miércoles, 19 de agosto de 2009

EL CÁLAMO SUPREMO Ó CALAMÓN

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Lo mismo que se ha dicho sobre la tinta, se podría decir del tintero y del noble arte de hacerlo. Las escribanías de nuestros mayores estaban llenas de éstas auténticas joyas, que así lo atestiguan y dan fe de la importancia que se les daba. Y sí nos remontamos a los orígenes. .. ¡Para qué las prisas!

Así, salvo del papel, (que sería el cuento del nunca acabar) y como sin querer, hemos hablado de los cuatro tesoros del escritorio: el papel, la tinta, el tintero y el cálamo.

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Para no aburriros voy a cerrar el tema, aunque soy consciente de lo mucho que se me ha quedado en el tintero –nunca mejor dicho y ni más a propósito- no se me ocurrió otra cosa más que hacer un súper cálamo aprovechando una vieja caña escobera que por aquí estaba. Un vecino murguero mío, muy guasón por cierto, viéndomelo tallar, soltó la expresión (voy a decirlo fino): “¡Es el Padre de todos los cálamos…!

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Utilidad, lo que se dice utilidad, no creo que tenga ninguna, pero decorativo, es un rato decorativo y lo que he disfrutado soltando astillas frente al mar... Yo lo he denominado Cálamo Supremo (Al- Kalam al- A´lâ), de profundas y sesudas reflexiones quijotescas, según narra Cide Hamete Benengeli. Espero que os gusten las fotos.

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NITO

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domingo, 16 de agosto de 2009

FABRICANDO NUESTRA PROPIA TINTA

“¡Qué maravillosa labor la del Cálamo:
Bebe oscuridad y vierte luz…!”

Entendido queda que esa oscuridad, además de al tintero, se refiere a la ignorancia y a la incultura, pero es de la tinta de lo que quisiera hablar en este momento.

Ya tenemos nuestro cálamo recién tallado. ¡Bien, pero no basta! No creamos que ya hemos acabado: ¿Y la tinta…? No valen las Waterman, Pelikan ni Mont Blanc; éstas estaban bien para nuestras estilográficas, pero son demasiado fluidas para nuestra caña calamera y no ganaríamos para borrones.

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Barras de buena tinta china. Ahora a frotar

¿Tendremos que hacer nuestra propia tinta? -¡Qué pesadez!, -me diréis.

–Y habría que contestar: -¡Pues no, queridos!: ¿Y el placer, como el de nuestros antepasados orientales, de practicar la técnica del frotado de la barra de la tinta contra el cuenco de piedra áspera, para hacer la cantidad justa que necesitas para el consumo de hoy y tomárselo como parte de una meditación y de una introspección antes de comenzar el trabajo…?

¡Narices putas y atrancadas! -¡Tal parece como si habláramos de planetas distintos ! Y la verdad, es esa la diferencia entre nuestra realidad de hoy y el mundo de los orientales mandarines con sus barras de tinta china…

¡Oigan!: Tengo fórmulas para el que quiera fabricar su propia tinta. Je, je...

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El origen de la tinta

El uso de las tintas es milenario y sigue estando en discusión el verdadero origen de las mismas; se sabe que data tanto de China como del Antiguo Egipto. Lo cierto es que sí existen manuscritos tanto chinos, como egipcios que muestran la existencia de una sustancia liviana, ideal para escribir. Las tintas que usaban los ecribas medievales provenían de dos recetas usualmente preparadas en aquellos tiempos. Una era la mezcla del negro de humo con goma y agua que era realmente eficaz y duradera, y la otra era la mezcla de sulfato ferroso con una poción realizada de las agallas de roble. La venta comercial de tintas preparadas se popularizó en el siglo XVIII.

Pero eso sí, tres cosas le pedimos a una buena tinta: Fluidez, persistencia y belleza

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NITO

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jueves, 13 de agosto de 2009

ERMITA DE SAN SEBASTIÁN

En primer lugar hemos de empezar hablando de los lugares de oración del Islam que son dos: La Mezquita y los Al-Morabitun, la primera es el lugar dónde se reunen los fieles musulmanes el viernes para la oración, de rodillas y mirando a la quibla en la que se encuentra el mimrab, hornacina dirigida a la Meca y en dónde se guarda el Corán y los segundos, también llamados Rábitas, eran edificios religiosos que proliferaron en Al-Andalus, a raiz del florecimiento del misticismo eremítico. A estos lugares se retiraban personas de gran religiosidad que, rechazando el contacto con el mundo exterior, se dedicaban a la oración y a la meditación, siendo incluso enterrados en ellas. Curiosamente en esto tambien se parecen el Cristianismo y el Islam.

La Ermita de San Sebastián es el único morabito que queda en pie en España. Está situado al final del paseo del Violón, en la margen izquierda del rio Genil, fue construida en 1218, bajo dominación almohade y es coetáneo al Alcázar del Genil, y fue declarada por Decreto 0265 M, el 31 de junio de 1.931 Monumento Histórico Nacional.

