domingo, 28 de diciembre de 2008

EL “ SACRIFICIO DE LOS MÁRTIRES”

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Explicación al misterio del "Sacrificio de los Mártires"

¿Recuerdan a don Humberto Mersman, el personaje multimillonario “comedor de grandes platos de crestas crudas de gallos con tenedor cuajado de esmeraldas” y propietario del Carmen de los Mártires…? -Pues desde ahí, ha de arrancar necesariamente nuestra historia.

Ya sabemos que este singular personaje, arruinado, vendió su Carmen de los Mártires, al Duque del Infantado, que le compró la finca por 350.000 pts. y que le permitió seguir viviendo en él hasta su muerte, además de una pensión vitalicia de 75.000 pts. anuales, satisfechas por trimestres anticipados, aumentada o disminuida en relación al valor de de la peseta con respecto al oro en el día que se efectuase el pago trimestral.

El XVII Duque del Infantado fue Joaquín de Arteaga y Echague Silva y Méndez de Vigo, personaje del que tendríamos mucho que hablar. Entre sus innumerables propiedades, poseía el Castillo de la Calahorra, al que quiso desmontar piedra a piedra para llevárselo a Madrid, como hizo con otros monumentos.

Al fallecer el duque del Infantado, lo heredó su hija Sor Cristina de la Cruz y de Arteaga, según la escritura de cuenta y participación de bienes relictos, otorgada el 24 de marzo de 1953, ante el notario de Madrid don Luis Sierra Bermejo. Sor Cristina trató del futuro del Carmen con el Alcalde de Granada don Manuel Sola Rodríguez Bolívar, acordando su adquisición por el Ayuntamiento, y la cesión a Sor Cristina del Real Monasterio de San Jerónimo, hasta entonces cuartel de caballería, que fue restaurado en parte con el importe de la venta de Los Mártires. La escritura de venta se otorgó ante el notario de Granada don José Rodríguez Sánchez, el 31 de octubre de 1957, por 11.000.000 pts, que invirtió en San Jerónimo dirigiendo los trabajos con suma maestría don Antonio Dalmases Mejías.

En 4 de septiembre de 1968 el Ayuntamiento granadino concedió a Sor Cristina las distinciones de Hija Adoptiva y Medalla de Oro de Granada. Fallecería en Sevilla el 13 de julio de 1984.

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NITO

miércoles, 24 de diciembre de 2008

¿CUANDO NACIÓ JESÚS?

La brillante estrella que apareció en Belén hace 2000 años indicaría que en realidad la fecha de nacimiento de Cristo es el 17 de junio y no el 25 de diciembre, como se cree.

La investigación realizada por el astrónomo australiano Dave Reneke afirma que la Navidad debería ser en junio.

Esto lo definió luego de trazar la aparición de la estrella de Belén, la cual indicaría que la fecha de nacimiento de Jesús fue el 17 de junio.

De ser correcta esta hipótesis, Cristo sería de géminis y no de capricornio como se creía según publica en su portal digital Telegraph.co.uk.

Para este estudio, Reneke utilizó complejos programas electrónicos para trazar la posición exacta de todos los cuerpos celestes, como también el mapa del cielo nocturno.

El astrónomo, que es también editor de noticias de Sky y de la revista Espacio, dijo: "Tenemos un software que puede recrear exactamente el cielo de los últimos mil años y nosotros lo utilizamos para volver a la época en que nació Jesús".

"La astronomía es una ciencia exacta, podemos saber exactamente dónde estaban los planetas, y creemos que descubrimos la legendaria estrella de Navidad".

NITO

viernes, 19 de diciembre de 2008

CUENTO DE NAVIDAD SACRAMONTANO

El bacín (cuento en clave de humor)

