viernes, 29 de febrero de 2008

A MI AGÜELO (TONOS ARMILLEROS)

A MI AGÜELO JOSÉ MARÍA
(Tonos armilleros)
Yo me quisiera gorvé
a cuando yo me criaba.
A cuando iba con mi agüelo al campo,
los dos montaos en el burro
y yo agarradito a su pelliza.
¡Cómo me reía entonces
oyendo a mi agüelo cantá!

A cuando yo me criaba
yo me quisiera gorbé.
A cuando iba con mi agüelo a la vega
dejando al burro suerto en la yerba
y yo, comiendo migas en cartucho de papé.
¡Cómo me gustaba entonces
ver a mi agüelo soñar!

Yo me quisiera gorbé
A cuando yo me criaba.
A cuando, con mi hermanica de la mano,
buscaba a mi agüelo en la era
que ajumao en la parva estaba.
¡Cómo gozaba entonces
rompiendo a mi agüelo el sueño!

A cuando yo me criaba
yo me quisiera gorbé.
A cuando a su vera me estaba,
y con calma, un chumbo me pelaba:
“Dios te guarde higo chumbo,
-decía- amigo eres de mi navaja,
te corto cabeza y culo,
en medio te hago una raja
y con los dientes, te empachurro”.
¡Cómo me sentía entonces
con mi agüelo en sus pies sentado!

Yo me quisiera gorbé
a cuando yo me criaba.
A cuando un cigarro de chasca liaba,
los ojos entornaos, el pitillo engomaba
y de su chaleco el yesquero yo le daba.
Con certeros golpes, mil chispas echaba.
Cómo me gustaba asoplar la mecha.
Con qué cara de jartura, mil nubes
de jumo al pito le sacaba.
¡Cómo olía entonces mi agüelo
a campo, tabaco fuerte y serenidad!

¡Ay, ¡Máma! Yo me quisiera gorbé
a cuando con mi agüelo me criaba.
¡Hijo! ¡Eso no puede ser!
¡Mira que la ocurrencia…!
¡A esos tiempos gorbé…!
Recuérdalo así siempre,
que él mucho te quiso
y a nosotros también.

Nito 2005

lunes, 25 de febrero de 2008

CUAJADA DE CARNAVAL

SALIDA DE ESTOS MISMOS TALLERES
Sin ánimo de crear polémica sobre la fórmula magistral de la Cuajada de Carnaval granadina, el otro día, y sintiéndome creativo, realicé el adorno que aquí veis. Tarta con la que quiero convidar a "La Murga". Lo de dentro es obra de mi perpetua con esas manos que Dios le dió.

Nos, confesamos que nos falló algo: Debía presentarse en cerámica de Fajalauza, como mandan los santos cánones, pero no la teníamos del tamaño necesario.

No obstante, si alguien se siente picado, incitado, amoscado o retador, puede hablar de este singular postre o mejorar la fórmula. La de Antonia será su secreto hasta que no os manifestéis.

Nito

jueves, 21 de febrero de 2008

YA ESTOY AQUÍ

DE NUEVO EN EL PUENTE

De nuevo en el puente de mando de La Murga, aunque me veáis en el ala del Boeing de Air Europa, con el que hicimos una toma totalmente sin visibilidad y lloviendo, aquí en Granada. Mallorca en invierno y fuera de las rutas trilladas por el turismo, superior. Su montaña y sus recónditos puertecillos pesqueros y deportivos, de lo más recomendable. Su sobrasada no tiene rival y su vinillo algo flojo.

Y en sus monasterios y cenobios donde el azar me llevó, entre naranjos y almendros en flor, descubrí a la Mallorca profunda y exotérica: Nada menos que me fue presentado la obra y el espíritu de Raimundo Llulius. Ya os contaré.

Nito


viernes, 8 de febrero de 2008

LA VIEJA JÁBEGA DE LA HERRADURA


LA "JOVEN JOSÉ"


Ya eras vieja cuando llegamos a La Herradura, y eras ya ejemplar único, pero aún estabas operativa ganando el jornal para tu dueño y con un arte de pesca decadente y prohibido, que poco a poco fue desapareciendo del paisaje de la Bahía: Como todas las demás barcas, pescadores y peces incluidos...

JABEGOTES
Fuiste, para mí, todo un símbolo, un enigma y un reto a investigar. Y fuiste, además, nuestra introductora de embajadores en aquel mar...
¡Cuántos años creando paisaje para nosotros! ¡Cuántas mañanas luminosas quedaron inmortalizadas en mi cámara, vieja jábega...! ¡Con tus extraños bigotes, tu amenazante espolón y tu codastre altivo! ¡Con tus proeles ojos pintados, siempre vigilantes...!
El abandono y las inclemencias del tiempo dejaron tus cuadernas venerables al sol.

Un día, sin saber como, desapareciste de nuestras retinas para siempre, "Joven José", pero tu inconfundible silueta fenicia no desaparecerá nunca de nuestras vidas.