Junto a este lugar se encontraron el rey Fernando y Muhammad XII, Boabdil, para hacer éste entrega de las llaves de la Alhambra y ciudad de Granada, el lunes 2 de Enero de 1.492. En el momento en que se vieron resplandecer las cruces y estandartes que tremolaban desde la Torre de la Vela, el cardenal Iñigo de Mendoza y el Conde de Tendilla, que en la noche anterior penetraron en la Alhambra por el llamado portillo de la Traición, cantándose un Te Deum, en acción de gracias por la Conquista de Granada y celebrándose bajo el álamo situado en el morabito, la primera misa.

Tras la conquista, muchas de la rábitas fueron abandonadas y se arruinaron, siendo ésta la excepción, debido a que se dedicó al culto cristiano, consagrándose a los Santos Fabián y Sebastián, restaurándose en 1615, según reza la inscripción que rodea el anillo de la cúpula y que dice
."A onra de Dios nuestro Sr. y de su bendita Madre la Virgen María, concebida sin pecado original. Esta ermita es de San Fabián y San Sebastián y de la Cofradía de los Hermanos de los gloriosos Santos y por su orden se edificó esta capilla, siendo Prioste Luis Peláez de San Martín y mayordomo Pedro Fernández Castinobo acabóse en 1615"
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Los morabitos solían estar extramuros de las ciudades y rara vez en el interior de las mismas; éste estaba en el camino tradicional que desde la Edad Antigua comunicaba Granada con la Vega y la Costa, pasando por el mal llamado puente Romano, que en realidad es del periodo Califal, sobre el rio Genil, hecho con piedra de la Malahá.

Los de nuestra generación aún recordamos cómo, cuando bajábamos a la playa, atravesando el puente, se pasaba por la Sociedad de Tenis y luego, una curva peligrosísima (en la que murió alguna gente por descarrilamientos frecuentes del tranvía), pasaba a la altura de la Ermita.

Entonces eran otros tiempos y la ermita se encontraba a nivel de la carretera pero, al producirse el punto álgido de la constrrucción, y al urbanizarse esta zona, se cerró el callejón del Ángel, se edificó toda esta zona con la torpeza, la irresponsabilidad y negligencia de las autoridades de la época que no supieron o no quisieron respetar nada, ni paisajes ni monumentos, dejando éste en particular, con edificios modernos y horriblemente feos prácticamente encima de un edificio declarado monumento nacional del siglo XII, un auténtico crimen y una salvajada, pero esto es casi consustancial con Granada, por mucho que lo han denunciado personas tan importantes como Ángel Ganivet, Seco de Lucena y Enrique Villar Yebra. Al quedar rehundida la ermita respecto al nivel de la calle y dado el abandono negligente de las autoridades, vinieron al propicio lugar, gamberros y drogatas, llenándolo de mierda, jeringuillas y preservativos. Para remate, los hijos de puta de los dañinos grafiteros, lo dejan como podemos ver en la foto. ¡¡¡Una pena!!.

Durante muchos años se dedicó al culto, perteneciendo a diversas parroquias hasta que en el XIX, debido a la Desamortización de Mendizábal, pasó a manos del Ayuntamiento, que lo alquiló a unos particuales y ha sido taberna, vaquería y por último cuadras, recordemos que la feria de ganados del Corpus se hacía en el Violón.
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Su cúpula, que originalmente era visible desde el exterior, queda hoy oculta por el tejado añadido a cuatro aguas, así como la espadaña para la campana. Los muros son de argamasa y da entrada al edificio un arco de herradura apuntado, inscrito en recuadro de ladrillo. El interior es cuadrado, de 8,40 metros de lado, desprovisto de ornato y cubierto por una original cúpula esférica de dieciséis cascos con nervaduras que, en su reunión, forman una estrella y se apoya en trompas de arcos redondos.

En el exterior se añadió una casilla para el Santero en 1844 y también tiene una placa en el costado del templo, que mira al Mediodía, plagada de errores históricos que dice:

." Aviendo Muley Boáudelí, último rey Moro de Granada, entregado las llaves de esta ciudad el Viernes dos de Enero de 1492 a las tres de la tarde en la puerta de la Alhambra a nuestro católicos Monarcas Don Fernando de Castilla y Doñla Isabel de Aragón, despues de 777, que esta ciudad sufría el Yugo Mahometano desde la pérdida de España , acaecida en Domingo 2 de Noviembra del año 714 salió dicho católico Rey a despedir a el expresado Boáudelí hasta este sitio antes Mezquita de Moros, y entonces erigida en Hermita de SanSebastián, dónde dieron los primeros gracias a Dios el Glorioso Conquistador y su exército, entonando el Te Deum, y tremolándose el Estandarte de la Fe en cuya memoria se dic dicha hora la Plegaria en la Catedral y se gana indulgencia plenaria, rezando tres Padres Nuestros y tres Aves Marías".

En este sitio está ambientado el famoso cuadro de Francisco Pradilla Ortiz, que hoy se encuentra en el Senado y cuya copia se puede ver en la Capilla Real de Granada.