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Curro Albaicín ha contado varias veces una anécdota que refleja lo que era el Sacromonte en los años cincuenta y sesenta, cuando aquel barrio carecía de la mínima infraestructura higiénica y de red de alcantarillado. Curro se monda de risa cuando se acuerda de lo que le pasó a la esposa del presidente de la Coca Cola en el Sacromonte. Cuenta que la dama llegó al barrio montada en un impresionante cadillac negro con chófer uniformado, con un hermoso abrigo de pieles, un frío diciembre granadino y estuvo viendo las cuevas en las que vivía la gente. Aquella señora estaba muy interesada en saber cosas sobre aquella gente tan peculiar que tenía una forma de vida tan distinta a la que ella tenía. Se metió en la cueva que tenía la madre de Curro y allí degustó un cocido de coles, que le pareció exquisito. Una hora más tarde, ya en la sobremesa, a la mujer le entraron unas ganas enormes de hacer de vientre. Las coles, por lo visto, habían hecho su efecto laxante y pedían a gritos ser expulsadas del recinto que las contenía. Y allí me tienes a aquella señora con su abrigo de pieles corriendo de un sitio a otro buscando un lugar donde aliviar su cuerpo. La madre de Curro le dio un barreño de hojalata a modo de bacín para que la mujer hiciera sus necesidades, que es el que tenían precisamente para esos menesteres. La mujer se creía que el balde se lo daban para vomitar, por eso lo rechazaba y decía con aspavientos que ella lo que quería era un excusado.

-¡No, mie osté, reina, aquí no hay esas cosas...!

-Pa jiñar esto es lo que tenemos. -Le decía la madre de Curro ofreciéndole el barreño.

Hasta que la señora comprendió que aquello era mejor que nada, se subió su abrigo de pieles hasta el cuello, se agachó y en ese recipiente dejó al fin el mojón que la atosigaba.

(Basado en un relato de Cárdenas)

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NITO

miércoles, 17 de diciembre de 2008

FELICES PASCUAS

Felices Pascuas

Como no podía ser menos, esta Sagrada Familia, tallada por el maestro de maestros Diego de Siloé, que tanto hizo por el acervo artístico de Granada, la distraje de los trabajos para "El Gran Capitán" reservándola para tí, porque te lo mereces y porque se te quiere tanto, en esta fina Murga de Nito que, al tiempo, te desea Felices Pascuas y Próspero Año Nuevo en unión de todos los seres queridos que te rodean.

Nito

viernes, 12 de diciembre de 2008

EL PERFUME DE BERGAMOTA

El autor en el centro rodeado de murgueros

La ruta del perfume de bergamota

José Luis Gastón Morata, autor de la novela histórica 'El perfume de bergamota' (Ed. Almuzara), defiende que el Maristán -próximo a la Carrera del Darro- creado por los nazaríes allá por 1367 es el primer manicomio de Europa, mucho antes que el de Londres (1403) y el creado por el padre Jofré en Valencia (1409). El edificio, hoy prácticamente un solar y en manos de la Junta de Andalucía, es el centro de la novela, que narra la historia del médico Hamed en su intento por desentrañar el misterio del envenenamiento en 1392 del rey nazarí Yusuf II.

La Biblioteca Municipal de La Chana eligió el título de Gastón Morata para uno de sus talleres de lectura y el diseño posterior de una ruta por los lugares nazaríes que sirven de escenario al libro. La ruta la prepararon 47 mujeres y tres hombres, tras haber participado en esta tertulia literaria. Divididos en grupos, nos explicaron y glosaron los diferentes espacios contenidos en la esencia de 'El perfume de bergamota'.

La responsable de las bibliotecas municipales, María Ángeles Jiménez Vela, matizó que «una ruta literaria no es una visita guiada por esos lugares sino el fruto del trabajo de una serie de lectores». El itinerario comenzó en La Madraza.

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La novela de Gastón Morata, dada su condición de médico, constituye una especie de descripción del ejercicio de la Medicina andalusí y de los conocimientos médicos del momento. Esta obra enlaza con el libro 'Curiosidades médicas granadinas' (Ed. Granada Literaria), que se metió de lleno en la muerte violenta de los reyes de la Granada andalusí.

La ruta constituyó un recorrido por los espacios reales de aquella Granada del esplendor nazarí, desde La Madraza a la Mezquita Mayor, Alcaicería, Corral del Carbón, el Bañuelo, el citado Maristán, la mezquita de San Juan de los Reyes y Torre de los Siete Suelos, entre otros lugares.

El periodista Juan Tapia nos daba el siguiente consejo para descubrir el misterio que guarda este libro: Investiguen las propiedades de la bergamota y sus posibles usos.

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La bergamota

NITO

miércoles, 10 de diciembre de 2008

MIGAS RULERAS


Migas ruleras o de pastor.

