martes, 24 de marzo de 2009

LOS LEONES DEL MARISTAN

Símbolo del Poder

Siempre que en Granada se habla de leones de piedra, enseguida nos imaginamos a los de La Alhambra y su famoso Patio. Casi nunca pensamos que en la ciudad hubo otros muchos y que tal icono era símbolo del Poder, no solo en el Mundo Islámico, sino en toda Asia Menor desde el V milenio a. de C.

Vamos a tratar hoy de los no menos famosos Leones del Maristán granadino: Estas enigmáticas piezas proceden de un edificio construido en la segunda mitad del siglo XIV por Muharnmad V, destinado a albergar y tratar enfermos mentales. Edificado en torno a un gran patio central, tenía alojado en éste una alberca rectangular en cuyo eje de sus lados mayores se situaban, enfrentados, los leones.

No se sabe con certeza la fecha en que fueron trasladados los leones a la Alhambra. Se sabe, sin embargo que el edificio que los alojaba, el Maristán, se demuele en el verano de 1843. La primera referencia escrita que los sitúa ya en la Alhambra se encuentra en Giménez-Serrano (1846), lo que induce a suponer que debieron ser desmontados y trasladados poco antes de la demolición del Maristán.

En toda la documentación consultada, los leones aparecen en el borde sur de la alberca, pero sin verter agua por las bocas, tal vez por haber sido colocados provisionalmente en ese lugar (Gómez-Moreno, 1892, nota 327 e). D. Leopoldo Torres Balbás (sustituto de Cendoya) en mayo de 1924, después de haberles instalado una tubería y tras colocarles unos caños de bronce en las bocas, los dota de agua finalmente.

El día 13 de octubre de 1994, los leones dejan de arrojar agua por sus bocas y son desmontados para su restauración y ya para su definitiva instalación en el Museo de la Alhambra.

¿Cómo eran estos leones?

Dos figuras de león esculpidas en sendos bloques de mármol oscuro para su utilización como surtidores mediante una tubería que, entrando por la base, atraviesa toda la pieza hasta la boca, desaguando a chorro, con una sección interior de 3,5 cm.

Los leones aparecen sentados sobre sus patas traseras, plegadas, reposando en una base lisa, tallada en el mismo bloque, de 1,301 x 0,561x 0,13 m, habiéndose perdido la parte posterior de una de ellas desde el talón hasta el borde, dejando ver la entrada de la tubería del surtidor.

Las cabezas de los leones han perdido sus respectivas orejas, cuya huella puede observarse claramente. El resto de la cabeza y la parte anterior del cuerpo apa­recen completamente cubiertos por una larga melena formada por la superposición de grandes bucles, de 11 cm de largo, que en el eje frontal forman cuatro grandes lóbulos o gotas. Los rasgos de la cara aparecen especialmente marcados por las amplias fauces, resaltadas mediante tres pliegues y una gran dentellada, con mandíbula superior e inferior acusando grandes colmillos que bordean el surtidor. Bajo éste despliegan la lengua -con acanaladura central- de 7 cm de longitud y 6 cm en la base. Igualmente resalta en el rostro un gran hocico con dos lóbulos sobre el que apenas se perciben los párpados de los ojos.

El resto del cuerpo de los leones aparece liso, interrumpido únicamente por una larga cola que, atravesando las patas traseras, se pliega sobre el lomo hacia el costado derecho en el león más alto y hacia el izquierdo en el león bajo, hasta alcanzar, en ambos, la melena. La parte posterior de las patas delanteras acusa igualmente una banda de pelaje rizado. Las manos de los leones destacan cuatro digitaciones. ("Propuesta para un Museo en la Alhambra").

Extraño destino el de estos leones: Soportaron, estoicos y gustosos en su último emplazamiento, posar con nuestras novias y amigas como remate de un paseo romántico en primavera. (Foto cedida por la murguera Kika)

NITO

2 comentarios:

Antonio Montufo Gutierrez dijo...

De puta madre,eres genial.coño, quele bueno.Antonio Montufo.

http://manuel-espadafor.blogspot.com dijo...

Nunca leones tuvieron
tan espléndida guarida:
cual si rugiesen, murmuran
con el agua cristalina.
Sus cuerpos parecen oro,
que en lo interior se liquida,
y en raudales trasparentes
por las bocas se deriva
(Ibn Handis, poeta siciliano nacido en Siracusa, año 1056)