Nito

domingo, 3 de febrero de 2008

UNA DE SAL MARINA

MAÑAS DE PATRÓN


Para que no se quejen de abandono mis "lobos grises", ahí va una de sal marina:

"Sabido es que, a veces, los pesos en un bote de vela pueden ser la causa de ganar o perder una regata.

En una de aquellas regatas de vela latina (con las que tanto disfrutaba observándolas en mis tiempos del Mar Menor), se contaba como anécdota que, estando compitiendo botes de Cartagena y Torrevieja, ocurrió casi al final de la regata, que iba en cabeza un bote de Cartagena seguido a la distancia de dos o tres esloras por uno de Torrevieja.

Al ver el patrón torrevejense, que estaban próximos a baliza de llegada sin poder alcanzar a su rival cartagenero, a pesar del esfuerzo realizado por su tripulación y por él mismo, con el fin de aligerar el desplazamiento del bote, ordenó tirar al mar los tres sacos de lastre de grava que llevaba en el plan del bote apuntalando el mástil. Al ver que con esto no conseguía aproximarse a su rival como deseaba, mandó a uno de sus tripulantes que se tirara al agua, y al comprobar que el bote ganaba poco a poco algunos palmos, dio la misma orden a un segundo tripulante y posteriormente a un tercero, quedándose a bordo del bote el davantista, él mismo, que manteniendo la caña del timón con la vista al rival, pudo comprobar como lo alcanzaba por momentos hasta rebasarlo, consiguiendo con ello, alcanzar el primero la baliza de llegada donde estaba situado el bote del comité del jurado de regatas que había observado lo ocurrido, y que en sus deliberaciones no tuvo más remedio que admitir la victoria del bote de Torrevieja, ya que entonces ni existía reglamento de regatas para este tipos de botes, ni nada que contemplase la prohibición de aligerar su peso tirándose la tripulación al agua... "

Nito

sábado, 2 de febrero de 2008

PUNTO PELOTA A LA TORTILLA

PUNTO PELOTA A LA TORTILLA

Punto pelota, que es tanto como decir: Punto final a la cuestión sobre nuestra tortilla local.

Nada menos que don Antonio Gallego Morell, Presidente de la Sociedad Gastronómica Granadina, insigne hijo del no menos insigne Don Antonio Gallego Burín, escribe lo que sigue:

“Cuando los turistas descubren en las cartas de los restaurantes de Granada la tortilla del Sacromonte se apresuran a encargarla al camarero y les brilla en los ojos un ¡olé! y un repiqueteo de castañuelas. Y se equivocan, porque lo suyo sería un padrenuestro y una invocación a San Cecilio. El Sacromonte de la tortilla granadina no es el de los gitanos y las zambras sino el de los canónigos y las santas cuevas de la Abadía. Si fuese cosa de gitanos no hubiese pasado a los libros de cocina, pero en las abadías siempre se comía bien. Es la tortilla del Sacromonte en que estudió Don Juan Valera.

Todos los años, el día 1 de febrero -festividad de San Cecilio, patrón de la ciudad- el Ayuntamiento de Granada en cor­poración, precedido por los Guar­dias a caballo en trajes de gala, sube a la Abadía obsequiando al Abad y canónigos con ramos de flores y cajitas de taracea con mirra: así vienen pagando desde hace mucha historia la tortilla que luego se comen juntos.

Los cocineros de la Abadía forman una dinastía, la de "Los Titos", que han ido here­dando el secreto de la receta de la tortilla, plato que alternan con el otro del pollo de Valparaiso. Cuantas tortillas se comen en Granada bajo esa denominación se asemejan más a las múltiples varie­dades de tortillas paisanas que a la histórica de la Abadía. En ésta entran criadillas y sesos que se cuecen juntos, con agua y poca sal, rehogándose ligeramente en aceite; a la pasta así creada se incorporan los huevos batidos a una sartén con poco aceite y a fuego lento. El pro­ducto es una tortilla de dedo y medio de grosor con solo tres ingre­dientes: huevos, criadillas y sesos. Lo demás es fantasía. Son alegres tortillas con recuerdos gitanos de adornos de tomate y guisante, con la inevitable patata.

Pero en la Abadía se atienen a una fórmula tradicional. Las mocitas granadinas, mientras canónigos y munícipes pedían bicarbonato, subían el 1 de febrero a besar la piedra casamentera; se podían besar otras piedras en la ciudad, pero no se casarían dentro del año. Se pueden elogiar otras tortillas -la tortilla es el plato nacional mucho más que la paella que es sólo un plato regional- pero ninguna será la auténtica tortilla del Sacromonte que algún canónigo comía individual declarando que estaba a régimen y que por eso Rafaelito "El Tito" se la guisaba con un poco menos de sal, pero con igual proporción y cantidad de huevos, criadillas y sesos. ¡Era ejemplar cómo aquel canónigo seguía el régimen que le había trazado un antiguo alumno del Colegio! “

Nito