Frío y lumbre en la chimenea: Ya tenemos el binomio mágico para hacer unas migas. Añádase a esto unos amigos que estrenan casa campera y una botella de “Granada-Venegas”. ¿Se puede pedir algo mejor pal- cuelpo…?

Existen muchas variaciones sobre las migas ruleras, llamadas también, según localidad, de pastor. Siempre, eso sí, con pan. Esta es la receta del amigo Ángel:

PREPARACIÓN.- Se cortan las migas la víspera y se envuelven en un paño húmedo.

Al día siguiente se echan en la sartén los torreznos de cerdo, los ajos y los tostones de pan con aceite. Cuando estén fritos se sacan y se reservan.

En la misma sartén se ponen las migas, a las que se añade agua para que resulten jugosas, dándoles la vuelta hasta que se doren.

Un poco antes de terminar de dorarse se añaden los ajos y los tostones para mezclarlos.

Los torreznos también pueden acompañarse con asadura, chorizo, sardinas fritas, pimientos fritos y uvas.

3 Barras de pan de días anteriores. (Mejor el equivalente con pan de hogaza)

1 Cabeza de ajos

200 grm de pimientos verdes

300 grm de panceta de cerdo

200 grm de chorizo

Aceite de oliva virgen extra

Sal

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OTRA VARIANZA.- Moja el pan en agua, estrújalo con las manos y desmenuza en trozos pequeños y reservarlo.

En una sartén pon cuatro o cinco cucharadas de aceite de oliva y dora los ajos, el chorizo y la panceta, fríe también los pimientos verdes y apártalos a un plato. Pon en la sartén a fuego medio, el pan y ponle un poco de sal, con una paleta empieza a mover el pan sin parar intentando desmenuzarlo, añade los ajos y sigue moviendo para evitar que se pegue en el fondo del recipiente. Transcurridos treinta minutos aproximadamente cuando se empiecen a soltar las migas incorpora el chorizo, la panceta y los pimientos verdes para que suelten un poquito de grasa y listo para comer.

DEDICADO


NITO

lunes, 8 de diciembre de 2008

REMATANDO SAN JERÓNIMO

Rematando el Monasterio de San Jerónimo

Para finalizar el tema que hemos tenido sobre el Monasterio de San Jerónimo de Granada, empecemos con la imagen de la fachada de la casa en la que vivió en Granada el Gran Capitán, ubicada en la calle San Matías, frente a la sede del MADOC. Seguro que hemos pasados muchas veces delante de ella y no nos hemos percatado. Suele suceder.

El monasterio se funda en Santa Fé en el año 1492 en reconocimiento a la labor de Fray Hernando de Talavera, primer arzobispo de Granada, hombre de talante conciliador y que con el Conde de Tendilla y Marqués de Modéjar, Íñigo López de Mendoza, era un elemento fundamental en la organización del reino de Granada. No era partidario de la conversión forzada de la población musulmana y por la actitud con ella, era conocido como el Santo Alfaquí.

Se fundó bajo el nombre de Santa Catalina y cuando se terminó lo hizo con el Concepción de Nuestra Señora.

En un principio las obras se iniciaron en el actual Hospital de San Juan de Dios pero lo monjes prefirieron trasladarlas en 1504 al lugar actual: La finca y huerto conocidos por Dar-Ibn-Murdí y la Rábita del Quemado.

Se dotó de cuantiosas rentas y bienes y se empezó a levantarse un ambicioso edificio, tomando forma un primer claustro principal, terminado en 1519, y otro colateral terminado en 1526 e iniciándose la iglesia en 1519. En 1521 los monjes se pueden establecer ya en el nuevo edificio. Andrea Navagiero lo visitó en 1526 cuando el viaje de bodas del Emperador Carlos I y la Emperatriz Isabel.

