lunes, 31 de diciembre de 2007


¿ME CREERÍAIS...?

¿Me creeríais si os digo que mis ojillos irradian luz...?
¿Si os dijera que me habéis hecho feliz esta noche...?
¿Que con vuestra constancia habéis roto el maleficio
que pesaba sobre el contador de esta Murga,
que no quiere más que ilusionaros...?
¿Me creeríais si os digo que me gustaría abrazaros a
todos, hasta que os crujieran las cuadernas maestras...?
¿Que apenas puedo contener la porculera lágrima...?
¡Pues es la verdad...! ¡Cohones-ya...!

Vuestro, como siempre:
Nito
GOTAS DE AÑO VIEJO
Brindaré por vosotros al cruzar la media noche.
Aplaudiré el que gocéis el amor en los abrazos.
No llamaré, líbreme el cielo divino, trivial derroche
lo que hayáis gastado en trenzar humanos lazos.

Suman, y no me equivoco, doce las uvas de la suerte
y doce, en verdad, las ilusionadas campanadas del reloj.
Con racimos y campanas, abramos la puerta en la noche,
al Nuevo Año. Con abrazos, sí, y con besos y con amor…

Juan -2006-

lunes, 24 de diciembre de 2007

jueves, 13 de diciembre de 2007

lunes, 10 de diciembre de 2007


¡Miren qué hallazgo...! Si tras un examen riguroso, se viera de interés para La Murga, tengo el compromiso formal de su propietario legal, para entresacar lo más interesante de estas memorias.

Indudablemente, y aparte de su contenido, éste libro tiene la importancia de su antigüedad, pues data de finales del siglo XIX y además, la curiosidad de que su autor fuera un tío abuelo de un murguero nuestro.
Ya me imagino, temblando de emoción, a algunos murgueros granadinos que sufrieron el rigor y la disciplina del referido colegio...
Intercalamos una página del mismo, de un día cualquiera en el establecimiento...
Nito

miércoles, 5 de diciembre de 2007

CASI CERCA DEL CIELO
Hoy lunes día tres de diciembre, salimos Pepe Zúñiga y yo, a las ocho de la mañana, como de costumbre, en dirección a Güéjar Sierra, para aparcar el coche en el Restaurante del río Maitena. Justo enfrente, inicia un sendero muy bien trazado que va ascendiendo entre numerosas paratas un poco abandonadas, pasando por el cortijo del Serrallo (abandonado), llegando a un cruce de caminos, (ver fotos) tomamos el de la izquierda que va a los Lavaderos de la Reina.

El sendero de la derecha ya lo hemos realizado anteriormente, va faldeando la loma de las Cunas de los Cuartos a una altitud de 1600 metros, pasando por los tajos de Portachón, por numerosos cortijos, conduciéndonos al río Vadillo, vereda de los Presidiarios y vereda de la Estrella.

El sendero de la izquierda, pronto se va perdiendo, saliendo numerosas veredas muy poco definidas, pero hemos tenido suerte, hay que subir por la nariz, buscando el Puntal de los Chorreros (en mi mapa pone Puntal de los Churreteros) y desde aquí hasta la torre de vigilancia va por un sendero recién trazado por ir enterrado un tubo de agua que viene de la acequia de los Papeles, que da riego a numerosos cortijos de Hoya Grande.

Al coronar la loma hay un magnifico mirador, con una caseta de madera, del vigilante de Icona, en un sitio privilegiado, después del esfuerzo merece la pena un momento de reposo, para disfrutar del paisaje (ver fotos ). Sentado sobre una inmensa piedra, disfrutamos de las vistas mas espectaculares de la Sierra, ante nosotros, las impresionantes paredes de la Alcazaba, Mulhacen y Veleta, acompañados por el Picón de Vacares, Picón de Jeres, el Genil, Guarnón, Valdeinfierno y el río Real.

Regresamos a donde teníamos el coche aparcado por el mismo sitio de la subida. Hemos empleado unas cuatro horas en realizar este recorrido.

Esta etapa merece la pena hacerla. Como dice Pepe Zúñiga "Hoy hemos estado casi en el cielo".

Pepe Prieto

sábado, 1 de diciembre de 2007

EL ÚNICO FÓSIL VEGETAL VIVIENTE
¡Ya me vale, ya...!
Entre que, vosotros a lo vuestro y yo por esos pagos soñando otoños, ¿quien vigiló a nuestro bicentenario Biloba...? -Seguro que este año el pobre "otoñeció" sin el calor de nuestra despedida.
Al contrario que el viento, yo sí imagino la tristeza de sus ramas y sí imagino la desbandada de sus hojas...
Qué suerte tendrá Granada, cuando dentro de algunas décadas, otoñeen los cientos de Ginkgos plantados ahora por San Juan de Dios, Gran Vía y Constitución: Ya no se sentirá tan solo nuestro emblemático árbol de los Cien Escudos. El árbol que inspirara a Elena Martín Vivaldi la sublimación de los amarillos.
Nito