacionados con la cultura hip-hop. Pero hay tantos estilos de street art como artistas.

Quisiera hablaros del Niño de las Pinturas. Que es tanto como hablar de una parte importante del graffiti granadino. Ya han pasado años desde que este artista (porque es un artista), nos siga regalando su arte en los muros a escondidas, evitando a la policía.

Después de tantos años nada ha cambiado: Un vacío legal, utilizado por la Administración Municipal como excusa, hace imposible la autorización para la realización del graffiti y por tanto sigue estando penado con fuertes multas.

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A mí me surgen multitud de interrogantes y no acabarían nunca. -Mira, Niño:

- ¿ Justifica tu arte (en el supuesto de que lo sea), que vayas pintando por paredes y rincones de tu ciudad…?

- Y si es arte y tienes el consentimiento del dueño ¿es lícita la pintada…?

- ¿Y si el dueño del inmueble te autoriza, y has pedido el correspondiente permiso al Ayuntamiento (aunque éste haga silencio administrativo, pillado en su propia Ordenanza), por qué te multan…?

- Y si tienes todos los permisos del mundo, pero tu pintura hiere mi sensibilidad… ¿es lícita, igualmente, tu pintada…?

- ¿Y si tus métodos callejeros no eran más que una bien estudiada estrategia para dar a conocer tu pintura en una ciudad en la que tan difícil es sobresalir, dado el número de buenos pintores que hay en ella…?

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Resulta que este Niño (ya no tan niño pues acaba de cumplir 33 añitos la criatura), expone (“Ke nadie te Silencie” en Pupa Tattoo Art Gallery), que da conferencias en nuestra Facultad de Bellas Artes, que viaja al extranjero a requerimiento de entidades culturales, mostrando el arte de sus pintadas callejeras (Caracas, Lisboa, México, Hungría, París…)

Hay cuestiones innegables (entresaco del Blog “Subcultura”):

-“El día 7 de Febrero, Raúl, El Niño de las Pinturas, ha sido denunciado mientras pintaba.

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El caso es que el Niño tenía la autorización del propietario del inmueble e incluso había solicitado permiso al Ayuntamiento en virtud de la Ley de Ordenanza Cívica del Ayuntamiento de Granada.

El vacío, o la trampa legal, que impide a los escritores de graffiti realizar su trabajo adquieren por momentos tintes kafkianos.

Aplastar a multas a estos artistas es negar al resto de la ciudadanía el disfrute de su trabajo, tan apreciado dentro y fuera y tan denostado por nuestro Ayuntamiento. Como dice Belin, otro gran artista, en cincuenta años se hablará del Niño como de Lorca, y de lo ingrata que fue Granada con él.

-Otro sí digo que, a la par que ha creado un camino para atajar, ha creado una escuela con muchos seguidores y, en Granada, ya hay una ruta turística en pos de las Pinturas del Niño a la que acuden infinidad de visitantes. Basta abrir el programa informático “Google Earth”, colocarte encima del barrio del Realejo, para observar la multitud de iconos fotográficos con lo mejorcito de sus murales para corroborar lo que digo.

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