El segundo patio, uno de los primeros renacentistas de Granada, fue habilitado como residencia de la Emperatriz durante su estancia en Granada.
La iglesia se inicia en 1519 según proyecto de Enrique Egas en estilo gótico y en este momento hay un hecho que repercutirá en el monasterio y es la petición de la viuda del Gran Capitán al Emperador en que le ceda la capilla mayor y el crucero para enterramiento suyo y de su esposo. Tras la sesión, se inician las obras en 1525 por Jacobo Florentino que ya trabajaba en la Capilla Real y tras su fallecimiento continúan las obras bajo la dirección de Diego de Siloé. La reja, como la de la Capilla Real, se terminó en 1601 por Francisco de Aguilar, la portada de la iglesia obra de Pedro de Orea y Martín Díaz Navarrete en 1591 y la del Monasterio labrada por el segundo en 1594.
Los avatares del monasterio fueron dramáticos empezando por la invasión napoleónica que destruyó, expolió y destruyó la torre, las joyas, las obras de arte, la tumba del Gran Capitán y desmochó el campanario para hacer el puente Verde sobre el Genil, seguidamente pasó a ser cuartel y lo fue hasta 1957. Cómo sería la situación que en 1884 Gómez-Moreno González denunció la situación de abandono del edifico que se había convertido en cantera para usar sus piedras. En 1962 se rehízo la torre del campanario por Prieto Moreno. Posteriormente el Estado devolvió la propiedad del edificio a la Orden Jerónima pero a la rama femenina que dejaron el Monasterio de Santa Paula, para regresar al de San Jerónimo.
Lo cierto es que se mantiene tan hermoso y monumental como cuando se terminó y que es una pena que muchos granadinos y visitantes no lo conozcan.
¡Así que ya saben: A visitarlo, que seguro van a disfrutar de ello!

CALIFA
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MARTINICO, DUENDE DE LA ALHAMBRA

Escudo de Armas del Gran Capitán
No les he contado lo que me sucedíó el día que estaba sentado en el primer banco de la iglesia de San Jerónimo, cabe de la lápida del Gran Capitán, a la que acababa de sacar unas fotos. Deletreaba, para mi deleite y ensoñación:

“Gonzali Fernández de Córdoba

Que propia virtute

Magni ducis nomen…”

cuando se me acercó, sobresaltándome, aquel tipejo insignificante que ya conociera de otros extraños encuentros.

-A fuer de buen granadino, me agrada sobremanera el verle contemplando a sus anchas la monumental belleza de este monasterio, -me dijo.-Yo también, como ve, aprovecho el menor resquicio para hacer lo propio siempre que puedo. En lo que nunca paro mientes, sin embargo, es en la inscripción de esa lápida por la sencilla razón de que no es cierto cuanto en ella se refiere.

Me fue imposible reprimir entonces un gesto de asombro. Este hombrecillo, que tiene la rara virtud de adivinar mis pensamientos, sabía de mis dudas y agrandaba de propósito su herida. No quise seguirle, pues, la corriente, y le contesté indignado.

-¿Cómo que no es cierto? Le concedo la probabilidad de que algún que otro hueso se encuentre descarriado por ahí, a causa de las continuas peripecias sufridas.

-Pero ¿todos...? Permítame que lo dude.

-Creo -y perdone mi sinceridad- que su afirmación no sólo peca de arriesgada sino que, incluso, está totalmente fuera de lugar.

La franja de su sonrisa se hizo más generosa y con esa su característica blandura de voz prosiguió sin inmutarse:

-Los huesos del Gran Capitán no salieron nunca de la Alhambra. Bien es cierto que en su día, como narran los libros de Historia, se efectuó el traslado de unos restos a esta cripta, pero correspondían a otra persona diferente. Se trata, sin duda alguna, de un asunto un tanto rocambolesco, en el que intervino de una manera decisiva ese duendecillo burlón que andorrea de acá para allá, día y noche, por las fuentes y pasadizos de la Alhambra al que se conoce en toda Granada con el nombre de Martinico.

-Y, por favor, no se ría de lo que le cuento -añadió viéndome a punto de estallar de risa.

Él fue quien realizó el cambio en su momento oportuno, escondiendo la gloriosa osamenta de don Gonzalo dentro de un hueco sólo sabido por él, que no ha revelado jamás, porque piensa, no sin razón, que el mejor mausoleo que imaginarse puede es el misterioso Monte de la Sabica. Allí la grandeza del reino nazarí y la del Gran Capitán se funden y complementan.

-¿Dónde, por amor de Dios -le dije interrumpiéndole-, ha rebuscado semejante patraña?

y retuve, por respeto al templo, el hilo suelto de una carcajada. -No he tenido que rebuscar en ningún lado. Lo sé -me contestó sin inmutarse- porque, aunque le cueste creerlo, yo soy el propio duende Martinico. Sí -me recalcó al ver mi gesto de extrañeza-, yo, que tomo a veces la apariencia humana, bien para confundir a necios eruditos o para ayudar en sus pesquisas a los que, como usted, adoran hasta el delirio a mi ciudad de Granada.