Antonio Montufo Gutiérrez

lunes, 10 de agosto de 2009

EL AJOBLANCO MURGUERO

El Ajoblanco malagueño, y por ende, en toda esta zona costera oriental, es una receta ciertamente agradecida cuando los termómetros suben. El agua bien fresca, combinada con la miga de pan y el vinagre dan una sensación refrescante que no tiene rival. Eso no es nuevo. Las legiones romanas ya lo sabían y usaban con asiduidad el vinagre bien rebajado para refrescarse en sus largos días de marcha.
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El ajoblanco es un plato que se puede acompañar con diversos tropezones: un poco de jamón, unos cubos de melón, incluso unas tiras de mojama, rebanada de pan frito.... Ahora bien, lo tradicional son unas uvas bien dulces como las que da el moscatel.

La receta que pongo está copiada de la Web "Las recetas de Marita", el ajo blanco es una sopa fría tradicional y hay varias formas de hacerlo, pero ésta me parece buena. Aunque tengo el thermomix no lo uso para el ajo blanco porque no me convence el resultado final.

"Poner un cazo con agua al fuego y cuando empiece a hervir, echar las almendras y mantenerlas 2 ó 3 minutos, sacarlas del agua, pelarlas y reservarlas". Para hacer el ajo blanco está es la manera tradicional de pelar las almendras. Remojar la miga de pan con un poco de agua. En un mortero, almirez o dornillo, echar la sal y los ajos y majar bien con la maza. Cuando los ajos estén bien majados, agregar las almendras y seguir majando y removiendo, hasta conseguir una pasta homogénea. Entonces echar la miga del pan y seguir con el majado constante, sin descanso.
Cuando todo esté bien mezclado ir añadiendo el aceite, muy poco a poco, en chorrillo fino, mientras se sigue mezclando con la maza, hasta que el aceite se incorpore a la masa. Añadir entonces, también poco a poco y sin dejar de majar, el vinagre hasta conseguir una salsa espesa, de aspecto muy similar al de la mayonesa. Pasar la pasta a una sopera e ir agregando el agua, poco a poco, de forma que la pasta se vaya aclarando.

Cuando se logre la textura deseada, probar de sal y rectificar si fuera necesario, entonces colocar la sopera en el frigorífico hasta la hora de servir.


INGR

VARIANTE SENTIMENTAL MURGUERA.- No puedo olvidar la receta de mi abuela, en aquellos tiempos de escasez y penuria en la Granada rural, que a falta de almendras, utilizaba harina de habas y que mi madre -por aquello de la tradición- mezclaba ambos ingredientes y yo, hombre regalado, epicúreo e innovador, mantengo siempre que puedo, amén de echarle un puñadito de piñones, mitad enteros y mitad majados con las almendras. ¿El resultado...? ¡Jesús, por Dios, que me da algo…!


NITO

miércoles, 5 de agosto de 2009

CÓMO HACER UN CÁLAMO.

El proyecto: Observando viejos grabados y ciertas imitaciones, chinas vine en dar con una foto de la que saqué este dibujo.

Nuestra meta: La dureza del bambú -que encierra no pocas dificultades en cuanto a su mecanización- le confiere una durabilidad manifiesta, además de un tacto y una elegancia notables.

Para empezar, probaremos con caña común y otros tallos vegetales que se vean apropiados, como juncos, juncias y carrizos. Al fin y al cabo, sólo se trata de "afinar un palo". Acordaos que todos hemos dibujado con un palillo de dientes y tinta china.


Los pueblos orientales consiguieron una escritura elegante y armoniosa con estos modestos medios, llegando a ser la caligrafía árabe un arte sublime.

Nosotros no utilizaremos el cálamo para escribir, pero sigue siendo una buena herramienta para dibujar en cartones y pliegos de papel fuerte de buena trama y gramaje. Se consiguen así rasgos de mucho carácter y tonos equiparables en calidad al pincel chino.

Herramientas: Pocas y que todo el mundo posee en casa, como lijas, cútter o cuchillo muy afilado. Si no se dispone de un taladro, el orificio que aparece en el plumín, se puede hacer con un alfiler o aguja incandescente.
Mini cálamos de cañita común




Demasiado gordo ese bambú. Será preciso seguir buscando en paraguas y bastoneros

Para hacer un cálamo nos hace falta lo siguiente: una caña, a ser posible de bambú o caña india porque la celulosa es más fuerte y rígida con lo que nos va a ser más duradera. En su defecto, usaremos caña normal o cañabrava; un buen cúter con cuchillas de varios tamaños, una buena dosis de paciencia y sobre todo mucha maña y... cuidadín con los cortes, lo digo por propia experiencia.
Yo recomiendo que se sigan estos pasos y cuando hacemos el corte que sea cerca del nudo porque si éste lo ahuecamos nos sirve el puro como depósito de la tinta y podremos escribir más. Cuando estudié árabe en la Facultad aprendí a elaborarme mis propios cálamos con diferentes gruesos para la caligrafía árabe, que por cierto es muy hermosa.

Antonio Montufo Gutiérrez

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