Me quedé sin poder articular palabra alguna, atónito ante tan des-concertante revelación, propia más bien de una mente calenturienta o desquiciada.

-¿No se estaría burlando, acaso, de mí? -me preguntaba por otro lado.

Parece que adivinó la estela de mis pensamientos, ya que, sin dejar de sonreír, añadió reafirmándose en cuanto había dicho:

-Créame que no le miento. Palabra de Martinico.

Y, recogiendo el inconfundible sombrero, color de ala de mosca, que había dejado al entrar en uno de los bancos delanteros, lo agitó a modo de despedida sobre su desembarazada cabeza, mirándome amablemente a través de la acuosa transparencia de sus ojos miopes, y luego sin transición alguna, como por arte de encantamiento, se deshizo nebulosamente en el aire desapareciendo al punto de mi vista.

(Basado en un relato de Manuel Lauriño)

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NITO



viernes, 5 de diciembre de 2008

EL MÁGICO OBJETIVO DE MANOLO ESPADAFOR

Lechero. 1961
Se nos escapa el año. Prolongadas herrumbres y colores de almagre por los parques, aljófar en los cielos con un tremor de nubes, lluvia pequeña y dulce como canción de otoño, pájaros que se esconden bajo las enramadas y, en la calle, gentes presurosas enredadas en sus bufandas, preparan silencios y contubernios de invierno.

Fría tarde la de ayer 4 de Diciembre. Granada batió el record: Según datos de Sevillana Endesa, la provincia demandó 733 megavatios a las 19.00 horas, superando los 732 consumidos hace casi dos años el 25 de enero del año 2007.

Menos mal que a esa hora, el calorcillo que despredía la conferencia-diálogo sobre la fotografía añeja de Granada de Manolo Espadafor, propiciada por Ofecum, reconfortaba ánimos. Algunas de sus "placas" despertaban verdadero clamor y sorpresa entre el concurrido público, ante aquella Granada ya ida y no tan lejana... A mi, además, me templó el espíritu con la dedicación cariñosa de su novela histórica “Un siciliano en la Alhambra”.

Por si esto no fuera suficiente, añadimos más calor, si cabe, en el cofrade bar “El Sota” del Realejo, con unos tintillos en amenísima tertulia y compañía.

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NITO

miércoles, 3 de diciembre de 2008

LAS CUENTAS DEL GRAN CAPITÁN


Al parecer, la anécdota no puede ser confirmada, aunque hay historiadores que la dan por buena. En cualquier caso, Las Cuentas del Gran Capitán, sirven para dar idea del carácter de los dos intervinientes en el suceso, Fernando el Católico y Gonzalo Fernández de Córdoba. En el Museo del Ejército de Madrid, se guarda un pergamino en el que figuran las siguientes cuentas:
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Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas.

Cien millones en palas, picos y azadones.

Cien mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de sus enemigos tendidos en el campo de batalla.

Ciento setenta mil ducados en poner y renovar campanas destruidas por el continuo uso de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.

Cincuenta mil ducados en aguardiente para las tropas en día de combate.

Millón y medio de ídem para mantener prisioneros y heridos.

Un millón en misas de gracias y Tedeum al Todopoderoso.

Tres millones en sufragios por los muertos.

Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías.

Y cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le ha regalado un reino.

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NITO

martes, 2 de diciembre de 2008

EPITAFIO DE LA TUMBA DEL GRAN CAPITAN

El epitafio traducido.
Ya está. Al final desvelamos una de las preguntas que hacíamos sobre la traducción del epitáfio que hay en la sepultura del Gran Capitán. Sólo un acertante, aunque él mismo nos confiesa haberlo descubierto en la Guía de Gallego Burín. ¡No importa, murguero, tu fe te salva...!
De la que no me escribe nadie nada es de "los sacrificios de los mártires" grabado al pie de la torre del Monasterio. ¿Tendré que hacer una encuesta anónima...?
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“Los huesos de Gonzalo Fernández de Córdoba que,

con su gran valor, se apropió el sobrenombre de Gran Capitán,

están confiados a esta sepultura hasta que al fin

sean restituidos a la luz perpetua.

Su gloria no quedó sepultada con él”.


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Espada del Gran Capitán